El exdirigente del PRI, Néstor Camarillo se ha erigido de facto como el único. Es hoy el único que ejerce poder sobre el que fuera el partido más importante del país, y no parece haber en él ni un viso de compartirlo.
Veamos.
Camarillo, es innegable, fue el responsable de la derrota del tricolor. Empezó el día que decidió traicionar a “su padrino” Jorge Estefan Chidiac y empujarlo a Morena y el Verde.
“Con ellos ya estaba”, dijo para justiciarse. “Estaban debió decir”, porque desde el Congreso, Camarillo siempre fue complaciente a los gobernadores en turno. Bueno, votó a favor de la designación de Sergio Salomón Céspedes.
Si Camarillo acusó de traición a Estefan fue por dos razones. Una, para quedarse con la candidatura al Senado y, dos, para manejar el partido a su antojo. No podría haberlo hecho con él ahí, porque es políticamente mucho, pero mucho más listo y poderoso.
Después, el exlíder apartó a otros priistas que pudieran hacerle sombra: Blanca Alcalá, Lázaro Jiménez, Rocío García Olmedo y Lucero Saldaña.
Se adueñó del partido, hizo una pésima selección de candidatos y hoy el resultado está a la vista. Convirtió al partidazo en un partidito que hoy se jacta de compararse con Movimiento Ciudadano, como si fuera una hazaña.
Tiene un discurso que repite desde la semana pasada y que dijo también esta vez en la entrevista que le hace el periodista Rodolfo Ruiz, director de e-consulta.
“Pusimos el pecho”, no, no, no. Si Camarillo, acepto de forma no conveniente como dice ahora, la alianza con el PAN y demás partidos, fue porque era la única forma de él llegara al Senado.
Si hubiera ido solo, sino hubiera “puesto el pecho”, el PAN tendría la senaduria y el PRI, tal vez más votos, pero ninguna posición. Néstor Camarillo no sería senador.
Hoy sigue ensimismado. Se atreve a mencionar nombres de priistas connotados en su larga carrera política y mucho más exitosa que la suya.
Los acusa de haberles pedido posiciones. Pero qué no acaso fue él el primero y el único en agandallarse la mejor.
Está noche, Rocío García Olmedo ha lanzado la voz ante señalamientos tan ligeros. Pide, como lo hizo Lucero Saldaña en entrevista para Ambas Manos, la renovación inmediata de la dirigencia.
Se unirán varios para esa causa, no sé si lo logren.
Les urge.
Porque el que hoy habla de traición de sus ex correligionarios, ya pactó con Morena su permanencia en el Senado. Su complaciente voto para las reformas federales.
Veremos.
Aquí mi respuesta a @NestorCamarillo, dirigente estatal del PRI, tras sus declaraciones hechas a @periodistasoy para @e_consulta pic.twitter.com/iG76QqtCfL
— Rocío García Olmedo (@rgolmedo) July 18, 2024