Si la zona metropolitana de Puebla representa un fuerte riesgo de derrota para la 4T, la Sierra Norte del estado está en condiciones similares, como producto de la división y confrontación entre las facciones de Morena, pero principalmente por el impulso de malos candidatos a presidentes municipales.
Por ahora, la tendencia parece ser más favorable para la oposición por una razón de peso: no funcionó la llamada “operación cicatriz” con la que se buscó evitar el surgimiento de disidencias en la 4T, entre los grupos políticos que resultaron damnificados por la imposición de aspirantes a alcaldes, que en muchos casos son personajes impopulares o que representan a los cacicazgos regionales.
El propósito de integrar a los grupos perdedores del proceso interno de Morena a los equipos de los candidatos seleccionados, en muy pocas plazas funcionó.
Al contrario, lo que si está funcionando es “la cacería” que la oposición desplegó para captar a los morenistas agraviados, enojados, con la elección de candidatos en la 4T.
Un ejemplo muy claro es el siguiente, en el municipio de Xicotepec de Juárez:
El ex alcalde priista Benito Animas Arellano, luego de colaborar con el gobierno morenista de Poza Rica, Veracruz, regresó a su tierra natal a buscar ser candidato a edil por la 4T.
Su retorno generó mucho “ruido” y expectativas de que se iba a convertir en un poderoso aspirante a alcalde, ya que este político ha sabido mantener al paso de los años una importante estructura electoral.
Animas se inscribió en el proceso interno de Morena. Fue convocado a varias reuniones y entrevistas de los encargados del partido en la región norte del estado. De un día para otro lo ignoraron. No siquiera tuvieron la cortesía de comunicarle que el abanderado electo es el dos veces ex edil priista, Carlos Barragán Amador.
Hace unos días, Benito Animas se sumó al candidato opositor a la 4T, el ex alcalde panista Juan Carlos Valderrábano Vargas, quien en esta ocasión fue postulado por el Partido Pacto Social de Integración, que está aliado con el PAN y el PRI.
La unión de Animas y Valderrábano en Xicotepec de Juárez mete en un brete a Carlos Barragán, cuya estructura electoral ha quedado en desventaja frente a la alianza de los opositores. Al final va a ser una fuerte contienda de ex alcaldes.
En Huauchinango pasó algo similar con el ex alcalde panista Gabriel Alvarado Lorenzo, quien se inscribió en la selección de candidatos de Morena y acabó inconforme con el resultado.
Ahora Alvarado Lorenzo en lugar de sumarse a Rogelio López Angulo, quien es el abanderado del Partido de Regeneración Nacional y busca reelegirse, el político ex integrante del PAN ha sumado a sus grupos de seguidores al proyecto de Zeferino Hernández, quien compite por Movimiento Ciudadano y se destaca por ser un personaje con mucho carisma.
El problema se agranda debido a que hay tres candidatos de la 4T y una importante disidencia, encabezada por Gabriel Alvarado.
Los tres aspirantes de la 4T en Huauchinango son Rogelio López Angulo, que lo postuló Morena y Nueva Alianza; Gustavo Vargas, que ya fue edil y ahora representa al Partido del Trabajo y Fuerza por México; y Juana Mendoza Castillo, quien es impulsada por el PVEM y el cacique de la región norte del estado, Ardelio Vargas Fosado.
Todas esas divisiones, dicen los que conocen del comportamiento electoral de ese municipio, va a pulverizar el voto de la 4T.
Un panorama que acaba beneficiando a Eloy Martínez Amador, el candidato del PRD, el PAN y el PRI, quien se ha convertido en el rival a vencer, al mantener cohesionadas a todas las fuerzas políticas de la oposición.
Otro caso destacado es Zacatlán en donde, hasta hace un par de meses, la 4T tenía una larga lista de aspirantes con mucho potencial de definir el proceso electoral.
Entre ellos estaban el actual alcalde José Luis Márquez Martínez, quien dejó el PRI y se sumó a Morena; Eybar Márquez Manzano y Asdrúbal Sagid Drake, quienes son sobrino y ex colaborador del edil, respectivamente.
Las encuestas colocaban a Eybar Márquez como el aspirante mejor posicionado, el más popular.
Como segunda opción a Asdrúbal Sagid Drake y en tercer sitio, a José Luis Márquez, quien ya enfrenta un fuerte desgaste tras ya haber sido dos veces alcalde de Zacatlán.
A final no quedó ninguno de ellos, pues de manera arbitraria se impuso como candidata a Beatriz Sánchez Galindo, la esposa de José Luis Márquez, quien no estaba en el “radar” de los morenistas de Zacatlán.
Eso provocó un fuerte malestar en Morena, ya que la candidata no goza de la suficiente popularidad y es rechazada por ser la esposa del actual alcalde, en lo que se interpreta como un intento de Márquez de querer seguir gobernando –el próximo trienio– a través de un tercero.
Tal como pasó con los otros municipios, fracasó “la operación cicatriz” y a los inconformes nadie los canalizó al proyecto electoral de Morena.
Asdrúbal Sagid Drake acabó de candidato del PVEM, lo que divide al voto de la 4T.
Y el más popular de los aspirantes morenistas Eybar Márquez, ya se sumó a la aspirante del PAN, Eloísa Barrios Rodríguez,