Se dice que quien afanosamente estaría buscando un cargo en el gobierno federal es la ex edil de Izúcar de Matamoros, la morenista Irene Olea Torres, pues considera que si consigue una representación oficial podría obtener impunidad y no enfrentar el juicio que está avanzando en torno a la agresión sexual y la tortura que sufrieron dos periodistas bajo su gobierno.
El pasado 3 de diciembre se realizó una nueva audiencia sobre el caso. La próxima semana habrá una segunda. Y a principios de enero, se tiene programada una tercera que será sobre el delito de tortura, que es el más grave y que podría provocar sentencias de hasta 20 años de cárcel para los implicados.
Quienes conocen el entorno de la ex presidenta municipal sostienen que Irene Olea –cuyo mandato terminó el pasado 15 de octubre– siente pánico de que el juicio la alcance y que su próximo destino pudiera ser “el banquillo de los acusados”, bajo la posibilidad de que se le pudiera acusar de ser la autora intelectual del tormento que sufrieron las jóvenes reporteras Nataly y Michelle Hoyos López.
Y es que se tiene claro que no hay interés del próximo gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, el darle algún tipo de protección o por lo menos de asesoría jurídica, luego de que una de las periodistas agredidas, Nataly Hoyos López, ha sido nombrada la próxima directora del Sistema de Información y Comunicación del Poder Ejecutivo.
Pero sobre todo porque los 11 servidores públicos implicados, que ya han sido vinculados a proceso por los ilícitos de ocultar y destruir información oficial del caso, así como del delito de tortura para seis de ellos, seguramente intentarán “salvar el pellejo”.
La única manera en que se podrían deslindar o recibir una pena menor, es que señalen a Irene Olea o los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública, como quienes habrían ordenaron detener, incomunicar y agredir sexualmente en los separos de la Policía Municipal de Izúcar de Matamoros a las periodistas Nataly y Michelle Hoyos López, luego de que como reporteras del periódico Enlace de la Mixteca cubrieron –la noche de 10 de marzo de 2023– una actividad previa a la marcha del Día Mundial de la Mujer, que se realizó al día siguiente.
Hasta ahora no se sabe cómo va a caminar el juicio, luego de que el 20 de junio del año pasado fue asesinada a tiros Socorro Barrera Sánchez, quien fue funcionaria del ayuntamiento de Izúcar de Matamoros y era la principal testigo “protegida” de la Fiscalía General de la República en el asunto de la agresión contra las hermanas Hoyos López.
Barrera Sánchez fue despedida del ayuntamiento matamorense por Irene Olea, luego de que habría aceptado declarar contra la entonces edil en el sentido de que habría conocido en tiempo real todos los detalles de la agresión contra las comunicadoras, pues ambas periodistas le resultaban incomodas por su visión crítica hacia el ayuntamiento de dicho municipio.
¿Le darán cobijo en la Federación?
Las preguntas que ahora surgen son: ¿Es posible que le den un cargo a Irene Olea de alta responsabilidad en el gobierno federal, luego de los malos resultados que arrojó en el proceso electoral de este año?
¿Con el antecedente de lo ocurrido con las periodistas Nataly y Michelle Hoyos la ex alcaldesa tendría cabida en un gobierno comprometido a luchar contra la violencia de género?
Desde el punto de vista político, Olea Torres no tiene buenas “cartas de recomendación”, ya que hizo perder a Morena la última elección municipal de Izúcar de Matamoros, que es la demarcación más importante de la Mixteca poblana.
Ganó la 4T bajo las siglas del PVEM en la figura de Eliseo Morales Rosales, mejor conocido como “El Chino Morales”, en mucho por el escándalo que hubo del asesinato –con 21 disparos— de Jorge Huerta Cabrera, quien era candidato a regidor del Partido Verde Ecologista de México.
La ejecución del político ocurrió un día antes de los comicios y generó un linchamiento mediático contra el candidato del PRI, Lorenzo Suárez, a quien intentaron acusar del homicidio, sin que hubiera pruebas contra el político priista.
Por eso no ganó el candidato del PRI, que estaba en primer lugar de las encuestas y había sabido aprovechar el malestar social contra el mal gobierno de Irene Olea, quien perdió la reelección.
En otro plano, sería un escándalo que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum diera cobijo a una ex edil que bajo su mandato se torturó a dos periodistas por el simple hecho de haber cubierto la organización de una movilización feminista.