A pesar de que difícilmente procederá la anulación de la elección llevada a cabo en Puebla capital, porque los órganos electorales obedecen a los designios de Morena, lo evidenciado por la periodista Mónica Camacho y La Jornada de Oriente son elementos suficientes para poner en tela de duda lo ocurrido en 2 de junio en la capital del estado.
No solo es el hecho de la transferencia de votos a Morena, es que no hubo certeza en el recuento de los mismos, aunque también cómo se consignó en este espacio, gran parte de la culpa es de quien tenía que vigilar las casillas, es decir, la estructura panista, priista y perredista, no estuvo a la altura de las circunstancias y dejaron que Morena y sus operadores, se sirvieran con “la cuchara grande”.
Esto por supuesto pone en entredicho la supuesta victoria aplastante del empresario, José Chedraui, en la capital o al menos lo deslegitima, deja en claro que es producto de una operación política de “alto nivel”, que infló no solo su “triunfo”, sino que también ayudó a que Fuerza México y Nueva Alianza pudieran mantener su registro, el guión perfecto.
En el 2018, documenté mediante videos y testimonios de actores políticos, como la hoy diputada federal electa por el distrito 10 de Cholula, Karina Pérez Popoca, se robó la elección a la presidencia municipal de este lugar, despojando del triunfo al hoy edil, Edmundo Tlatehui.
En ese tiempo, presente los videos, dando testimonio de cómo el conteo de votos, se llevó a cabo en la casa de campaña de Karina Pérez, que era propiedad de su entonces aliado, Adán Xicale, en vez de realizarse en el consejo municipal de San Andrés, lo cual debió ser motivo para que se anulara la elección, pero la muerte de Martha Erika Alonso y el posterior ascenso al poder de Miguel Barbosa, hicieron que el tema pasara a un segundo o hasta tercer plano, además de que le brindó una red de protección a doña Karina, quien siendo “espuria” gobernó tres años a los “sanandreseños”
Hoy se puede augurar que va a pasar prácticamente lo mismo, aunque evidencia el control que Morena ejerce sobre los órganos electorales locales, Instituto y Tribunal, los cuales obedecen a los designios del ejecutivo en turno, tal y como sucedía en los viejos tiempos del PRI y del PAN o mejor dicho del “morenovallismo”.
A favor del empresario Chedraui se volcó todo el aparato, lo que sin duda afectó al candidato opositor, Mario Riestra, quien ahora busca mediante sus limitados recursos y los de su partido, tratar de revertir los resultados lo cual se ve francamente complicado, por no decir imposible.
Nada ha cambiado, ni cambiará en las formas de hacer política de nuestro país, eso es un hecho, el poder se hizo para poder.
Lo cierto es que, lo ocurrido en Puebla capital deja en evidencia que, en materia de democracia, el estado retrocedió 40 años en el pasado, a 1983, año en que al panista Ricardo Villa Escalera, le arrebataron el triunfo de forma más que descarada y no había de otra más que cruzarse de brazos y conformarse.
Esto también lo consigné dentro de una columna publicada durante el periodo de campaña electoral.
En Puebla comenzó la lucha para democratizar al país y en Puebla, al parecer, se volverá a retroceder el tiempo.
Habrá que ver si el panismo está dispuesto a dar la lucha o dejará solo a Riestra, como también le ocurrió a Villa Escalera.