En los últimos días, no lo podemos negar, han incrementado lo hechos delictivos en Puebla. Sobre todo se han convertido en temas escandalosos que llegan, incluso a los medios de comunicación nacional.
Una semana antes de que “se soltaran los demonios”, como se dice coloquialmente, la alianza Mejor Rumbo para Puebla comenzaba a usar la “inseguridad” como bandera de campaña.
Recordemos algunos, como la ejecución de la influencer Vielka Pulido y su novio a plena luz del día en una zona tan común como lo es la Calzada Zavaleta. La ejecución de un hombre al día siguiente en esa misma colonia.
Peor, la aparición de siete cuerpos, cinco de ellos decapitados, dentro de un auto en pleno Periférico Ecológico. Este hecho, completamente inusual en Puebla, obligó al gobernador Sergio Salomón Céspedes a salir en conferencia de prensa para explicar y condenar los hechos.
Digo obligó, porque desde el inicio de la campaña estatal, el mandatario se había mantenido fuera del foco de los medios de comunicación para cumplir con la veda electoral.
¿Qué pasa?
Bueno pues algunos creen que están “calentado la plaza” previo al cambio de gobierno y que, otros, ocupan estos hechos para condenar la inseguridad generada por los gobiernos morenistas.
Pero ¿cómo repercute en realidad?
El viernes, el día que localizaron los cuerpos, la herramienta de conversación digital, Golden Campanies, registró un máximo histórico de comentarios negativos durante la campaña, con un 61.3%. Entre los reclamos está haber dejado la alcaldía para buscar la gubernatura.
En los hechos, no tendría por qué ser así, puesto que los terribles sucesos pasaron en una vialidad estatal, sin embargo, es bien sabido que los ciudadanos culpamos de todo a nuestra autoridad más cercana: el alcalde.
Ahora, este domingo por la noche, previo al debate presidencial, el candidato de Sigamos Haciendo Historia, Alejandro Armenta Mier encabeza la conversación digital con más de 3 mil menciones en redes sociales.
Por supuesto que, más allá de lo digital, cualquier hecho violento o delictivo nos afecta a todos. Y en el caso de la contienda electoral más bien convendría mantenerse lejos del discurso de la “condena contra la violencia”, porque el afectado no sería el gobierno estatal actual ni el partido al que pertenece.