La indicación fue muy clara y llegó desde lo más alto. No hay que ganar, hay arrasar. El tema no es un asunto menor, hay muchos factores que han venido a meterle aún más presión a la elección que habrá de celebrase el 2 de junio en Puebla.
Al menos tres entidades vecinas a la nuestra están en riesgo, los números no mienten y el nerviosismo apremia. Aunque las encuestas hablan de cifras estratosféricas a favor de Morena, lo cierto es que la Ciudad de México, Veracruz y Mórelos se han apretado, Jalisco está prácticamente perdido, tres de los cuatro padrones electorales más grandes del país están en riesgo y la reserva es Puebla.
La elección Presidencial no está en riesgo, Claudia Sheinbaum será presidenta de México, el problema es que como ya lo he señalado en otras entregas, lo que sí está en peligro es el plan C.
Esto sumado a los compromisos hechos por las cabezas de la elección, de aportar 2 millones de votos es lo que ha convertido a este proceso en un auténtico polvorín, en donde si pensamos que ya vimos todo, aún nos faltara mucho por ver.
La orden no es otra, ganar y arrasar a costa de lo que sea, para que Puebla se convierta en una reserva de votos, que amortigüe los sufragios perdidos por la debacle del morenísimo en plazas que estaban consideradas como ganadas, Veracruz, CDMX y aunque es un estado pequeño, Morelos.
Por supuesto que también hay incentivos por si se logra la hazaña de ganar todo, se habla insistentemente de una posición de primer nivel dentro de la futura administración federal, en caso del carro completo.
No hay que perder de vista que, el 2030 ya se juega desde este mismo instante. Concluida la elección, el segundo paso o lo siguiente es, analizar la conformación del gabinete de la futura presidenta, observar al grupo y personajes que estarán mejor posicionados, porque ahí mismo arrancará la sucesión de quien apenas va a comenzar a gobernar.
Por si fuera poco, para agregar algo más a este cóctel molotov, en el caso de Puebla capital, se suman fuertes intereses económicos de grupos que cobijan al candidato del oficialismo, como el Atlacomulco, el cual quiere sentar sus reales en Puebla, entidad que es muy atractiva.
Ya lo había señalado, en una entrega anterior, la presencia de José Miguel Bejos, propietario del equipo de béisbol, Pericos de Puebla a la Angelópolis no es casual. Bejos fue junto con Luis Maccise, uno de los empresarios consentidos de Peña Nieto, desde sus tiempos como gobernador de la vecina entidad y luego como presidente de la República.
Pero, Bejos, trascendió más allá del peñismo y aparece ligado en diferentes versiones periodísticas a Gonzalo López Beltrán, el hijo menos conocido del presidente, quien estuvo presente en varios de los partidos del equipo béisbol, el cual salió casualmente campeón la temporada pasada luego de estar varias veces abajo en la serie.
Las ligas también con la familia de Carlos Slim, el hombre más rico de México, amigo del presidente cuentan y nadie debe de perderlas de vista.
Por si algo pudiera faltar, la ubicación geográfica de Puebla, la coloca como punto de entrada del sureste de México, el lugar favorito del presidente López, él muy posiblemente se ira a vivir a Chiapas.
Pero, tampoco las cosas están tan fáciles en Puebla, el panismo se ha pertrechado en torno a sus dos principales candidatos, Eduardo Rivera y Mario Riestra, quienes están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias con tal de defender la plaza. Todo esto, es lo que hace que la elección en Puebla se haya calentado al extremo y reiteró y lo que aún falta por verse.
Acción Nacional tiene prácticamente en la bolsa, sus dos bastiones, Guanajuato y Yucatán, pelea la ciudad de México, lo cual sería a la “joya de la corona” para Marko Cortés y “Alito” Moreno, pero quieren también Puebla, ahora si tienen puesta la atención en la entidad.
Desde la sede del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, bajó la orden de apoyar con todo a Eduardo Rivera y a Mario Riestra y sí reparar en nada, lo que hará todavía más crueles los últimos días de la campaña e incluso el propio debate.
Por lo pronto, el panismo poblano ya logró lo que se proponía, poner a Puebla en los ojos del país, a través de comunicadores y noticieros de la Ciudad de México, en donde si tienen eco sus denuncias y que reitero, hacen todavía más dura, la lucha la entidad y la ciudad capital.