A pesar del cambio de gobierno y el arribo de nuevos funcionarios a la Secretaría de Educación, la disputa de plazas y la entrega de estas a empleados y maestros que no cumplen con los requisitos básicos, pero que son recomendados de la cúpula del SNTE o del nuevo grupo gobernante, sigue siendo la constante en la dependencia.
Al final del gobierno saliente algunos funcionarios, como los subsecretarios de Educación Básica y Media Superior, Miguel Ángel Adauta Hoyos, y de Educación Superior, Miguel Ángel Fernández Pérez, obtuvieron plazas docentes de tiempo completo Titular “B”, sin concursarlas y sin que cumplieran con los requisitos.
También la exoficial Mayor, Adriana Rebeca Galindo Sánchez, y Patricia Bustos Rodríguez, quien ahora funge como directora general de Programación y Presupuesto.
Los dos exsubsecretarios tienen plaza de supervisor en Media Superior, sin haber acreditado que impartían clases frente a grupo, y Rebeca Galindo plaza de ATP también en supervisión de Media Superior.
Patricia Bustos, que llegó a la SEP en 2020, domina amplias áreas de la dependencia, pues bajo su mando están la Dirección de Recursos Humanos, el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE) y los recursos estatales.
No hay plaza de nueva creación, que se transforme o se sustituya; compra o requerimiento que haga o autorice que se haga la Dirección de Recursos Materiales, que no lleve su visto bueno (VoBo).
Otro personaje que actualmente está buscando sacar provecho con las plazas docentes es el secretario general de la Sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfredo Gómez Palacios.
En contubernio con algunos funcionarios de la SEP, en el marco del 15 de mayo y la revisión salarial y contractual de cada año por el Día del Maestro, Alfredo Gómez está presionando al gobierno para que se descongelen algunas plazas de tiempo completo titular “C”.
Su intención es que estas se asignen directamente, sin concurso ni examen de oposición, sino por cadeneo escalafonario para favorecer a sus cuates del SNTE y la burocracia dorada de la SEP, a cambio de tres cosas: participación activa de la Sección 51 en la afiliación a Morena, calmar los ánimos del magisterio en la revisión salarial y apoyar la elección de los miembros del Poder Judicial el domingo 1 de junio.
En suma: en el nuevo gobierno la asignación de plazas en la SEP no ha cambiado; los vicios del pasado siguen replicándose igual o peor que antes.
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