El aumento a las tarifas del pasaje en el transporte público en Puebla, es inevitable.
Los empresarios y concesionarios se saldrán con la suya. ¿Cuándo? Es una buena pregunta, antes o después del 14 de diciembre.
Lo cierto es que será el segundo incremento en los gobiernos de Morena, en menos de seis años.
En esta ocasión aplica el “clásico“, es decir, la respuesta del expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la “del PRI robó más”, cuando le preguntaban de casos de corrupción en su gobierno.
Para quienes no recuerdan en los últimos seis años de gobiernos del PRI, la tarifa del pasaje aumentó 100 por ciento.
En 2005, a cinco días de finalizar la administración del exgobernador priista Melquiades Morales, autorizó un incremento de 3 a 3.50 pesos en la ciudad de Puebla.
En el sexenio del último exgobernador del PRI, Mario Marín, fueron tres aumentos, hasta quedar en 6 pesos en 2010, a unos meses de acabar su administración.
Con los gobiernos del PAN de Rafael Moreno Valle (2011-2017) y Antonio Gali (2017-2018) no hubo incrementos.
No por buena onda. En esa época el huachicol estuvo en su apogeo en Puebla.
Y aunque lo nieguen los transportistas, cientos de unidades hacían fila en Xonacatepec para llenar sus tanques de gasolina o diésel.
En 2019, con el exgobernador de Morena, Miguel Barbosa, se dio el primer aumento en la época de la 4T, al pasar de 6 a 8.50 pesos.
Ahora los dueños de los camiones y combis exigen un aumento de 8.50 a 19 pesos por persona. Eso sí es una locura.
Si no hay marcha atrás, los ciudadanos esperan que sea algo razonable.
Si el pasaje sube al menos a 10 pesos, será un golpe a los bolsillos de los ciudadanos, pero el aumento de un peso es algo prudente.
Millones de usuarios están en manos de las autoridades y transportistas, para que el incremento no sea tan drástico.