En las próximas semanas habrá tres vacantes en el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de Puebla (CJPJP), habiendo un lugar vacío que pronto debe ser cubierto. Una de las mafias más añejas del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que sería encabezada por el magistrado César Iván Bermúdez Minutti, quiere imponer en ese sitio desocupado al juez Ruperto Leonardo Treviño Musalem, sin importar su pasado obscuro.
El nombre de Ruperto Leonardo Treviño Musalem hace 14 años ocupó con fuerza los espacios de opinión pública al surgir en su contra una acusación de presuntamente haber recibido un soborno de un millón 200 mil pesos del empresario Francisco Bernat Cid, como parte de un conflicto que este último tenía con otro conocido hombre de negocios, Ricardo Henaine Mezher, por la disputa del control del Club Puebla del futbol de primera división. Ambos era socios en ese entonces de dicha agrupación deportiva.
Treviño Musalem siendo juez noveno de la Civil no solamente protagonizó ese escándalo por haber enfrentado una orden de aprehensión en su contra, dictada por un juez de distrito, sino porque el TJS le otorgó licencia de manera precipitada y sin investigarlo, lo cual le ayudó a encontrar rápido un amparo en Tlaxcala y eso evitó que fuera detenido.
Los cuestionamientos llegaron hasta el TSJ porque se ponía en evidencia como se protegía a sus miembros cuando había una acusación de un ilícito en contra alguno de ellos.
Otros “escandalitos” de Treviño Musalem es que ha colocado a familiares en cargos del TSJ y que sería pariente político de Juan Carlos Vergara Tapia, un famoso exedil del municipio de Petlalcingo, quien fue acusado de haber violado a dos trabajadoras de la desaparecida Secretaría de Desarrollo Social. El alcalde fue protegido por el gobierno estatal de esa época, encabezado por el priista Mario Marín Torres.
El nombre del juez Ruperto Leonardo Treviño Musalem ha sonado fuerte como aspirante para sustituir María Guadalupe Muñoz Pérez, quien este mes debe abandonar el cargo de consejera del CJPJP e incorporarse a su plaza de juez de oralidad.
Sin embargo, el problema no se reduce al nombre de quien resulte electo para ocupar esa vacante, sino tiene que ver con un tema de mayor profundidad, que es el siguiente:
Más allá de los intentos de un poderoso grupo de intereses viciados –que actúa dentro del Poder Judicial poblano– de ocupar las vacantes del CJPJP, es importante plantear un par de preguntas trascendentes en estos momentos, que serían las siguientes:
El mandatario electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, ¿Va a extender la tolerancia que varios gobiernos han tenido con la mafia que supuestamente encabeza el magistrado César Iván Bermúdez Minutti?
¿Hasta dónde quiere llegar el compromiso de Armenta con la reciente reforma al Poder Judicial Federal?
A Puebla la reforma judicial va a llegar en un par de años. Entre otros cambios, el Consejo de la Judicatura tendrá que desaparecer y ser sustituido por un Tribunal de Disciplina Judicial.
Tal coyuntura plantea dos posibles escenarios: Si el gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, realmente quiere que en su sexenio el Poder Judicial poblano cambie y deje de ser un factor de perversión de la justicia, es necesario que desde ahora se proponga frenar a los grupos de interés que han convertido a los juzgados en un mercado de tráfico de influencias y de corrupción.
Y una buena manera de iniciar es evitando que las vacantes del Consejo de la Judicatura queden en manos de una de las mafias más arraigadas en el Poder Judicial, que surgió desde el sexenio de Melquiades Morales Flores, cuando el presidente del TSJ era Guillermo Pacheco Pulido.
El segundo escenario: es que Alejandro Armenta deje que el Poder Judicial poblano siga funcionando a la vieja usanza y hasta dentro de dos años, cuando ya se tenga que aplicar en el estado la reforma constitucional que recientemente aprobó el Congreso de la Unión, entonces ya se hagan cambios a en este ámbito.
Si ocurriera esta segunda posibilidad, pareciera que únicamente se buscaría un cambio cosmetológico al Poder Judicial poblano, para que aparentar una cara nueva, pero en realidad no habrá una reforma profunda.
La mafia de jueces y magistrados
Se dice que actualmente de entre todos los magistrados el personaje que tiene más poder se llama César Iván Bermúdez Minutti, por supuestamente controlar un grupo de interés que surgió a principios del siglo XX.
Alrededor de Bermúdez Minutti estaría ejerciendo un poder fáctico que agrupa actualmente a los magistrados que llegaron al poder bajo la sombra del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y su esposa, la exgobernadora Martha Érika Alonso Hidalgo. Así como una veintena de jueces, que han conformado una cofradía para defender sus intereses obscuros.
También en esa agrupación entran algunos jueces y magistrados que fueron afines a Héctor Sánchez Sánchez, quien encabezó el TSJ durante el mandato del gobernador panista José Antonio Gali Fayad y tres años en el periodo del ex mandatario morenista Luis Miguel Barbosa Huerta.
Es importante recordar que, de todos los gobernadores contemporáneos de Puebla, fue durante el morenovallismo cuando se dio el cambio de magistrados más abultado, ya que se sustituyó –voluntariamente o a la fuerza— a dos terceras partes de los magistrados.
La mafia que comandaría Bermúdez Minutti nació bajo la tolerancia de Guillermo Pacheco Pulido, cuando ocupó la titularidad del Poder Judicial en los sexenios de los ex gobernadores priistas, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres.
El primer líder de ese poder fáctico, dentro del Poder Judicial poblano, lo ocupó Alfredo Mendoza García, un personaje que tenía la capacidad de mover jueces, de colocar parientes en la estructura del TSJ o de influir en el cualquier fallo judicial.
Al llegar al poder el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas obligó a Alfredo Mendoza García a jubilarse, junto con otros 6 magistrados. Sin embargo, la hermandad quedó intacta y llegó a dirigirla el magistrado Elier Martínez Ayuso, quien en el presente ya está en el retiro.
Desde la época de Martínez Ayuso, esta mafia dirigió su actuar a favor de los intereses del morenovallismo.
El último que ha llegado a encabezar a dicho grupo de interés es César Iván Bermúdez Minutti, o bueno es lo que se comenta en “el radio pasillo del Poder Judicial”.
Una segunda mafia
No solamente se habla de una mafia adentro del Poder Judicial poblano, hay un segundo grupo de interés que es encabezado por Daniel Iván Cruz Luna, el actual secretario de Seguridad Pública en el estado.
Se dice que Cruz Luna ya se está moviendo para que, en diciembre próximo, cuando se renueven otros dos lugares del CJPJP, él pudiera cubrir una de esas vacantes. Bueno ese ya será tema de otra columna.