La sorpresiva detención del ex mando policiaco Ofir Picazo Garrido no es un asunto menor, ya que se trata de un importante operador de Ardelio Vargas Fosado, uno de los principales caciques en el estado y un hombre ligado a un oscuro pasado de abusos en materia de derechos humanos.
Muestra de esa relación estrecha es que Picazo Garrido fue parte del gobierno de Guadalupe Vargas Vargas, cuando esta mujer fue alcaldesa de Xicotepec de Juárez, correspondiente a su primer trienio en ese cargo, entre los años de 2018 y 2021. La dos veces exedil de ese municipio es hija de Ardelio Vargas Fosado. Una mujer que era uno de los cuadros más importantes del PRI y ahora ser parte de la 4T.
Fue en ese periodo –de los años de 2018 a 2021– en que mucha de la actividad del robo de combustible, el llamado huachicol, se mudó del área del “triangulo rojo”, que abarca seis municipios del sur y centro del estado, a la zona de la Sierra Norte de la entidad poblana.
Ante la estrategia de combate de dicha actividad delictiva que ordenó el presidente Andrés Manuel López Obrador, al llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo federal en 2018, gran parte de la operación de los “huachicoleros” se trasladó de las regiones de Tecamachalco, Tepeaca, Acatzingo, Quecholac, Palmar de Bravo y Acajete hacia amplias zonas de Xicotepec de Juárez, Huauchinango, Ahuazotepec, Chignahuapan y Teziutlán, entre otras demarcaciones.
Ofir Picazo Garrido fue detenido –este jueves– por los presuntos delitos de tentativa de homicidio y daño patrimonial en contra de una ex pareja sentimental.
Llama la atención que el proceso penal data de 2024 y este hombre no se inmutó ante la posibilidad de ser detenido, desde finales del año anterior, por lo que continuó su vida normal en los territorios de Huauchinango y Xicotepec de Juárez, como sintiéndose seguro de que ahí no le sucedería nada.
Picazo Garrido tiene un par de similitudes con Ardelio Vargas Fosado: los dos han ocupado una larga lista de cargos en el sector de seguridad pública y casi siempre terminan mal en los puestos públicos que desempeñan.
Entre los años 2008 y 2011, Picazo Garrido fue el secretario de Seguridad Pública de Huauchinango, que era encabezado por Rogelio López Angulo, quien en esa época transitaba en el primero de los tres ayuntamientos que ha encabezado.
Un dato relevante es que López Angulo siempre ha sido cercano a Ardelio Vargas.
Y un dato interesante es que no permitió que Picazo Garrido volviera a ser parte de sus últimos dos gobiernos que, van de 2021 a la fecha.
En el trienio que duró de 2011 a 2014, Ofir Picazo fue el responsable de la seguridad pública en San Martín Texmelucan, uno de los municipios más violentos del estado.
Le tocó ser parte del ayuntamiento texmeluquense que brilló por su inestabilidad, pues en ese segmento de tres años, hubo tres alcaldes, como consecuencia de que el primero de ellos, Carlos Sánchez, pidió licencia para irse de candidato del PRI diputado federal y luego le sucedieron como alcaldes interinos Yazmín Alonso Ramírez y Teodoro Ixtlapale Caporal.
En aquella época, Ofir Picazo y otros agentes de la Policía Municipal de San Martín Texmelucan fueron detenidos por no tener en regla sus licencias de portación de armas de fuego.
Años más tarde, este personaje fue objeto de un escandaloso robo –en el Centro Histórico de Huauchinango– luego de haber retirado del banco una fuerte suma de dinero en efectivo.
Otro día hubo un asalto a su vivienda por parte de un grupo armado.
Vale la pena preguntarse:
¿Fue mala suerte que le ocurrieran esos delitos?
¿O fue “un ajuste de cuentas”?