San Martín Texmelucan es una de las plazas más reñidas e importantes en la contienda del próximo domingo. Al inicio de las campañas parecía que el aspirante de Movimiento Ciudadano, Abraham Irvin Salazar Pérez, no tenía rival y se perfilaba sin mucha competencia a ganar los comicios. Sin embargo, en las últimas semanas ha remontado el candidato de Morena, Juan Manuel Alonso Ramírez, quien ya está en la disputa del primer lugar de la elección. Al morenista se le puede aplicar el dicho: “Caballo que alcanza, gana”.
La tarde de este martes será el cierre de la campaña de Alonso y estará presente el candidato de Morena a la gubernatura del estado, Alejandro Armenta Mier, lo cual es un reflejo de que San Martín Texmelucan es una de las prioridades para la 4T, no solamente por la relevancia de ser el tercer municipio más importante de la entidad, sino por las posibilidades de triunfo.
Otros dos factores que están jugando a favor de Alonso es la campaña de Vianey García Romero, la aspirante del movimiento obradorista en el distrito federal V, que tiene como cabecera San Martín Texmelucan.
La candidata morenista prácticamente no tiene contrincante en la lucha por la diputación federal de la zona, luego de que hace tres años era la figura más popular en la región y le arrebataron, a la mala, la postulación para otorgársela a Mauricio Toledo, quien ganó y se fugó de México, por estar acusado de enriquecimiento ilícito.
El segundo factor es la declinación de Irineo Peña Urbano, el candidato de Nueva Alianza, a favor del aspirante de Morena.
El aporte del candidato de Nueva Alianza es que tiene el respaldo de las estructuras del magisterio y que cuenta con un importante margen de popularidad en las juntas auxiliares del municipio.
La demarcación de San Martín Texmelucan tiene una característica muy especial: hay dos zonas muy bien delimitadas y cada una tiene el mismo peso electoral, que son la cabecera del municipio y las juntas auxiliares. Cada tres años, el candidato ganador arrasa solo en una de estas áreas.
Juan Manuel Alonso tenía la debilidad, hasta hace unos días, de que su fuerza política se concentraba en la cabecera municipal. Ahora con la declinación de Irineo Peña, podría abrirse paso en el electorado de las juntas auxiliares.
Un sondeo del Buró de Estadística y Análisis de la Opinión Pública (BEAP) estableció –la semana pasada– que el candidato de Morena tendría el 34.6 por ciento de la intención del voto en contra del 24.8 por ciento del aspirante de Movimiento Ciudadano.
De confirmarse esa correlación de fuerzas, significa que Alonso logró darle vuelta a la elección. Él arrancó la campaña con poca popularidad y ahora, habría desplazado al primer lugar de la contienda para ubicarse como el puntero en la disputa de la alcaldía.
Esos 10 puntos de diferencia se podrían acortar por el fenómeno del llamado “voto anti-AMLO” que, desde la contienda de 2021, las encuestadoras no lo han podido fácilmente cuantificar.
Alonso logró esa ventaja porque se supo insertarse en la identidad de la 4T y sobre todo, porque se alejó sin confrontarse con la actual edil de San Martín Texmelucan, Norma Layón, quien enfrenta un desgaste de imagen por el ejercicio de seis años de gobierno.
En contraparte, Abraham Salazar arrancó las campañas en el primer lugar de las encuestas luego de que hace tres años quedó en el segundo lugar de los comicios locales, dejando un tufo de que le habían “robado” le elección.
El problema del candidato de MC es que llegó a la contienda con una sobreexposición mediática, ya que desde 2021 y hasta la fecha no dejó de hacer actividades semanales para promover su figura y la del partido naranja. Su presencia se encontraba “hasta en la sopa” de muchos electores de San Martín Texmelucan.
Por esa razón los cuestionamientos en su contra han tenido mucha resonancia.
El más severo es el escándalo del fraude del esquema piramidal “flor de la abundancia”, que es un juego metafísico que habría servido para timar a personas que decidieron aportar dinero y participantes por una supuesta invitación de Abraham Salazar. Eso es lo que aparentemente se menciona en las denuncias que se presentaron en su contra desde hace tres años, cuando todavía nadie le veía “cara de candidato exitoso”.
Un segundo escándalo es que trascendió los problemas de Salazar para financiar su campaña, que es la más onerosa de los 6 candidatos a la alcaldía texmeluquence.
Se dice que cuando arrancó sus actividades proselitistas tenía vacías sus arcas de financiamiento. Para resolver esa carencia ha involucrado empresarios, comerciantes y profesionistas aparentemente aportando fuertes sumas de dinero a la campaña electoral.
Incluso hasta algunos de los candidatos a regidores de su planilla estarían haciendo aportes económicos.
Eso plantea un grave dilema: ¿si gana de dónde van a salir los fondos para “pagar” esos presuntos favores económicos?
O visto el asunto a la inversa, si triunfa en las votaciones del 2 de junio va a tener comprometido el presupuesto municipal mucho antes de rendir protesta como alcalde, en detrimento de la población del municipio que enfrenta muchas carencias en servicios públicos y de protección policiaca.
Tales asuntos han debilitado la figura de Abraham Salazar. Eso no quiere decir que esté derrotado. Realmente está peleando con Manuel Alonso la alcaldía.
Lo que sí va a suceder es que, si gana, no va a ser un triunfo fácil por el crecimiento del candidato de Morena. “No va a ser un paseo de campo”, como se suponía al inicio de las campañas.