A ocho días del inicio de los comicios locales, tengo la impresión de que, en las escasas ocho semanas que restan a las votaciones, no veremos ni seremos testigos de nada diferente a lo acontecido hasta ahora y que la participación no superará la de las elecciones 2018 y 2010.
Ojalá esté equivocado.
A los de la coalición opositora no los noto echados para adelante, ganando terreno, ni generando las condiciones para darle un vuelco a las tendencias que hoy ubican al morenista Alejandro Armenta Mier como amplio favorito para ganar la gubernatura de Puebla.
Son muchas las causas que podrían explicar tal situación, pero creo que podrían resumirse en tres: el candidato a la gubernatura de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, no es percibido como un detonante de victoria, aunque éste sostenga que su contrincante de Morena, Alejandro Armenta Mier, sólo lo supera por cuatro o cinco puntos.
Otra causa radica en la ausencia de figuras representativas y reconocidas de la sociedad civil, más allá de los partidos políticos que conforman las coaliciones Fuerza y Corazón por México y Mejor Rumbo para Puebla, en las fórmulas de candidatos al Senado, diputaciones locales y federales, y en las candidaturas a presidentes municipales y sus planillas de regidores y síndico.
Una tercera causa que me hace pensar que en los días que restan al domingo 2 de junio las cosas se mantendrán como hasta ahora es el ánimo social; un alto porcentaje de la población no está conforme con lo que sucede en el país, el estado y la ciudad, pero no está haciendo nada extraordinario para cambiar el rumbo, o para que esta inconformidad se traduzca en votos masivos de castigo para los que hoy nos gobiernan.
A los de la coalición gobernante, Sigamos Haciendo Historia, los veo administrando los puntos de ventaja que la mayoría de las encuestas les otorgan, sumando o cooptando aquellos que pudieran significar un riesgo político y hasta despreocupados —con algunas excepciones— de sufrir un descalabro electoral en aquellas plazas gobernadas por Morena.
En estos distritos locales y federales, ciudades y estados, la preocupación de los dirigentes de Morena es más por las divisiones que dejaron los procesos internos de selección que por la fuerza, capacidad o arrastre de los candidatos de la oposición.
Lo que en realidad les inquieta no es la derrota, sino el voto diferenciado, de ahí su insistencia de votar todo parejo, seis de seis, para tratar de conseguir la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y el Congreso del Estado, y en Puebla los 2 millones de votos que prometieron en la elección presidencial y en la elección de gobernador.
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Panistas con Pepe Chedraui, pura pipitilla
El acto de apoyo de exmiembros del PAN a Pepe Chedraui Budib en un salón jardín de la avenida Margaritas, allá en la colonia Bugambilias, terminó siendo una tomadura de pelo, una vacilada sin ninguna trascendencia o impacto político electoral que sólo puso en evidencia a sus organizadores: Violeta Lagunes Viveros y Jesús Christian Giles Carmona.
Ambos personajes dejaron de pertenecer al PAN desde hace años (Violeta desde 2017 y Giles desde el 2022), y los supuestos ex panistas que la mañana de este domingo presentaron, la verdad es que no tienen ninguna relevancia salvo la de ser carne de cañón.
De la centena de personas que reunieron en el salón Cabel’o, cerca de la sede estatal del PAN, los únicos más o menos conocidos fueron Ignacio Barranco, que es hijo de un operador de redes de García Almaguer; el presidente de la junta auxiliar de San Baltazar, Juan Manuel Colín, quien es suplente de Mario Riestra en la diputación federal, pero que nunca ha sido miembro activo del partido blanquiazul, y Socorro Ordaz que fue suplente de Nadia Navarro pero que jamás ha militado en Acción Nacional.
El evento fue tan falso que algunos de los convocados al salón como Mario Torres terminaron retirándose cuando los acarreados comenzaron a gritar ¡Pepe presidente, Pepe presidente, Pepe presidente!
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Ramírez Cuéllar y Alejandro Carvajal
El martes 9 de abril estará en Puebla Alfonso Ramírez Cuéllar, jefe político del diputado federal, Alejandro Carvajal, quien busca reelegirse por segunda ocasión en el distrito 6 con cabecera en la capital del estado.
Se dice que, además de reunirse con empresarios poblanos en las instalaciones del Club de Empresarios de Puebla, vendrá a darle un jalón de orejas al diputado Carvajal que sigue haciendo campaña pidiendo el voto diferenciado.
En reuniones con sus amigos y, el colmo, con sus brigadas, el diputado federal ha pedido el voto para Claudia Sheinbaum y Alejandro Armenta, pero no para los demás candidatos de la coalición.
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Otro personaje del marinismo que ya está sumado a la campaña de Alejandro Armenta Mier a la gubernatura de Puebla es Víctor Manuel Sánchez Ruiz, quien fue contralor del ayuntamiento capitalino y contralor del estado en las gestiones de Mario Marín Torres.
Sánchez Ruiz llegó a la Cuarta Transformación en la gestión del gobernador Miguel Barbosa que impulsó a Francisco Romero Serrano como titular de la Auditoría Superior del Estado.
El contador Víctor Manuel Sánchez fue designado en mayor de 2020 auditor especial, pero en septiembre de 2021 fue relevado del cargo cuando estaba en proceso la remoción y encarcelamiento del primer titular de la ASE en la gestión del gobernador Miguel Barbosa.
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Un dato poco conocido del expolicía municipal José Alejandro Vega “El Tiburón”, cuyos restos aparecieron el viernes junto con los de otras seis personas en el Periférico a la altura de la unidad habitacional La Guadalupana, es que éste fue escolta o guardaespaldas de la magistrada del Tribunal de Justicia Administrativa, Luz María Aguirre Barbosa.
Incluso se sabe que cuando este policía municipal fue despedido del ayuntamiento de Puebla, los honorarios de su abogado defensor Fernando Espinosa Montiel fueron cubiertos en parte por la magistrada.
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