Todo indica que se ha alcanzado el consenso –por separado– en las dirigencias estatales del PRI y del PAN para postular a Mario Olvera Cortés como el próximo aspirante a alcalde en los comicios extraordinarios de Chignahuapan, lo que sin duda alguna constituye una candidatura fuerte, con muchas posibilidades de triunfo. Este personaje goza de una importante índice de popularidad, como producto de que ya fue edil. En los comicios de 2024 fue “el rival a vencer”, que no ganó por la división que hubo en el frente opositor.
Olvera gobernó Chignahuapan entre los años 2011 y 2014, bajo las siglas del PAN. Su gobierno se caracterizó por un fuerte impulso al turismo y por ser un alcalde conciliador, en una época en que dominó el autoritarismo del morenovallismo albiazul en el estado de Puebla.
Se sabe que habría disposición –por separado– de Néstor Camarillo Medina, el presidente estatal del PRI, y de Mario Riestra Piña, el recién estrenado dirigente del PAN, de aceptar la posible nominación de Mario Olvera Cortés, ante la imperiosa necesidad de ambas fuerzas políticas de obtener un resultado electoral de “la honra”, que les de un poco de vigor, de oxígeno, de optimismo, luego de que la oposición fue vapuleada por la 4T en el proceso electoral del año pasado.
En la contienda anterior, se anuló el resultado del municipio de Chignahuapan por la violencia que hubo durante el cómputo de los comicios y sobre todo, por la polémica de Juan Lira Maldonado, un personaje conocido con el mote de “El Moco”, de quien se le ha mencionado en espacios de opinión pública como un supuesto líder del crimen organizado.
Lira de manera sorpresiva ganó la contienda al ser impulsado por el partido Fuerza por México (FxM), cuyo propietario es el polémico empresario y legislador federal, Pedro Haces Barba.
El aspirante de FxM ganó con 6 mil 145 votos, contra 3 mil 846 de Mario Olvera y 3 mil 801 de Lorenzo Rivera Sosa.
El error es que Olvera solo fue postulado por el PAN y el PRD, mientras que el PRI se la jugó con Lorenzo Rivera Sosa, quien encabeza una familia de caciques en Chignahuapan.
Eso provocó un doble efecto. Primero que se dividiera el voto de la oposición, pues si hubieran ido juntos el PRI, el PAN y el PRD, habrían obtenido alrededor de 7 mil 600 sufragios, superando el resultado del entonces candidato de FxM.
Segundo: muchos votantes del PRI se fueron a FxM o se abstuvieron de sufragar en repudio al cacicazgo de la familia Rivera, que tiene “una enfermiza obsesión por el poder”, al considerar que solo ellos deben y pueden gobernar esa región de la Sierra Norte.
Otro factor que se debe observar es que, hasta ahora, todo indica que es casi imposible que pueda volver a competir Juan Lira, ante las versiones de que habría una fijación hacia su persona por parte de autoridades ministeriales.
Si se conjugan los anteriores factores, en el sentido de que Olvera logre llegar respaldado por toda la oposición, se estarían construyendo un escenario favorable para que el ex alcalde volviera a ser “el rival a vencer”.
Eso no quiere decir que ya cuajó su posible nominación, pues hay un factor que está jugando en su contra: la familia Rivera.
Los miembros de ese clan priista están presionando en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI para que la candidatura de Chignahuapan sea otorgada a Lorenzo Rivera Nava, el junior de la familia, que ya gobernó el municipio entre los años 2021 y 2024, dejando una administración desastrosa.
Es la fecha que las cuentas públicas de Lorenzo Rivera Nava no han sido aprobadas y hay voces críticas en Chignahuapan que, sostienen, que la gestión del anterior alcalde no sobrevive a una auditoría, misma que no se ha practicado por la inestabilidad que se vive en esa demarcación por la anulación del proceso electoral del año pasado.
La estrategia que estarían utilizando Lorenzo Rivera Sosa, quien es el padre, y Lorenzo Rivera Nava, quien es el hijo, es que ambos han esparcido la versión de que supuestamente ya tienen “el visto bueno” del gobierno de Alejandro Armenta para “ayudarlos” a ganar la contienda de este año.
¿Será eso posible? Se antoja una versión fantasiosa porque los Rivera ya han perdido el poder y el respaldo ciudadano que, durante muchos años, les permitió dominar la escena política de una parte importante de la Sierra Norte.
Además, es necesario preguntarse: ¿Qué ganaría la 4T con favorecer a los Rivera a ganar Chignahuapan? En el horizonte no se percibe ningún beneficio.
Sobre todo, cuando hay un dato muy fuerte: se sabe que Mario Olvera, el aspirante más fuerte, tendría la propuesta de Morena de ser su candidato para las nuevas votaciones.
Los Rivera no tienen “llenadera”
En líneas anteriores se afirmó que los Rivera tienen “una enfermiza obsesión por el poder”. Esa aseveración no es una exageración. Es una descripción de la realidad.
Solo hay que ver estos datos para llegar a dicha conclusión:
Lorenzo Rivera Sosa, quien actualmente tiene 62 años, fue alcalde de Chignahuapan entre los años 1999 y 2002. Luego de ello, ha sido legislador local y federal por esa región. Además, ha sido presidente estatal del PRI y delegado de ese partido, en varias partes del país.
Lorenzo Rivera Nava, tiene 36 años y es hijo de Rivera Sosa. Cuando tenía 22 años fue regidor del PRI, curiosamente en la gestión de Mario Olvera, y después fue dirigente juvenil del tricolor, siempre bajo la tutela de su padre.
Entre los años 2021 y 2024, Rivera Nava fue alcalde de Chignahuapan. Eso significa que ya han pasado por el mismo cargo padre e hijo.
Lo más cuestionable, es que Rivera Nava se retiró del puesto de edil –en 2024— para enrolarse como candidato del PRI a diputado por Chignahuapan. Es decir, dejó botada la administración que encabezó, en un periodo en que creció, “como lo hace la levadura”, el crimen organizado en la región.
Y el padre de la familia, se postuló como candidato del PRI a la alcaldía de Chignahuapan, en el año 2024. Todo con el propósito de ser el sucesor de su hijo y seguramente para ocultar la mala gestión administrativa de su vástago.
De tal manera, que el año pasado padre e hijo eran candidatos por la misma región. Y ambos fueron vergonzosamente derrotados.
A Lorenzo Rivera Nava lo venció la candidata de Morena, Kathya Sánchez Rodríguez, por una diferencia de casi 22 mil votos. Con ese resultado se frustró su intento de ser legislador.
Mientras que a Lorenzo Rivera Sosa le ganó el candidato de FxM por dos a uno, por lo que no pudo regresar al cargo de alcalde.
Y pese a esos catastróficos resultados, otra vez los Rivera quieren controlar la candidatura del PRI, bajo el argumento irreal de que solo ellos saben ganar.
Parece que no se dan cuenta que la gente ya no los quiere.