Civilizada, republicana, llena de mensajes y simbolismos…
Así transcurrió este miércoles la primera reunión -pública- entre el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el gobernador electo Alejandro Armenta Mier.
Un encuentro respetuoso y cordial, en el que se notó buena química entre los dos grandes triunfadores de las elecciones del pasado 2 de junio.
Los mismos que, en su momento, leyeron bien el escenario político nacional y estatal; entendieron que la aniquilación entre ellos le abriría la puerta al indeseable Ignacio Mier, y concluyeron que, sumados y unidos, despojados de egos, sin obsesionarse o entercarse, ambos saldrían ganando, tal como sucedió.
Durante el encuentro en el CIS de Angelópolis, que marcó el inicio formal, oficial, legal y político de la transición, no escasearon las señales.
Una de las más importantes, en mi opinión, fue el buen tino de Alejandro Armenta para dejar en claro que este no es su momento -aún-, sino de Sergio Salomón.
Un mensaje que lo delata como un político de altura, con madurez, sensibilidad e inteligencia.
Dijo textual:
“Soy una persona que entiende las formas, el fondo y los tiempos, este es el tiempo del gobernador Sergio Salomón Céspedes, él es el gobernador, él es el líder político del estado, líder político generoso, y yo estaré atento a sus llamados, estaré atento a sus observaciones, a sus recomendaciones, y seré muy cuidadoso para que en esta etapa él pueda consolidar este gran legado político y social que le está dejando a Puebla, no sólo en el ámbito educativo, sino en todas las actividades que ha venido desarrollando con su gobierno”.
Y añadió, por si todavía quedaban dudas:
“Voy a ser muy prudente mediáticamente, es lo que quiero transmitirles… No quiero tener mayor protagonismo mediático que no sea atender los temas de la transición, para que el gobierno del estado, que encabeza Sergio Salomón, concluya con éxito, con éxito, con trascendencia, este gran gobierno que inició con la cuarta transformación en nuestro estado en Puebla”.
Sus palabras cayeron bien, muy bien, pues dejaron en claro que, contra todo pronóstico, no busca ni buscará interferir ni intervenir ni influir en los asuntos primordiales del actual gobierno, ni mucho menos tomar decisiones que no -todavía no- le corresponden.
Sus palabras también ponen quietos a los adelantados, a los que les comen las prisas, a los soberbios, a los alacranes, dentro y fuera de su equipo de trabajo, que, fieles a su naturaleza, piensan erróneamente que el aplastante triunfo del pasado 2 de junio, significa que tienen un “cheque en blanco” y que ya son dueños del estado.
La respuesta al gesto de Alejandro Armenta tuvo naturalmente rápida respuesta -también una respuesta de altura- por parte del gobernador Sergio Salomón, otro profesional de la política, otro buen entendedor de que la forma sigue siendo fondo, aquí y en China.
Expresó, literalmente:
“Yo valoro y agradezco la prudencia, el respeto del senador y gobernador electo Alejandro Armenta, pero estoy seguro que nos van a ver mucho tiempo juntos, varias veces; estará invitado a diferentes giras a que nos haga el favor de acompañarnos; y por supuesto que estaremos ayudando a todo lo que esté en nuestras manos para que él tenga claridad del estado que guarda el gobierno y pueda generar las mejores condiciones para una gran proyección para Puebla; sé que serán grandes seis meses que los va a aprovechar perfectamente bien para delinear aún más y perfeccionar ya el proyecto que planteó ante la ciudadanía. Así es que mucho éxito, Alejandro“.
Otra buena señal de la primera reunión de transición, fue el anuncio que, a pregunta de los reporteros y las reporteras presentes, hizo Sergio Salomón, quien con toda claridad aseguró que el Presupuesto de Egresos de Puebla para el año 2025 estará integrado a partir de la visión y los proyectos de Alejandro Armenta.
No podría ser de otra forma, aunque -hay que subrayarlo- en el pasado sí ha ocurrido que el gobernador saliente deja sin presupuesto o con el presupuesto comprometido y/o etiquetado al gobernador entrante, lo que ha dificultado el desarrollo del estado.
Parece que esta vez no sucederá, pues habrá coordinación y comunicación fluidas, lo que es una buena noticia, al igual que ambos, Sergio Salomón y Alejandro Armenta, hayan expresado que la seguridad -la preocupación número uno de los ciudadanos- será un tema prioritario en las proyecciones y en la toma de decisiones presentes y futuras.
Finalmente, el encuentro confirmó que, por más nombres, cargos o comités técnicos que se manejen en público o en privado, sólo hay dos hombres fuertes, con la confianza, la cercanía y la influencia que se requieren para llevar a buen puerto la transición en los siguientes seis meses: Javier Aquino Limón, por el lado de Sergio Salomón, y José Luis García Parra, por parte de Alejandro Armenta.
Lo demás, los demás, sólo son parte de la escenografía. Del ritual.
Aquino y García son los verdaderos hombres de los gobernadores, los que van a manejar el proceso de entrega-recepción, y los que aterrizarán los acuerdos e impulsarán los temas, con poder pero bajo la guía y las indicaciones de sus jefes.
Ya quedó claro, por si todavía había escépticos.
No hay más.