El área de Organización Electoral del Instituto Estatal Electoral (IEE) está bajo la sospecha de que fue ahí en donde se habría realizado la operación de transferir, de manera burda e ilegal, unos 27 mil votos de Morena a favor de Fuerza por México (FxM), para evitar que este último perdiera su registro como partido político local. Y son dos los funcionarios que están bajo “la lupa” –de la oposición— de que ellos podrían ser los responsables de dicho fraude a la voluntad popular.
Los reflectores principalmente se están dirigiendo hacia Saúl Sánchez Muñoz, el encargado de despacho de la Dirección de Organización Electoral del IEE, quien hasta ahora no ha podido ofrecer una explicación de esa transferencia irregular de sufragios.
El funcionario se enfermó o “lo enfermaron”, para que no estuviera presente en la última sesión en que se exigía su comparecencia.
Aunque la principal sospecha no recae en Saúl Sánchez Muñoz, sino en Gerardo Jiménez Alarcón, quien también es encargado de despacho del puesto de jefe de Departamento de Organización Electoral del IEE, pues sería en su área en donde directamente se habría realizado el acomodo de cifras para que FxM pudiera alcanzar el 3 por ciento de la votación mínima, que marca la norma en la materia.
Tales señalamientos no indican necesariamente que ellos sean los responsables de alterar la voluntad ciudadana, ya que los votos otorgados irregularmente al partido Fuerza por México no fue por una decisión de los electores involucrados, sino por una operación fraudulenta.
Morena ha argumentado que fue un problema de “captura de datos”, pero en el IEE hay un silencio cómplice que no aclara nada.
Es un equipo que nació en el morenovallismo, cuando el IEE estaba al servicio de hacer ganar a como de lugar al PAN y los candidatos que eran del interés directo del entonces mandatario Rafael Moreno Valle Rosas.
Gerardo Jiménez Alarcón estuvo bajo las órdenes de Miguel Cuauhtémoc Luna Mendoza, quien fue director de Organización Electoral, en la época en que el IEE era enteramente controlado por Eukid Castañón Herrera, el operador político-electoral del morenovallismo, y que ahora es un converso de la 4T.
Es decir, los exmorenovallistas del IEE ahora están ajustados a los intereses de la 4T y por eso, se habría manipulado las cifras de votos para ayudar a FxM, que es un partido “satélite” de Morena en Puebla.
Se supone que el Sicrec era la alternativa para evitar errores en la elaboración de las actas de los cómputos de votos distritales y municipales.
Ahora queda claro que el Sicrec fue un fracaso, pues con lo ocurrido con FxM se demuestra plenamente que se podían alterar los resultados finales de la contienda.
Y más inaudito resulta que, a dos meses de las votaciones de los recientes comicios locales, a los partidos todavía no se les entrega las actas oficiales de las votaciones finales.
Una tercera observación es que nunca, ni en la época dorada de los fraudes electorales del PRI, allá en las décadas de los años 80 y 90, se había visto una maniobra tan burda de restarle votos a un partido y anotárselos a otro. De tal manera que el acto de “ayudar” a FxM se detectó con extrema sencillez: solamente se cotejaron los números de los sufragios antes y después de los cómputos.