Organizado por el legislador Ignacio Mier Velazco, el foro Dialogo Nacional para la Reforma del Poder Judicial se vio empañado por la exclusión que hubo de litigantes, académicos y activistas que quisieron participar y simplemente, a la hora de hacer el registro en la página oficial, nunca les dieron contestación alguna. No solamente no los dejaron exponer sus ideas o propuestas, sino que además no les permitieron acudir el evento que, contradictoriamente, también le llamaron parlamento abierto a la sociedad.
Sin duda alguna la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador es fundamental para cambiar el podrido y corrupto aparato de justicia en México, que es fuente de impunidad y ha permitido el crecimiento del crimen organizado, los abusos de las elites económicas y que la clase política esté a salvo de cualquier intento de enjuiciamiento cuando comete abusos o robos con los bienes públicos de la nación. Ese propósito es saludable para la vida pública del país.
El problema foro de este martes, convocado por Morena y del que llevó la batuta Ignacio Mier Velazco, el fallido aspirante a candidato a gobernador de la 4T, es que el evento se organizó al puro estilo del PRI, partido político del que surgió el legislador morenista.
Cuando el PRI gobernaba el país, cada cambio de sexenio se convocaba a consultas para supuestamente elaborar el Plan Nacional de Desarrollo. Esos foros se les encomendaba a los gobernadores en turno de cada estado, quienes se encargaban de que en esos encuentros no hubiera voces disidentes, miembros de la oposición o académicos que cuestionaran la hegemonía priista.
Solo se permitía la intervención de ponentes que alababan al nuevo presidente de México, que había salido de las filas del PRI. Por tanto esas consultas, eran totalmente inservibles y solo era una pantomima de apertura a la sociedad.
Eso pasó en el foro del Dialogo Nacional para la Reforma del Poder Judicial que se realizó en el Centro Expositor de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, en donde los ponentes fueron solamente parte de la elite de la 4T. Entre ellos el gobernador saliente de Puebla y el gobernador entrante. El ex mandatario priista Eruviel Ávila y personajes de la vida nacional, como Gerardo Fernández Noroña y Ernestina Godoy, de los que ya son ampliamente conocidos sus posicionamientos.
También se dejó participar a los magistrados Humberto Arróniz Meza y María Guadalupe Muñoz Pérez, que se dedicaron a defender al Tribunal Superior de Justicia poblano (TSJ). Por cierto, se dice que la segunda de ellos recientemente uso sus influencias para que un supuesto recomendado llegara a juez del distrito de Tehuacán, cuando se supone que el proyecto de la reforma judicial se centra en evitar que sigan prevaleciendo esas formas de nombrar a los juzgadores.
La temática en particular del foro en cuestión era: “Tribunales de Justicia Local” y resulta, que a quienes se dejó fuera de participar fueron principalmente abogados, académicos y defensores de derechos humanos que sufren “en carne propia” los abusos, los vicios y la incompetencia del aparato de justicia. Eran las voces que necesariamente se tenían que haber oído en la consulta del Centro Expositor.
Los ningunearon
Una fuente confiable narró a este columnista que él, siendo un destacado abogado y defensor de derechos humanos que ha sufrido y denunciado los abusos del TSJ , el sistema electrónico que se dispuso para organizar el foro de la reforma judicial nunca le dejó inscribir su participación.
Él pudo identificar 63 solicitudes de interesados de presentar una ponencia en el foro Dialogo Nacional para la Reforma del Poder Judicial y de ellos, solamente se le dio oportunidad de participar a seis.
Los solicitantes, sin tener relación entre ellos, acudieron a la página de la Cámara de Diputados a tramitar –en tiempo y forma—su registro al evento, mismo que les fue negado al estilo más burdo de la burocracia.
Dicho sistema electrónico simplemente, a la mayoría de ellos, no les respondió nada. Ni siquiera una notificación de que ya había cupo lleno, de que su tema ya estaba repetido o que no era una persona apta para participar.
La mayoría de esos solicitantes de la sociedad civil, no de los partidos políticos, pidieron que les dejaran estar presentes en la reunión. Tampoco les contestó el sistema y por ende, no pudieron acudir al foro al que se ingresaba mediante un estricto código QR.
Otros de los “rechazados”, utilizaron el buzón de la página para presentar sus propuestas, como recurso último ante la imposibilidad de acudir al “parlamento abierto”, pero fue todavía más frustrante que, en el sitio electrónico no les proporcionaba ningún acuse de que habían entregado un escrito.
Es decir, los organizadores del foro “ni los vieron ni los oyeron” a muchos de los ciudadanos que quisieron participar, al estilo del expresidente Carlos Salinas de Gortari que, al final de su sexenio, confesó que a los legisladores de izquierda: “ni los veía ni los oía”.