El paro de la Policía Municipal de Tehuacán –del pasado martes– ha coincido con la fecha en que Alejandro Barroso Chávez está cumpliendo los primeros ocho meses como alcalde de la ciudad, en medio de un ambiente de enojo y de desencanto hacia su gestión; en donde la principal ilusión o deseo de muchos sectores de la población, incluido algunos funcionarios y regidores del Ayuntamiento, así como muchos trabajadores de la Comuna, es que ojalá se acabe pronto este gobierno que no resuelve nada, que todo lo esconde y que no tiene un proyecto. Dicho de otra manera: que navega sin rumbo.
No es una exageración, en la segunda ciudad más importante del estado de Puebla ya se tiene una percepción generalizada de que en la administración de Barroso no hay la preocupación ni atención por los problemas públicos que le corresponde resolver al Ayuntamiento.
El principal reto que tenía el actual alcalde al llegar al cargo, en octubre de 2024, era resolver la crisis del servicio de recolección y depósito de la basura.
Es la fecha en que no se ha avanzado en nada. No hay relleno sanitario. No se ha construido la planta procesadora de desechos que prometió el edil. Y lo más grave: docenas de toneladas de desperdicios se quedan todos los días dispersos en calles, lotes baldíos y barrancas.
Una agrupación ambientalista de Tehuacán, no hace mucho, contabilizó alrededor de 100 terrenos que están siendo utilizados como tiraderos a cielo abierto por vecinos, locatarios de mercados, comerciantes fijos y hasta algunas empresas de la ciudad, que recurren a arrojar la basura a esos lugares ante la falta de recolección de desechos.
El segundo reto que tenía Alejandro Barroso era mejorar la seguridad pública, que se ha venido deteriorando a pasos agigantados. Tampoco hay avance de nada.
El que este martes los 400 gendarmes de Tehuacán, repartidos en dos turnos, se hayan ido a paro porque no les han cumplido con un aumento salarial retroactivo, con la dotación de uniformes, con el mantenimiento de armas y patrullas, así como el pago de medicamentos, es un reflejo de que no hay una estrategia para combatir la inseguridad, que debería tener como punto de partida el garantizar el buen funcionamiento del cuerpo de Policía Municipal.
Y hace 20 días, hubo un par de protesta y de paros de labores de los bomberos y del personal de Protección Civil. También por lo mismo: no les cumplieron con la última alza salarial y no hay insumos para poder trabajar.
Ha trascendido que otros trabajadores del ayuntamiento ya están planeando protestas similares para los próximos días.
A lo anterior se debe sumar que no hay proyectos de obras públicas trascendentes, fuera del mantenimiento mínimo a algunas calles y jardines. No se tienen metas para mejorar y ampliar los servicios públicos. Visto de otra manera: no hay nada a la vuelta de la esquina del actual gobierno de Tehuacán.
Desde ahora, muchos se preguntan con preocupación: ¿de qué va a hablar Alejandro Barroso en su primer informe de gobierno, que ocurrirá exactamente en tres meses? Y, al mismo tiempo, se responden: pues de “asuntos imaginarios”, ya que hasta ahora no hay nada que presumir.
Hasta hace unas semanas, la principal fortaleza que mostraba la administración de Barroso Chávez es que no hay una oposición activa y fuerte en Tehuacán, como parte de la crisis que atraviesan el PAN y el PRI; además de que el gobierno municipal se mostraba cohesionado.
En los últimos días, ha trascendido que ya empezaron a brotar fuertes diferencias entre el alcalde y dos figuras muy importantes en el Ayuntamiento: con el regidor de Gobernación, Alejandro Suárez Trujillo, y con Ernesto Palacios Vélez, el director general de Gobierno.
Seguramente se va a negar públicamente el ambiente de tensión que se ha vivido entre esos tres personajes.
Fuentes bien informadas del Ayuntamiento sostienen que los problemas han brotado por la actitud de Alejandro Barroso Chávez de no escuchar el asesoramiento de nadie. Es un alcalde autócrata que basa su desempeño en su opinión y no toma en cuenta a nadie más.
Entonces, surge una pregunta básica: ¿qué hace Barroso para enfrentar los problemas?
Se sabe que él, de manera personal, siempre que hay una manifestación de ciudadanos contra el Ayuntamiento de Tehuacán, lo que opta es buscar ocultar la información.
Les habla por teléfono a algunos medios de comunicación –con los que tiene convenios publicitarios del Ayuntamiento– y les exige que ignoren las movilizaciones, o que se diga de plano que “no pasó nada”.
Eso la hace hasta con protestas que no son contra el gobierno municipal.
Algunos periodistas le hacen caso y otros, muchas veces le han advertido, que los problemas no se resuelven “tapando el sol con un dedo”.
El problema es que eso no lo entiende el edil de Tehuacán.