Edmundo Tlatehui Percino consiguió –el sábado anterior– reunir a una parte importante de la estructura del PAN de la ciudad de Puebla, entre ellos a seis presidentes auxiliares, que se sumaron a su proyecto de buscar la presidencia estatal del Partido Acción Nacional. El avance conseguido no se reduce al número de asistentes al encuentro, sino a que logró penetrar el bastión del grupo político de Eduardo Rivera Pérez, el ex candidato a gobernador, quien no ha quitado del “dedo del renglón” de buscar seguir controlado la dirección del albiazul.
Tal situación coloca a Tlatehui –que está a punto de terminar su mandato como alcalde de San Andrés Cholula– como el líder emergente más importante que tiene el PAN en el estado, en la actualidad.
El doble mérito de Tlatehui es que fue el único que no salió derrotado en la elección del pasado 2 de junio, pues el PAN retuvo la alcaldía de San Andrés Cholula y fue la única plaza relevante en donde derrotó a la 4T. Pero, sobre todo, que su liderazgo en poco tiempo saltó del ámbito local de su municipio a que ahora está encabezando un movimiento estatal que demanda una renovación democrática de la dirigencia del partido de la derecha.
La demanda central, del todavía edil sanandraseño, es que sea la militancia la que elija al próximo presidente panista y no el reducido número de integrantes del Consejo Estatal del Partido Acción Nacional.
A eso se debe que su liderazgo “creció como la espuma”, supo captar el fuerte malestar que hay en las bases panistas por la ausencia de vías democráticas para tomar decisiones, una condición que se perdió desde la época del morenovallismo y prevalece hasta la actualidad, en que las candidaturas a cargos de elección popular y de dirigentes se han definido por decisiones cupulares.
Por esa razón, en su grupo político se ha establecido que, si se acepta el voto de la militancia como método de selección del próximo Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN, prácticamente Tlatehui ya se habrá anotado una victoria en el proceso interno panista, aunque no logre la presidencia del albiazul.
Y al mismo tiempo se ha condicionado que, si se decide que el próximo CDE panista se elija por medio únicamente de los consejeros estatal, Tlatehui se abstendría de anotarse como candidato a la presidencial del albiazul bajo el entendido de que si participa en el proceso interno estaría convalidando una imposición.
A nivel nacional la renovación de la dirigencia panista se ha concentrado en dos bandos y dos aspirantes: Jorge Romero Herrera que representa la continuidad de la corriente del directivo saliente, Marko Cortés Mendoza; y la facción del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, que ha postulado a la exsenadora tlaxcalteca Adriana Dávila Fernández.
La tendencia es que en Puebla podría ocurrirá algo similar, ya que solamente dos expresiones tendrían la fuerza de disputarse la titularidad del CDE panista. Estas son: el grupo de Eduardo Rivera Pérez y la facción de Edmundo Tlatehui.
En el bando de Eduardo Rivera aún no se decide si el candidato sería el alcalde de la ciudad de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, o el candidato perdedor en la reciente lucha por la presidencia municipal de la capital, Mario Riestra Piña.
Mientras que en el polo opuesto hay un solo aspirante natural: Edmundo Tlatehui.
En medio de estas dos expresiones, hay tres voces que han “alzado la mano” para buscar competir por la titularidad del PAN, ellos son la exlegisladora Mónica Rodríguez Della Vecchia, el diputado local Rafael Micalco Méndez y la ex dirigente Genoveva Huerta Villegas, quien salió derrotada en la contienda constitucional del 2 de junio.
De ellos, solo Mónica Rodríguez tendría la capacidad de ganar simpatías en los sectores más tradicionales del partido. Los demás tienen pocas posibilidades de competir.
Pero en general, de la impresión de que solo habrá dos candidatos fuertes, de los grupos de Tlatehui y Rivera, y los demás están buscando negociar a quien le dan sus votos en el proceso electoral del blanquiazul.