Un hecho inaudito es la siguiente historia: el año pasado, una funcionaria pública fue señalada de presuntamente haber violentado a una trabajadora, al no admitirle una incapacidad médica. La servidora pública, por ese incidente, es actualmente objeto de una investigación –que esta en curso— en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Puebla (CDH) y resulta que, en este organismo, no hace mucho la acaban de contratar como visitadora adjunta. Pese a que no está cerrado el expediente donde se documenta el maltrato que habría cometido.
Es decir, la funcionaria señalada de violar los derechos humanos ahora es una de las encargadas de investigar las denuncias –que llegan a la CDH– por violación de los derechos humanos; sin contar que, ella misma está señalada en una queja por no respetar las garantías de una trabajadora.
Eso es una muestra de lo mal que se encuentra la CDH a la llegada de Rosa Isela Sánchez Soya como presidenta de este organismo, a pesar de que apenas ha cumplido poco más de 100 días de haber sido designada ombudsperson por el Congreso del estado.
Lo que se sabe sobre la historia en cuestión, es lo siguiente: una trabajadora de la Comisión de Atención de Víctimas –dependiente del gobierno del estado— enfrentaba un problema fuerte de salud, razón por la cual acudió al ISSSTEP en donde le otorgaron una incapacidad médica. Por rencillas personales, cuando quiso entregar dicho documento en ese organismo, simplemente no se lo recibieron y no le respetaron la prestación social a la que tiene derecho.
Según la narración contenida en una queja que presentó la agraviada, habría sido Amanda Sofía Silva González, en su papel de secretaria particular de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, quien directamente le impidió entregar su incapacidad médica y la habría agredido físicamente.
La CDE al recibir la queja, solicitó que los representantes de la Comisión de Atención de Víctimas comparecieran para aclarar lo ocurrido y simplemente no respondieron al llamado del organismo.
Por ende, se inició una investigación del hecho antes narrado y las indagatorias todavía no terminan.
El aspecto sorprendente de esta historia es que no hace mucho, Amanda Silva fue contratada –ya bajo la gestión de Rosa Isela Sánchez Soya— como visitadora adjunta de la CDH. Es decir, se acabó convirtiendo “en juez y parte” de la queja que enfrenta. Además, sin duda alguna, es una nueva violación a los derechos humanos de la trabajadora que la acusó de actuar con violencia.
El que Amanda Silva esté señalada en una queja, no quiere decir que necesariamente sea responsable de violar los derechos humanos de una trabajadora gubernamental. Pero lo que debió haber ocurrido, es que su contratación en la CDH tenía que autorizarse hasta que se deslindaran responsabilidades y se determinara que la mujer señalada no es responsable de los actos violatorios de derechos humanos que se le imputan.
Sigue influyendo el grupo de Félix Cerezo
Dicho asunto no se reduce a la negligencia, o mejor dicho torpeza, del área de asuntos laborales de la CDH, que están bajo responsabilidad de Marco Antonio Moreno Rosado, el secretario Técnico Ejecutivo de la comisión. Sino hay un trasfondo más obscuro.
Quien habría colocado a Amanda Silva como visitadora adjunta de la CDH es Yessica Calderón García, quien hasta finales de 2024 se desempeñó como titular de la Tercera Visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla.
Más allá de ese cargo, Yessica Calderón se destacó porque siempre fue “el brazo derecho” del anterior presidente de la CDH, Félix Cerezo Vélez, quien está considerado el peor titular que ha tenido ese organismo.
Durante la pasada gestión de la comisión, era “un secreto a voces” que eran constantes las ausencias de Cerezo Vélez y quien prácticamente controlaba el organismo, era Yessica Calderón.
Y que en el anterior periodo, la CDH se convirtió en “un objeto de ornato”, que estaba al servicio del gobierno del estado, que actuó con omisiones en múltiples casos de violación de los derechos humanos y en 2024, fue utilizada como “garrote electoral de la 4T”, para golpear la imagen del ex alcalde panista de la capital, Eduardo Rivera Pérez, quien fue el candidato a gobernador de la oposición.
Por eso lo más sano para la CDH era que, al renovarse la presidencia, se limpiara a la comisión de toda la mala influencia del grupo de Félix Cerezo. Eso no ocurrió.
La actual ombudsperson al llegar al cargo, a principio de noviembre de 2024, demostró que no tenía idea de como conducir al organismo a su cargo al convertir a Yessica Calderón García en su principal consejera, representante y quien supervisaba todas las áreas de la comisión.
Fue en diciembre cuando presionaron a Sánchez Soya para que le pidiera la renuncia a los últimos reductos del grupo de su antecesor, Félix Cerezo. Fue entonces cuando Yessica Calderón dejó el cargo de Tercera Visitadora, faltando pocas horas para que concluyera 2024.
Ahora Yessica Calderón –tal como se narró el lunes en este espacio— está al frente de la Dirección de Derechos Humanos de la Sindicatura del ayuntamiento de la ciudad de Puebla y, desde esa posición, sigue influyendo en la ombudsperson, para desgracia de la defensa de los derechos humanos en el estado.