Cruzar por las calles del Pueblo Mágico de Huejotzingo, en Puebla, es desde hace menos de medio año un riesgo para automovilistas y transportistas.
No por la inseguridad, sino por tener que enfrentar a hambrientos policías de tránsito que piden dinero a cambio de no mandarlos al corralón.
Eso antes solo pasaba en San Martín Texmelucan, donde las extorsiones por parte de los policías viales siguen igual o peor en el gobierno del edil Juan Manuel Alonso.
Tan solo los comerciantes que viajan de otros estados al tianguis de ropa de Texmelucan son ‘asaltados’ en los accesos al municipio por oficiales con uniforme.
Las ganancias de varias semanas se esfuman con estos policías, porque no los dejan ir con 200 o 500 pesos. Mínimo son tres mil o cuatro mil pesos, solo porque traen placas de sus estados: Veracruz o Oaxaca.
Esta situación o modus operandi se repite en Huejotzingo, desde la llegada del edil Roberto Solís, en octubre de 2024.
Tan solo los comerciantes que viajan de otros estados al tianguis de ropa de Texmelucan son ‘asaltados’ en los accesos al municipio por oficiales con uniforme.
Las ganancias de varias semanas se esfuman con estos policías, porque no los dejan ir con 200 o 500 pesos. Mínimo son tres mil o cuatro mil pesos, solo porque traen placas de sus estados: Veracruz o Oaxaca.
Esta situación o modus operandi se repite en Huejotzingo, desde la llegada del edil Roberto Solís, en octubre de 2024.
El alcalde dirá que no es cierto, pero cualquiera ve a los policías de tránsito parando automovilistas: en la salida hacia Juan C Bonilla o hacia San Martín Texmelucan.
En esta carretera paran a los más humildes, a los que tienen menos posibilidades de defenderse, a quienes portan placas de otros estados.
Y si el carro va en regla dicen que sus licencias son falsas, sobre todo, si son de Guerrero. El asunto es encontrarles algo, si no enciende una luz, si el engomado de las placas no va en el lugar correcto.
Quien no lo crea, entre a buscar en Facebook, hay usuarios que toman estas extorsiones como ‘asaltos’.
Un afectado escribió el pasado nueve de febrero que lo pararon en un retén de verificación de licencias de conducir en la carretera principal, en el tramo de la curva (frente al Oxxo), donde le bajaron tres mil pesos.
La excusa fue que portaba una licencia de conducir foránea y que esta no es aceptada en Puebla. Los policías que le bajaron el dinero se hicieron que revisaron en una plataforma, para decir que esta no estaba en el sistema.
Si el alcalde no sabe de esto, ojalá que revise el asunto. Es un tema sensible extorsionar a campesinos, comerciantes, personas que van al día y que conducen autos de bajo precio.
Para ellos quitarles 500 pesos, es arrebatarle lo que tenían programado para comer durante varios días.