Quien seguramente no se quiere topar por ningún motivo con los trabajadores a los que representa, es el dirigente del gremio de burócratas del estado, Jhovani Oliver Gallo, quien luego de obsesionarse dos años en ganar el cargo en los tribunales y tres años en que no hubo una mejora salarial gestionada por la representación sindical, hace unos días anunció que solo se consiguió un pírrico aumento de sueldo de apenas el 4 por ciento para el ejercicio de 2024, que en términos reales significa no más de 500 pesos de incremento por mes.
Oliver Gallo es consiente del fuerte malestar que provoca entre las bases del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla y Organismos Descentralizados ese insignificante aumento salarial, razón por la cual el viernes pasado, en una comida que se les organizó a los burócratas –en el Centro Expositor— y en la que estuvieron las autoridades del Poder Ejecutivo, no se mencionó nada de la revisión contractual de este año, solo se dijo que se seguía negociando.
En realidad, ese día ya se había fijado el porcentaje del aumento salarial, pero no se mencionó nada porque se sabía que se iba a desatar una rechifla de enojo de los trabajadores contra los líderes sindicales y funcionarios del gobierno del estado, que son de la 4T y se supone que están del lado de clases populares.
El martes de esta semana, mediante la circular STSPEPYOD/00010, sin hacer ninguna valoración, Jhovani Oliver Gallo les informó a sus representados que el aumento salarial es de tan solo el 4 por ciento. Eso ya generó una ola de enojo entre los burócratas que se sienten engañados e ignorados.
Para entender ese malestar, solo hay que sacar cuentas de las cifras que ofreció el propio sindicato:
La categoría laboral más alta, entre los burócratas, es la clave G0020 que corresponde a un pago mensual de 11 mil 522 pesos, pero ahora con el incremento será de 11mil 983 pesos, es decir la mejora es de apenas 461 pesos.
Mientras que la categoría más baja, que tiene la clave GO911, pasa de 7 mil 500 pesos a 7 mil 800 peso al mes. Lo que significa un incremento de 300 pesos.
Otro rubro que se destaca es que la ayuda de despensa subió 22 por ciento, lo que equivale a pasar de 367 pesos al mes a 448 pesos. Tal prestación aumentó en 81 pesos. Una cantidad que no alcanza ni para comprar cilantro que, en fechas recientes, el manojo de 8 kilogramos pasó de 130 pesos a 450 pesos.
Una compensación que se paga a los trabajadores de base se modificó: antes era de 1 mil 419 pesos al mes y ahora, de manera retroactiva al 1 de junio, será 1 mil 476 pesos. Es decir, subió 57 pesos.
Lo que no tiene nombre, es que el apoyo para el trasporte que cambió de 530 pesos a 551 pesos. Ahora los trabajadores ya tienen 21 pesos más para enfrentar el duro gasto de los pasajes diarios.
Todas las anteriores cifras son una burla al gremio de burócratas, ya que los lleva a un mayor empobrecimiento. No es una exageración esa afirmación, solo hay que ver los siguientes datos:
En el año 2021, el gobierno del estado propuso un aumento del 4 por ciento y la entonces dirigente sindical, Virginia Socorro Meza Cruz, lo rechazó por considerarlo insuficiente. Lo que en realidad ocurría es que estaba más interesada en fraguar un proceso electoral amañado para imponer a su candidato al frente de la organización gremial, que era Jhovani Oliver Gallo.
Un año más tarde, en el sindicato había un fuerte conflicto por el fraude en las elecciones internas –realizadas en diciembre de 2021—y por ende, no se tenía una representación laboral. Es llevó a que, por segundo año, no hubiera aumento salarial.
El año pasado, mediante un turbio procedimiento se colocó por una decisión de la parte patronal, no de los trabajadores, a Jhovani Oliver Gallo en la secretaría general del sindicato. De nada sirvió, porque la representación gremial no supo tramitar la negociación salarial de ese ejercicio.
Por una decisión unilateral, el gobierno del estado anunció un aumento del 6 por ciento a los sueldos para 14 mil empleados, sin tomar en cuenta a Oliver Gallo.
Se supone que este año, tenía que buscarse una negociación contractual que ayudara a revertir el rezago de tres años en el incremento económico de la fuerza trabajadora oficial, moral
Para eso, pomposamente el sindicato hace unas semanas anunció que pediría, que exigiría, un aumento salarial del 32 por ciento. Al final alcanzó un poco más de una décima de su petición. Un rotundo fracaso.
El problema de fondo es que Jhovani Oliver Gallo no tiene autoridad para exigirle al gobierno un trato digno a sus propios trabajadores.
Oliver Gallo fue oficialmente despedido como empleado de la Secretaría de Movilidad y Transporte el 16 de marzo de 2022, bajo el argumento de que el afectado había incurrido en la falta de “abandono de empleo”.
En agosto de 2023, de manera autoritaria se puso fin a un litigio en contra el fraude electoral en el sindicato de burócratas y se decidió, imponer al frente a Jhovani Oliver Gallo, quien, a su vez, lo reincorporaron como trabajador del gobierno del estado, es decir le perdonaron “el abandono de empleo”.
Con esos antecedentes, Oliver Gallo no tiene manera de exigirle algo al patrón de los burócratas. Ya que “le debe la vida” al gobierno actual.