Lo ocurrido el pasado fin de semana con el periodista Fredy Aco Bautista, quien fue arrollado por un conductor en la ruta federal Puebla-Atlixco y la Guardia Nacional permitió que el agresor huyera, debería ameritar una profunda investigación contra el destacamento de la Guardia Nacional que cuida esta vialidad, ya que de acuerdo con diferentes testimonios, es una constante de los uniformados de dicho cuerpo de seguridad liberar con absoluta facilidad a personas que son detenidas por provocar percances automovilísticos o hechos de violencia, en particular en esta carretera.
No se sabe si ese comportamiento de los agentes de la Guardia Nacional corresponde a actitudes negligentes para evitar los trámites engorrosos y kilométricos que implica presentar a un detenido ante el Ministerio Público o si los miembros de la Guardia Nacional estarían a la caza de “sobornos” y por eso dejan arbitrariamente en libertad a personas que han cometido actos graves, luego de que “les llegan al precio”, tal como como se dice popularmente.
O si están ocurriendo ambas situaciones: una combinación de negligencia con actos de corrupción.
Conocedores de lo que pasa en esa carretera narran que son raras las ocasiones en que la Guardia Nacional ha entregado al Ministerio Público a responsables de accidentes o agresiones.
Sobre todo cuando se trata de percances viales. Los uniformados argumentan que los involucrados “llegaron a un acuerdo privado”, lo que no ocurre así.
Se dice que no hace mucho habrían dejado en libertad a un hombre que manejaba en estado de ebriedad y chocó contra otro vehículo, dejando a varios heridos. Al final el reporte oficial fue que “se arreglaron entre ellos”.
Lo acontecido con el colega Fredy Aco no es un hecho menor. Solo hay que revisar los siguientes datos para observar lo ominoso que fue el comportamiento de la Guardia Nacional:
Primero: el periodista Fredy Aco Bautista perdió el pie derecho, el cual literalmente le fue arrancado por el conductor responsable de esta tragedia, que iba “en una loca carrera”, pues manejaba a exceso de velocidad y sin ninguna precaución, tal como se observa en los videos que captaron el momento del arrollamiento.
Segundo: Aco Bautista manejaba una moto al mediodía del sábado, llevaba casco, conducía a una velocidad moderada, iba en el carril de baja aceleración. Nunca invadió un área restringida o se le atravesó al conductor que lo embistió.
Tercero: el conductor Juan Ramón N., de más de 40 años, manejaba un auto modelo Audi a exceso de velocidad y tomó una desviación hacia la derecha, pero de pronto, sin bajar el ritmo del vehículo, dio un “volantazo” para regresar hacia la carretera que va de Puebla a Atlixco y es cuando embistió a Fredy Aco.
Cuarto: el agresor paró el auto, se bajó, se percató de que el comunicador tenía arrancado el pie derecho y como se empezaron a juntar personas que querían auxiliar a Fredy Aco, optó por abandonar el vehículo y echarse a correr. El hombre tiene como antecedente más de 40 fotomultas por manejar por arriba de los límites permitidos de velocidad.
Quinto: los agentes de la Guardia Nacional detuvieron a Juan Ramón N. minutos más tarde, cuando caminaba a toda prisa intentando huir para no asumir la responsabilidad de sus actos.
Era una obligación de los uniformados verificar lo drástico del percance y la gravedad de las lesiones de Fredy Aco, quien fue llevado a un hospital privado en donde lo operaron de urgencia para salvarle la vida.
Y sobre todo, la Guardia Nacional tenía que valorar que si alguien abandona su auto a la mitad de una carretera es porque está evadiendo su responsabilidad en un hecho criminal o una tragedia.
Ante tal comportamiento se debe investigar si fue un comportamiento irresponsable o una conducta corrupta la actuación de los miembros de la Guardia Nacional.
El conductor agresor ya buscó ampararse para no hacerse cargo de los gastos médicos de Fredy Aco Bautista, quien tendrá que depender de una prótesis para poder volver a caminar.