Una situación que no cuadra es la siguiente: la presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), María Belinda Aguilar Díaz, ha empezado a despedirse no solamente del cargo, sino incluso del Poder Judicial de Puebla, pues la magistrada habría difundido el anuncio de que se dedicará a ser notaria pública, pues ya tiene asignada una plaza para ejercer esa función, sin especificar en que distrito realizaría esa laboro. Lo que no concuerda es que efectivamente se pusieron a concurso seis patentes notariales, pero la evaluación de los aspirantes son hasta la próxima semana. Entonces surge el cuestionamiento: ¿Cómo es posible que la titular del TSJ ya tenga comprometido un puesto de fedataria cuándo todavía no se realiza el examen de oposición?
No es el único caso, se dice que en el círculo cercano al magistrado José Eduardo Sánchez Hernández, quien es el presidente del Consejo de la Judicatura del Estado de Puebla, que también ya se da por hecho que va a ser nombrado notario público antes de terminar el año.
En los corrillos de las salas del TSJ ha cobrado fuerza la versión de que José Eduardo Sánchez Hernández se va del cargo –que ostenta desde el 12 de septiembre de 2023– por una razón de peso: el arribo del “armentismo” al poder político de Puebla, en diciembre de este año.
Y la presencia de Sánchez Hernández se ha vuelto “insostenible” por dos garrafales errores de cálculo político.
Resulta que el togado habría sido de los ingenuos que se creyeron la fantasía de que Ignacio Mier Velazco sería el candidato de la 4T al gobierno del estado de Puebla, debido a que era “el consentido” del presidente Andrés Manuel López Obrador. El funcionario judicial “se la jugó” con el fracasado aspirante morenista y ahora, estaría pagando las consecuencias.
El segundo mal cálculo “fatal”, es que se habría creído una segunda “fantasía” de que, si el candidato de Morena no era Ignacio Mier, entonces Alejandro Armenta Mier no tenía posibilidades de ganar la elección de gobernador y al final, el aspirante de Morena se acabó convirtiendo en el contendiente más votado de la historia del estado de Puebla. El asunto es que el magistrado, en el reciente proceso electoral, habría inclinado sus simpatías hacia el panista Eduardo Rivera Pérez, quien acabó vapuleado en la lucha por la titularidad del Poder Ejecutivo.
Sus allegados dicen que, si no se va de notario público “como una salida digna por jugarle a las contras a la 4T”, al magistrado José Eduardo Sánchez Hernández le espera un periodo “muy difícil” en el Poder Judicial poblano.
Más allá de que si es cierta o es falsa la versión de los “yerros” de José Eduardo Sánchez Hernández, el cuestionamiento que no tiene respuesta es: por qué dos magistrados se sienten seguros de que van a ser notarios públicos cuando apenas está iniciando el proceso concurso oposición para los que quieren ser fedatarios.
Tal situación plantea dos hipótesis:
Primera: que, pese al rígido concurso de oposición de notarios públicos, se le puede “seguir torciendo el rabo a la puerca” y desde las altas esferas del Poder Ejecutivo entregar notarias a “los incondicionales”.
Segunda: que los magistrados habrían “hablado de más” y no tienen nada asegurado en el proceso de asignación de cargos de fedatarios. Esta última posibilidad suena poco probable de que sea la verdad.
Cuentan los enterados que el pasado 28 de octubre, en un exclusivo salón social, la magistrada María Belinda Aguilar Díaz habría celebrado su cumpleaños y que ahí confirmó la versión que corre, desde hace tres o cuatro semanas, de que ya tendría “asegurada” una notaría.
En el “radio pasillo del Poder Judicial” se dice que esa situación es por “obra y gracia” de alguien que está en la cúpula del poder político de Puebla.
Situación que no cuadra si se toma en cuenta que este viernes, en el Periódico Oficial del Estado de Puebla, el encargado de despacho de la Consejería Jurídica del Poder Ejecutivo, Miguel Arturo Sandoval Sánchez, publicó la convocatoria para competir por las notarías públicas número 2 de Tetela de Ocampo, la 6 de San Pedro Cholula, la 14 de Tehuacán, la 8 de Huejotzingo, la 2 de Zacatlán y la 2 de Izúcar de Matamoros.
Las bases establecen que esta semana se dará a conocer quienes de los aspirantes a ser fedatarios son aceptados en el concurso.
Mientras que las evaluaciones serán del 11 al 13 de noviembre. Los que ganen el concurso son quienes tengan la mayor puntuación y un mínimo de 8 de calificación en los exámenes. Los resultados se conocerán en los primeros días de diciembre próximo
Si acaban siendo ganadores los magistrados María Belinda Aguilar y José Eduardo Sánchez, ya nadie va a creer en esos exámenes selectivos de notarios públicos.