Y está pasando lo que todo mundo sabía que iba a pasar.
La industria automotriz mexicana enfrenta ya daños significativos debido a la guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Era inevitable y en Puebla, cuya economía depende en buena medida de las armadoras de Volkswagen y Audi, ya se sienten los efectos.
Las exportaciones de autos ligeros cayeron un 13.7% en enero de 2025 en comparación con el mismo mes de 2024, lo que representa una disminución de 34 mil 953 unidades exportadas.
La imposición de aranceles del 25% a los productos mexicanos podría hacer que los automóviles y autopartes fabricados en México sean menos competitivos en el mercado estadounidense.
Los aranceles a los productos automotrices y a materiales como acero y aluminio han incrementado los costos de producción, reduciendo la competitividad y provocando una disminución en las exportaciones y la fabricación de vehículos.
Aunque la producción de autos en México aumentó un 1.7% en enero de 2025, algunas marcas como Volkswagen, Stellantis y General Motors redujeron su producción.
Durante los primeros cinco meses del año, las empresas automotrices que más redujeron sus exportaciones fueron Volkswagen (37.6%), Mazda (34.9%) y Mercedes-Benz (32.5%).
VW, por ejemplo, ha decidido transferir directamente el arancel al precio de sus vehículos en las concesionarias de Estados Unidos, por lo que esos modelos costarán a partir de hoy un 25% más que hace 24 horas.
Incluso, Volkswagen ha señalado que planea desglosar el precio del vehículo y el arancel del 25% en sus modelos afectados por los aranceles de Trump para que el consumidor estadounidense entienda con claridad las consecuencias de la política comercial del presidente estadounidense.
A las flojas cifras del sector, se suman la reducción de líneas de producción, traslados de modelos y cierres de plantas de los principales jugadores de la industria en México.
Es el caso, por ejemplo, de la estadounidense General Motors, que anunció el traslado de parte de la producción de vehículos que se ensamblan en México hacia Estados Unidos.
De forma paralela, la caída en la producción y las exportaciones podría provocar la pérdida de puestos de trabajo en la industria automotriz mexicana, incluyendo las plantas de VW y Audi en Puebla.
En esta última, para colmo, empresa y sindicato de trabajadores siguen sin ponerse de acuerdo sobre el incremento salarial 2025.
El emplazamiento a huelga vence a las 11:00 horas del lunes 16 de junio.
Se impone un poco de cordura en tiempos sumamente difíciles para todas las partes involucradas.
Sería literalmente dramático que la fábrica ubicada en San José Chiapa se fuera, nuevamente, a huelga. En 2024 se colgaron las banderas rojinegras por tres semanas y aún es la fecha en que la firma alemana no se recupera completamente de los efectos negativos que tuvo ese paro.
El panorama es oscuro para toda la industria automotriz que tiene –o tenía– como principal “cliente” a Estados Unidos.
La industria automotriz es uno de los sectores más importantes de la economía mexicana, y cualquier afectación podría tener consecuencias negativas en el crecimiento económico.
Representa cerca del 4% del PIB y 20% del PIB manufacturero.
Los focos rojos están encendidos y no, no hay –no puede haber– optimismo sobre esta, una verdadera pesadilla económica, que no ha hecho sino comenzar.
¡Sálvese quien pueda!