Aunque todavía son muy inciertos el momento y la forma en que se producirá la jubilación del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa –quien en tres meses cumple 75 años, que es la etapa del retiro obligatorio–, entre los actores de la iglesia Católica ya se mencionan insistentemente los nombres de cuatro obispos con muchas posibilidades de ser tomados en cuenta para suceder al prelado de la curia poblana.
Dos de los posibles aspirantes tienen mucha identidad con la misma línea pastoral de Víctor Sánchez Espinosa y cuentan con una amplia experiencia, pero chocarían mucho con la derecha poblana y en particular, con los sacerdotes conservadores de la iglesia Católica. Juega en su contra su avanzada edad, frente el límite de 75 años que tienen los obispos para dimitir obligatoriamente.
Otros dos aspirantes tienen como principal ventaja que son jóvenes y gozan de mucha aceptación por la derecha, sin que sean visto como parte las facciones más radicalmente conservadoras del universo católico.
Se trata de Dagoberto Sosa Aguirre, Jorge Carlos Patrón y Eugenio Andrés Lira Rugarcía, quienes son obispos de Tlapa, Guerrero; de Xalapa, Veracruz, y de Matamoros, Tamaulipas, respectivamente.
A la lista se suma Francisco Javier Martínez Castillo, quien es obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla.
Un par de característica de los dos últimos arzobispos de Puebla es que estuvieron periodos muy largos como jerarcas religiosos y supieron ser conciliadores, entre la izquierda y la derecha, sin nunca verse involucrados en intrigas de poder.
Rosendo Huesca y Pacheco estuvo 32 años al frente de la curia poblana. Se le considera como uno de los artífices que contribuyó a frenar, a finales de los años 70, la confrontación política entre los sectores conservadores y liberales de la sociedad poblana. Originario de Ejutla de Crespo, Oaxaca, llegó a presidir la Arquidiócesis a los 45 años. Fungió en esa responsabilidad de 1977 al año 2009.
José Víctor Manuel Valentín Sánchez Espinosa es oriundo de la comunidad de Santa Cruz, en el municipio de Teotlalco, en la entidad poblana. Fue nombrado arzobispo de Puebla en 2009, a la edad de 59 años y ha estado 15 años en esa tarea. El próximo 21 de mayo, cumple 75 años y tendrá que renunciar. Dependerá del Vaticano si la dimisión se la aceptan de inmediato o podría prologarse algunos años su gestión.
Sánchez Espinosa se le ve como un clérigo que ha favorecido el trabajo doctrinal de la iglesia Católica. Comparte la corriente de pensamiento del Papa Francisco. Es un hombre mesurado y conciliador. Nunca se le ha visto involucrado con las elites políticas y económicas del estado. Muchos lo ven como un arzobispo inclinado a la izquierda. Otros lo observan como alguien que se supo mantenerse alejado, más no confrontado, de las agrupaciones de la extrema derecha poblana.
Por esa razón, en la opinión de los conocedores del universo de la política católica, ven como al natural sucesor de Víctor Sánchez Espinosa al obispo de Tlapa, Guerrero, Dagoberto Sosa Aguirre, quien es identificado como alguien cercano a la línea pastoral del Papa Francisco, de promover la llamada “opción por los pobres”.
Sosa Aguirre, quien es originario de Puebla, se ha destacado por su activismo para exigir la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Además, ha sido un actor que ha buscado contribuir a la pacificación del estado de Guerrero. Situación que ha provocado que, en su momento, fuera mal visto por gobiernos del PRI y luego de la 4T.
Otro factor que tendría a favor es que tiene mucha influencia en la zona de la Mixteca poblana, debido a que las comunidades de fieles católicos de esa región enfocan mucho sus actividades religiosas con la diócesis de Tlapa, que está en la zona montañosa de Guerrero y en el límite geográfico con Puebla.
Una situación que no favorece a Dagoberto Sosa y de hecho lo descalificaría para relevar a Sánchez Espinosa, es su edad. Nació el 15 de abril de 1955 y pronto tendrá 70 años, por lo que estaría a un lustro de llegar a la edad del retiro. Eso acota la posibilidad de que lo manden a Puebla.
Jorge Carlos Patrón Wong, quien es dos años más joven que Dagoberto Sosa, es otro candidato fuerte, en mucho por compartir la identidad pastoral con Francisco, quien en su calidad de jefe de Estado del Vaticano es quien nombra a los prelados de todo el mundo.
El principal obstáculo para que Patrón Wong pudiera llegar a Puebla es que tiene 3 años y dos meses de haber sido nombrado obispo de Xalapa, Veracruz; por lo que se antoja poco probable que abandone tan rápido la diócesis de la capital jarocha.
Alguien que tendría “alineados los planetas a su favor” es Eugenio Andrés Lira Rugarcía, conocido popularmente como “el padre Lira”. Es originario de Puebla. Muy querido por los núcleos conservadores del clero y de organizaciones de laicos. Ya fue obispo auxiliar de Arquidiócesis poblana y apenas va a cumplir 59 años, en julio próximo.
Lira Rugarcía tiene mucho peso político. Se sabe que es muy cercano al clérigo francés Christophe Louis Yves Georges Pierre, quien es el nuncio apostólico en Estados Unidos –que es el equivalente a ser el embajador del Vaticano—y antes de ello, durante muchos años tuvo esa misma encomienda en México.
La influencia de “el padre Lira” se observa en que, en el año 2016, fue quien diseñó y controló toda la logística de la gira del Papa Francisco que realizó a México. Esa encomienda se le otorgó al sacerdote poblano por encargo de la Conferencia Episcopal de México y por decisión del Vaticano.
Actualmente Lira, aparte de ser obispo de Matamoros, Tamaulipas, encabeza la Pastoral de Movilidad Humana, que ha cobrado mucha notoriedad por ser la red de albergues de la iglesia Católica la que atiende y socorre a los migrantes de todo el mundo que, entran a México, para intentar llegar a Estados Unidos.
En esta semana, Lira organizó un encuentro de los obispos fronterizos de Texas y de México, para analizar la política antimigratoria del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Un cuarto aspirante es Francisco Javier Martínez Castillo, quien en noviembre cumple 50 años. Es joven y podría hacer una larga carrera como arzobispo de Puebla.
Actualmente es obispo auxiliar de Puebla. Ya fue vocero de la curia y vicerrector de la Catedral. No tiene un largo historial e influencia como los otros aspirantes, pero conoce las entrañas del universo católico del estado.