Para nadie es un secreto que la autopista México-Puebla es considerada una de las vías más peligrosas del país debido a la frecuencia de asaltos y robos.
Transitar por esta importante carretera, sobre todo a altas horas de la noche, es literalmente jugarse la vida.
Empresarios, comerciantes, estudiantes, políticos –revísense los casos de Blanca Alcalá y Nora Escamilla–, artistas (Los Ángeles Azules), y transportistas han sido víctimas frecuentes de los asaltantes que operan con total impunidad gracias a la fantasmal presencia de los cuerpos de seguridad, especialmente esa entelequia llamada Guardia Nacional.
Todos los días de todas las semanas hay atracos, secuestros y otros delitos, pero muy pocos trascienden públicamente.
El tramo Santa Rita Tlahuapan-San Martín Texmelucan es quizá el de mayor riesgo, pues ahí confluyen integrantes de grupos de la delincuencia perfectamente organizados, que conocen las rutas de escape mejor que las autoridades y tienen un modus operandi que les funciona a la perfección.
Según la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado de Puebla, se han reportado 97 asaltos a transportistas en el tramo de San Martín Texmelucan entre enero y abril de 2025.
También, en ese lapso, se han registrado 212 robos de vehículos automotores en el mismo tramo, incluyendo automóviles y motocicletas.
Los tramos más peligrosos son aquellos que atraviesan los municipios de Chalco e Ixtapaluca en el Estado de México, y San Martín Texmelucan en Puebla.
Los asaltantes suelen utilizar técnicas de “montachoques” para detener a los conductores y luego despojarlos de sus pertenencias.
También se han reportado casos de piedras u objetos puntiagudos lanzados desde puentes para dañar vehículos y facilitar el asalto.
Algunas bandas operan desde los municipios de Iztapalapa, Valle de Chalco y Los Reyes La Paz, y se dedican a asaltar camiones y camionetas del servicio público.
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Puebla planea instalar 200 cámaras de videovigilancia en 60 tramos de la autopista México-Puebla para reforzar la seguridad.
Sin embargo, como este lunes lo denunciaba públicamente el propio titular de la SSP, vicealmirante Francisco Sánchez, ello no ha sido posible, pues increíblemente Capufe (Caminos y Puentes Federales) ha puesto todo tipo de trabas burocráticas.
Es aquí donde se cuestiona, entre otras cosas, la verdadera voluntad del Gobierno federal para reforzar la demanda número uno de los ciudadanos: la seguridad.
Inaugurada el 5 de mayo de 1962 con motivo del 100 aniversario de la Batalla del 5 de Mayo, la autopista México-Puebla, también conocida como carretera federal 150D, tiene una carga vehicular diaria considerable.
Se estima que alrededor de 65 mil vehículos la cruzan diariamente.
Este aforo vehicular la convierte en una de las autopistas con mayor tráfico –y con mayor número de accidentes– en el país.
Pero también una de las más peligrosas, si no es que la más peligrosa de México.
Hasta hoy, ninguna estrategia de prevención ha funcionado para reducir la incidencia delictiva y garantizar que choferes y automovilistas la crucen con tranquilidad, con la seguridad de llegar con bien a sus destinos.
¿Hasta cuándo?