De la peor manera está terminando el gobierno de Pedro Tepole Hernández en Tehuacán, con una ciudad inundada de basura, ya que se quedó sin servicio de recolección de desechos, y plagada de violencia, que se manifiesta con múltiples asaltos a negocios y una ola de ejecuciones, que suma 33 asesinatos en la vía pública en lo que va del año. Frente a esta crisis la única respuesta del alcalde es el silencio y esperar a que transcurran con rapidez los poco más de 20 días que le quedan a su gestión.
Para nadie es una novedad el errático gobierno de Pedro Tepole, sobre todo porque el electorado le pasó la factura y evitó su reelección como alcalde.
Lo que está en suspenso es saber si Tepole gozará de impunidad o habrá la voluntad política para sancionar la larga lista de abusos y excesos que hubo en su administración.
Con el caso Tehuacán, se genera uno de los primeros retos de la 4T que es demostrar que realmente se combatirá la corrupción en el sexenio que está por iniciar, sin importar que los presuntos responsables sean parte de Morena o de sus aliados políticos.
La situación de Tehuacán no es menor. En las últimas semanas se ha acrecentado el clima de malestar ciudadano contra el presidente municipal no solo por la crisis de limpieza y seguridad, sino también por la pésima calidad de la obra pública que se construyó en los meses recientes y que resulta inadmisible –con justificada razón— para la población que supuestamente es la beneficiaria con los proyectos en cuestión.
Una fuente bien documentada calcula que aproximadamente 80 por ciento de las obras viales que emprendió el ayuntamiento en este año, registran graves problemas de calidad de materiales, de ejecución de los proyectos y de falta de planeación. La mayoría de las calles remodeladas enfrentan hundimientos, inundaciones y levantamiento de los adoquines, o ya está dañada la carpeta asfáltica a las pocas semanas de haber sido concluido los trabajos.
El enojo de la gente se ha intensificado porque ante los reclamos de lo mal hecho de las obras públicas, la única respuesta que ofrece el ayuntamiento a los inconformes es que procedan a reclamar la aplicación de las finanzas que se supone son la garantía para que las empresas constructoras cumplan con las labores encomendadas. Queda claro que ya no da tiempo para hacer dicho trámite, toda vez que la gestión de Tepole concluye en 3 semanas.
Quien tendría que ser el principal interesado de que se proceda contra la gestión de Tepole es el alcalde electo Alejandro Barroso Chávez, pues desde ahora se advierte que tendrá un conflictivo arranque de gobierno, ya que los organismos de agua potable y de limpia tienen “números rojos”. A la par que la ciudad está inundada de basura, de asaltos y ejecuciones, así como de malas obras púbicas que son nuevas y ya se tienen que reparar.
Barroso debe advertir que, si no quiere sufrir un severo desgaste en los primeros de su gestión, ya que la gente lo hará responsable de todo los que no funciona en la ciudad, tendrá de inmediato que deslindar responsabilidades y buscar que sean sancionados los culpables del desastre. Sin importar que el nuevo alcalde sea de Morena y su antecesor del PVEM y del PT, es decir, que ambos son de la 4T.
La empresa que se negó a limpiar las calles de Tehuacán
Si un vecino de Tehuacán, por estas fechas, se le pregunta ¿Cómo han estado las cosas por allá?, con toda seguridad las posibles respuestas podrían ser: “todo está lleno de mierda” o “nadamos en la basura que el gobierno no quiere recoger”. Y queda claro que no son aseveraciones exageradas.
Resulta que la ciudad está llena de montoneras de basura en todos los rumbos. Muchos lotes privados y espacios públicos, como parques o explanadas, se han convertido en basureros improvisados. Todo eso es resultado de que nadie se hace cargo del servicio de recolección de desechos, como consecuencia de los dislates del ayuntamiento.
Hace un año se eligió a una empresa privada para prestar ese servicio público, con el pequeño gran detalle de que no cubría un requisito esencial de la licitación, el cual era que antes de entrar en funcionamiento debía contar con un terreno suficientemente grande para instalarse y ahí concentrar los camiones recolectores, junto con los desechos, previos a ser llevados a un relleno sanitario.
Al paso de los meses, la empresa seleccionada expresó –por medio de sus directivos— “que siempre mejor no le entraban al contrato”, porque no habían conseguido el terreno que le exigía el ayuntamiento.
En consecuencia, en los últimos meses nadie ha recogido la basura. De nada sirvió que, en 2023, el ayuntamiento declaró a Tehuacán en una situación de “emergencia sanitaria”.
Silencio frente a la violencia
El año pasado en Tehuacán hubo oficialmente 33 ejecutados, principalmente como parte de una disputa por el control de algunas actividades criminales. Las autoridades es lo que constantemente explicaron hasta el cansancio.
Ahora en 2024, la lista de ejecutados ya es de 24 casos, cuando faltan un poco más de 3 meses para acabar el año. La diferencia con lo que pasaba en 2023, es que ahora el ayuntamiento no habla del tema. No hay información ni comentarios. Como intentando “ocultar la realidad”.