Aunque la dirigencia estatal del PAN ha dado muestras evidentes de su parcialidad en el proceso interno de renovación del Comité Directivo Estatal (CDE) a favor del grupo político de Eduardo Rivera Pérez, el viernes de plano se descaró e instruyó a sus delegados a operar una elección a modo.
Ese día Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández y Marcos Castro Martínez, presidenta y secretario general en funciones, mandaron a los 12 delegados del CDE a visitar en persona a los presidentes de los comités y delegaciones municipales para que respalden el método extraordinario en la elección de los sucesores de aquellos.
Y los enviaron con todo y machotes de una convocatoria y un acta sesión extraordinaria en la que los integrantes de los comités y delegaciones municipales firman un acuerdo pronunciándose a favor de que sean los consejeros estatales y no los militantes quienes elijan a sus dirigentes estatales.
Dichos machotes están hechos para que el presidente o presidenta del comité o delegación solo firmen la convocatoria y escriban la fecha y hora en que se celebraría la sesión extraordinaria; para que en el acta correspondiente pongan su nombre, cargo y firma; y para que agreguen el nombre del secretario o secretaria general, el nombre del municipio al que pertenecen y si dicho acuerdo se tomó por mayoría o unanimidad.
Toda una mascarada ya que su único propósito es evitar que los militantes del PAN participen de manera directa y abierta en la elección de sus dirigentes estatales. Una maniobra del CDE saliente para mantener el control de las estructuras del partido y para favorecer al grupo político del expresidente municipal de Puebla y excandidato a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez.
En Puebla el PAN cuenta con 84 comités municipales y 40 delegaciones municipales, es decir con estructuras que abarcan el 57 % de los 217 presidentes municipales en que se divide la entidad.
Entre los 12 delegados del CDE enviados a conseguir el apoyo de las estructuras municipales figuran los siguientes: Esther Perdiz, Eliseo Melo, Emiliano Rodríguez, Martín Coeto, Rubén Darío Chacón, Everardo Alvarado y Leobardo Mendoza.
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Tómelo con reserva, pero trasciende que el exdirigente estatal del PAN, Jesús Christian Giles Carmona, será parte del gobierno de José Chedraui Budib en el Ayuntamiento de Puebla como subordinado del secretario de Bienestar y Participación Ciudadana, Carlos Humberto Gómez Tepox.
Según esta especie, el exdirigente panista, que en la campaña de Pepe Chedraui intentó conformar un bloque de simpatizantes del PAN a favor del entonces abanderado de Morena, PT, PVEM, Nueva Alianza y Fuerza por México a la alcaldía de Puebla, será nombrado director de Bienestar.
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A los magistrados del Poder Judicial de Puebla, y en particular a los del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), no les gustaron las invitaciones —más a fuerza que por favor— para asistir a diversos eventos, como la inauguración del Auditorio de la Reforma y al festival que marca el arranque de la temporada de mole de caderas y espinazos en Tehuacán.
Y no porque tengan una mala relación con el gobernador saliente, Sergio Salomón Céspedes Peregrina. Para nada.
Su molestia radica en los comentarios que acompañan la invitación que les hace la presidenta del TSJ, María Belinda Aguilar Díaz, en el sentido de que en 2025 habrá de renovarse el Poder Judicial y más vale apoyar a las autoridades de la 4T, por si quieren continuar.
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