Al filo de las 11 horas de este domingo, se organizó un acto público que se había anunciado que sería un fuerte golpe al panismo tradicional poblano, con la deserción de cientos de militantes del PAN que se pasaban a la 4T, en protesta por el autoritarismo que priva en este instituto político. Al final, todo acabó siendo un fiasco, un engaño, por una razón muy sencilla: de los poco más de 300 asistentes al evento en que se haría oficial su rompimiento con el partido de la derecha, no llegó ninguna figura relevante de dicha fuerza política.
Incluso se puede creer la versión que dieron algunos de los asistentes de que en realidad no llegó ningún militante oficial del albiazul.
Todo acabó siendo un montaje mal armado, que no le quitó el sueño a ningún dirigente del PAN.
El problema de fondo del por qué no funcionó este acto político tiene una explicación muy sencilla: el organizador fue Eukid Castañón Herrera, el exoperador electoral del morenovallismo.
Lo que prueba una vez más que, Eukid Castañón ya no es el mismo personaje siniestro, eficiente, audaz, certero, que hacía ganar o perder a cualquier candidato según las órdenes que le dieran.
Ese cambio se debe a una razón de peso: Eukid Castañón era quien ejecutaba las órdenes, pero quien planeaba las estrategias, tejía las relaciones políticas y aportaba el capital económico para que funcionaran los planes electorales del morenovallismo, era el extinto ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
Sin Moreno Valle, todas aquellas figuras políticas que crecieron a la sombra del ex gobernador ahora ya no conservan la capacidad, los recursos y la audacia para incursionar con éxito en el plano electoral.
Dos personajes se encuentran en esa misma condición: Fernando Manzanilla Prieto y Eukid Castañón Herrera. Ambos, en algún momento, fueron el brazo izquierdo y el derecho de Moreno Valle. Ahora los dos solo venden la idea falsa de que pueden revivir las viejas glorias del morenovallismo.
La deserción que no fue
Sin duda alguna, tal como pasa en todas las fuerzas políticas, dentro del PAN hay núcleos de líderes y militantes que están inconformes con las candidaturas y la manera en que se están desarrollando las campañas electorales.
Por eso resultó convincente la versión que empezó a correr, a principios de la semana pasada, de que se estaba gestando una renuncia masiva de militantes panistas por estar en desacuerdo con la dirigencia encabezada por Augusta Díaz de Rivera, la presidenta estatal del albiazul, y de quien ha sido evidente sus problemas para darle cohesión al Partido Acción Nacional y su falta de liderazgo en las filas albiazules.
Finalmente se supo que, este domingo, en el salón Cabel´o, de Avenida Margaritas 249, en la colonia Bugambilias, oficialmente surgiría el movimiento llamado Ola Azul y que haría su irrupción con el anuncio de que, unos 500 militantes albiazules se pasaban del lado de la 4T para promover el voto a favor de los candidatos de Morena.
El lugar del evento era importante, ya que se ubica a cuatro calles de la sede estatal del PAN. Lo que se advertía que las renuncias de militantes se iban a generar en “las narices” de las oficinas de los dirigentes centrales del Partido Acción Nacional.
El evento tenía el propósito de ser una fuerte protesta contra las candidaturas de Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra Piña, quienes contienden por la gubernatura del estado y la alcaldía de la capital, respectivamente, bajo la acusación de que sus postulaciones se hicieron de manera anti-democrática al no haberse permitido la consulta a los militantes.
Dicho acto político sonaba atractivo y parecía que podía darles un giro a las campañas electorales del PAN.
Todo fue una decepción cuando se advirtió que las dos figuras centrales del evento eran: Jesús Giles Carmona y Violeta Lagunes.
Ambos personajes son cercanos a Eukid Castañón y en su momento, renunciaron al Partido Acción Nacional, aunque ellos se sigan diciendo panistas.
Jesús Giles dos veces fue presidente estatal del PAN. Siempre estuvo en ese cargo por recomendación de Eukid Castañón, cuando el morenovallismo dominaba la vida de este partido.
Giles anunció su renuncia al PAN el pasado mes de octubre, en la Ciudad de México, cuando se organizó un acto del movimiento Ola Azul –que dirige Gonzalo Espinosa–, mediante el cual muchos panistas anunciaron que van a apoyar a Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata presidencial de la 4T.
Violeta Lagunes renunció al PAN en el proceso electoral de 2018. Lo hizo ante los micrófonos del programa “Aquí Vamos”, que trasmite La Jornada de Oriente todas las noches. En aquella ocasión, ella le pidió al redactor de esta columna que le abriera las puertas de este espacio periodístico para anunciar que dejaba las filas panistas por considerar que el partido de la derecha había perdido su esencia democrática.
Otros participantes del acto de este domingo fueron: Claudia Gali, quien fungió como moderadora del evento. Ella fue funcionaria del gobierno morenovallista. Nadie la recuerda como militante del PAN.
También estuvo la senadora María del Socorro Figueroa Andrade quien, tampoco ha sido panista. Ella nació en el activismo priista, luego fue funcionaria del gobierno estatal de Antonio Gali Fayad y acabó como fundadora del Partido Fuerza por México.
Y otro personaje que estuvo presente fue Juan Manuel Colín García, quien es el presidente de la junta auxiliar de San Baltazar Campeche de la ciudad de Puebla y es uno de los operadores de Eukid Castañón.
Colín la semana intentó reunir a todos los 17 alcaldes subalternos de la capital con Eukid Castañón, pero fracasó, los que llegaron se contaban con los dedos de una mano.