Un exfuncionario que fue acusado de corrupción e inhabilitado del servicio público por haber incurrido en peculado, enriquecimiento ilícito y negligencia administrativa por violar diversos procedimientos de contratación de obra pública, pero que nunca fue detenido pese a las órdenes de aprehensión que se libraron en su contra y la alerta de búsqueda de la Interpol, es Javier García Ramírez, secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (Seduop) del gobierno de Mario Marín Torres.
El ex funcionario marinista ya está de regreso en Puebla, recuperando los bienes que puso a nombre de terceros o le aseguraron, y remodelando algunas de sus propiedades, debido a que los delitos por los cuales fue procesado ya prescribieron.
A petición de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ), el Juzgado Sexto de lo Penal libró en enero de 2012 una orden de aprehensión en contra de García Ramírez, y la Secretaría de la Contraloría lo sancionó, el 8 de abril de 2015, con 12 años de inhabilitación del servicio público.
La Procuraduría acusó al exsecretario de enriquecimiento ilícito, por un monto de 23 millones de pesos, al no poder justificar cómo con un sueldo de 93 mil 418 pesos mensuales, pudo adquirir 11 inmuebles y tener 13 cuentas bancarias.
Entre las propiedades figuraban dos departamentos en Residencial Las Palmas, que rondaban los 5.8 mdp, una casa de 528 metros cuadrados en el fraccionamiento Jardines de Zavaleta con un valor estimado de 6 mdp, y dos terrenos de 300 y 264 metros cuadrados, así como otra casa en la colonia La Paz, una vivienda en la colonia Héroes obtenida mediante crédito Infonavit y un terreno de 200 metros cuadrados en la colonia Villa Encantada.
Durante el cateo en su casa de Jardines de Zavaleta, el Ministerio Público le confiscó 5 vehículos de lujo, 54 mil pesos en efectivo, 32 juegos de mancuernillas, 81 juegos de plumas finas, más de diez relojes de colección y cinturones de reconocidas marcas, con un valor en conjunto de 5 millones de pesos.
García Ramírez huyó de Puebla y nunca pudo ser detenido por los gobiernos de Rafael Moreno Valle, que fue el que lo inhabilitó y le giró la orden de aprehensión, y tampoco por los de José Antonio Gali Fayad, Guillermo Pacheco Pulido, Miguel Barbosa Huerta y Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
Los cuatro últimos poco o nada hicieron por detenerlo.
De ahí que los delitos por los que fue acusado ya prescribieron y hoy esté de regreso en Puebla recorriendo los restaurantes de moda y recuperando los bienes que le aseguraron o que logró poner a salvo para que no le fueran confiscados.
¡Viva la impunidad!
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