El martes 22 de este mes fue el Día Nacional del Ministerio Público y el ánimo que hubo en la Fiscalía General del Estado (FGE) es “que no había mucho que festejar”, pues domina la percepción de que en la FGE se vive una crisis por la falta de recursos humanos y materiales, pero sobre todo, porque existe una especie de “terrorismo laboral” contra los agentes del Ministerio Público (MP).
Aunado a un agravio que tiene inconformes a varios agentes ministeriales consistente en que, desde hace un año, una de las funcionarias estrellas de la FGE es Alejandra Odette Flores Ventura, quien es la titular de la Coordinación General Especializada en la Investigación de Delitos Dolosos. Dicho de otra manera, es quien investiga muchos de los episodios criminales de más alto impacto.
Flores Ventura se destaca porque en la era en que la cabeza de la entonces Procuraduría General de Justicia –institución antecesora de la FGE— era Víctor Carrancá Bourget, esta mujer en su calidad de encargada de tareas ministeriales fue una de las responsables de la persecución política contra luchadores sociales y críticos del morenovallismo.
En el año 2020, poco después de la detención de Eukid Castañón Herrera, quien era el principal operador del extinto exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas, hubo un escándalo porque policías ministeriales supuestamente allanaron una casa propiedad del ex funcionario morenovallista y resultó ser la morada de una pareja de personas de la tercera edad que, casi les da un infarto por la incursión violenta del personal de la FGE.
Según la versión de uno de los periodistas policiacos más acuciosos de Puebla, el finado Alfonso Ponce de León, ese episodio no fue un error, sino habría sido una acción premeditada por Alejandra Odette Flores Ventura, junto con el entonces fiscal metropolitano, Jaime Huerta Hiedra, para poner en ridículo al titular de la FGE, Gilberto Higuera Bernal, y ayudar a la causa penal de Eukid Castañón, quien enfrentaba una larga lista de cargos penales.
Meses más tarde, Flores Ventura se fue de la FGE de Puebla y se habría trasladado al estado de Jalisco, en donde se desempeñó como litigante privada.
De manera sorpresiva, el 1 de septiembre de 2023, regresó a la Fiscalía General del Estado y se ha convertido en el “brazo derecho” de Gilberto Higuera Bernal.
No falta quienes hacen suposiciones de que Higuera Bernal podría estar impulsando a Alejandra Odette Flores Ventura para que sea quien lo suceda en el cargo, que se vence en el año 2027.
Tal situación plantea una pregunta fundamental: Alejandro Armenta Mier al llegar al cargo de gobernador de Puebla, en diciembre próximo, ¿Va a permitir el ascenso de Alejandra Odette Flores Ventura, luego de que el político morenista fue uno de los perseguidos del morenovallismo?
Más allá de aspectos políticos de Flores Ventura, lo que provoca agravio en los agentes del MP es que ha alguien con un pasado obscuro se le solape en la FGE, mientras que el personal encargado de argumentar la comisión de delitos ante los jueces se les tiene siempre bajo vigilancia y sospecha de que cometen actos de corrupción.
Se ha llegado al extremo de que, actualmente, a los agentes del MP se les exige que continuamente reporten su ubicación georreferenciada en tiempo real y con evidencia fotográficas. Como una manera de controlar sus pasos.
El mayor malestar es que a los miembros del MP se les exige mucho, pero cada uno de ellos en realidad hace el trabajo que correspondería de manera normal a 3 o 4 agentes ministeriales.
Sin contar que no tienen agentes auxiliares que los ayuden en sus labores.
Y en muchas ocasiones no hay la papelería mínima para hacer su trabajo, junto con otros insumos como tinta para impresoras.
A veces ellos tienen que poner hasta el papel higiénico de los sanitarios y el detergente para que se haga el aseo.
Por eso en la opinión de miembros del MP se vive “un terrorismo laboral” como consecuencia de que la FGE no pasa por su mejor momento, al carecer de lo elemental para hacer un buen trabajo.