Se cumplió un mes de campaña dentro del proceso electoral local y todo parece seguir igual, tal y como comenzó. Las tendencias no se mueven, ni tampoco la percepción.
Como ya lo comenté en otra entrega, Alejandro Armenta han ganado el tema de la percepción, de tal forma que hoy todo mundo lo da como el futuro ganador, ante un Eduardo Rivera que, si bien es cierto, ha visitado la mayor parte de los municipios de Puebla, pareciera faltarle más fuerza, mayor voluntad para tratar de cambiar las cosas.
El “script” de la película a inicios de la campaña era muy claro, Armenta tenía que cuidar su ventaja y tratar de ampliarla y a su vez, Eduardo Rivera debía de tratar de acortar la distancia y tratar de acorralar a su adversario, tratando de robarle las simpatías electorales.
Pero, al parecer, ha ocurrido todo lo contrario, durante la campaña se ha visto a un Alejandro más enjundioso, golpeando a la oposición, culpándola según el guión ya establecido por todos los morenistas, del tema de la inseguridad y a su vez a un Eduardo a la defensiva, tratando de contestar y de ser reactivo, en vez de encabezar la ofensiva.
En términos boxísticos, si esto fuera una pelea, Armenta, a pesar de ser el favorito, ha asumido el papel ofensivo y ha llevado contra las cuerdas a Eduardo y Lalo se ha limitado a tratar de mantenerse a distancia, tratando de jabear y esquivando los golpes de un Alejandro que siempre va para adelante, cuando debería de ser el revés.
La estrategia de Eduardo Rivera debe de cambiar, Lalo debe de verse en el espejo de otros de sus compañeros de coalición, como Santiago Taboada, en la CDMX, o Pepe Yunes, en Veracruz, quienes se mantienen a la ofensiva en contra de sus adversarias Clara Brugada y Rocío Nahle.
Ya la propia candidata presidencial, Xóchitl Gálvez le enseñó el camino a Eduardo, al encarar de manera directa durante el segundo debate a la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum y acorralarla con los temas que más les duelen a los mexicanos, la inseguridad y la corrupción.
El panista no ha encarado a Armenta y se ha guardado de manera inexplicable, el abordar temas como el del hoyo financiero de Miguel Barbosa por 600 millones de pesos, los presos políticos durante su administración, las observaciones por más de 2 mil 300 millones realizadas al último año de gestión y el tema de la inseguridad que se pasea campantemente por Puebla y que si bien es cierto es responsabilidad de los municipios, también debe de ser compartida por estados y federación.
Para Armenta, la campaña no ha sido un día de campo, pero no por la oposición, sino por el pésimo trabajo de selección de candidatos que se llevó a cabo en la entidad y que él no operó, pero si consintió.
A diferencia de sus homólogas de la CDMX, Clara Brugada y de Veracruz, Rocío Nahle, que han tenido que hacer frente a las críticas y fuertes señalamientos de corrupción, Armenta ha tenido un adversario, que pareciera no haber rendido la plaza, pero resignado a esperar a que venga un milagro o que pase algo que pueda cambiar el rumbo a la elección.
Mientras Taboada y Yunes, tienen todos los días contra las cuerdas a sus adversarias por casos de corrupción, Rivera parece no querer meterse en ningún tema escabroso, repito, pareciera recibir a placer los “volados” y “uppercut”, del nacido en Acatzingo, quien se da tiempo todavía para salir a la defensa del gobierno federal, del estatal, de sus pésimos candidatos a las diputaciones, salir limpio y arremeter en contra de los aspirantes a las presidencias municipales de la oposición como Mario Riestra.
Tan es así, que Armenta ha tomado en sus manos la ofensiva en Puebla capital y se ha echado al hombro la candidatura del empresario, José Chedraui, muestra inequívoca de que se siente tan libre del flanco que debe defender Eduardo Rivera, que se da tiempo de ir en contra del candidato del albiazul en Puebla capital.
Queda todavía un mes de campaña, alrededor de 30 días, mismos en los que Eduardo Rivera, debe de cambiar de estrategia, Xóchitl Gálvez ya le puso el ejemplo, en una campaña no puedes entrar a ver si la suerte te favorece, debes de poner todo y debes de enfrentar a tu adversario. Tal vez no haya otra oportunidad de buscar la gubernatura de Puebla.
Xóchitl Gálvez tal vez no gane, pero va a echar abajo el plan C. El pasado domingo, la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez logró con su participación, darle una inyección de ánimo a la oposición y enseñarles el camino.
La actitud valiente de Gálvez, tal vez no le alcance para ganar el 2 de junio, pero si, para levantar las campañas de la oposición que luchan por las 9 gubernaturas que están en juego con dos ya abiertas, Tabasco y Chiapas, una más Puebla con ventaja para Morena y 6 más cerradas, con al menos tres o cuatro inclinándose a favor de la alianza PAN, PRI y PRD.
Pero, también, puede rescatar en una buena parte, la conformación de la nueva legislatura federal, en donde queda claro, Morena no va a lograr el plan C, pero esa, esa es otra historia.