“No es noticia que @LaloCastilloLop fue imposición, tampoco es noticia que no le cumpla a la gente. Lo que es noticia es que chingó el cambio de los camiones que iban por mi gente a Piaxtla, Chinantla, SM Totoltepec y Axutla emocionados de ver a @armentapuebla_ mañana. Es una vergüenza tener candidatos así @MorenaSi_Puebla.”
Este post provocó una pequeña crisis al interior de la coalición Sigamos Haciendo Historia el día previo al arranque de las campañas electorales en Puebla.
Su autor, Juan Manuel Vega Suck, candidato a diputado federal suplente de la 4T por Izúcar de Matamoros, usó la red social X para exhibir al candidato propietario por el mismo distrito, su compañero Eduardo Castillo López.
Según Vega Suck, quien es hijo de Juan Manuel Vega Rayet, uno de los generales en el equipo de campaña de Alejandro Armenta, el expresidente del Congreso había incumplido el pago de la movilización para el acto proselitista que se celebraría en el municipio mixteco y, peor aún, se había quedado con el dinero previamente destinado para ese fin.
El joven candidato hizo ese y otros posteos relacionados que después borró, pero ya fue demasiado tarde para impedir que los usuarios de redes sociales interesados en la contienda electoral se enteraran de la muy mala relación que tienen dos candidatos supuestamente hermanados por coalición y distrito.
Las expresiones de Vega Suck, que ingresó a la contienda como cuota del partido Verde, podrían quedar registradas solo para el anecdotario de la campaña y justificarse en el contexto de una eventual locuacidad de su emisor, pero, por ser este hijo de quien es, no deben ser tomadas a la ligera.
El reclamo de Vega a Castillo puede ser reflejo de la fragmentación de la coalición Sigamos Haciendo Historia en varios grupos predominantes. Uno de ellos, el del candidato a gobernador, Alejandro Armenta, y otro, el del gobernador Sergio Salomón Céspedes.
La línea que dice “No es noticia que @LaloCastilloLop fue imposición” muestra el menosprecio del aspirante suplente al aspirante propietario por haber obtenido la postulación, según él, sin merecimiento. Basta revisar un poco los antecedentes de cada uno para saber por dónde llegaron a la candidatura.
Vega Suck, otra vez, es hijo de uno de los colaboradores de mayor confianza de Armenta, mientras que Castillo López lo fue en el Congreso –y lo es en la actualidad– de Céspedes.
Si el suplente afirma que el propietario es producto de una imposición, seguro lo dice porque eso escuchó de quienes le convencieron de aceptar una candidatura de segunda, incluso teniendo el lazo que tiene con Vega Rayet.
Eso significa que el menosprecio no viene nada más de este joven político, sino de personajes más encumbrados en la pirámide de mandos del abanderado a gobernador.
Ahí radica la importancia del episodio ocurrido el sábado en la web.
¿Cuántos armentistas más habrá en esa coalición pensando en los cespedistas –y en el resto de los grupos políticos que cohabitan al interior de Morena, que son muchos, como el de Claudia Rivera y el de “Nacho” Mier, por ejemplo– como usurpadores de sus posiciones de poder?
Debido a este acontecimiento, la unidad morenista mostró un flanco endeble, en pleno arranque de la guerra electoral.
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Ignacio Mier Velazco también dio nota en el primer día de campaña. El candidato a senador por Morena no llegó al mitin que encabezó Alejandro Armenta en el zócalo de la ciudad de Puebla en los primeros minutos del domingo, por una supuesta enfermedad.
Más tarde apareció en Izúcar, probablemente ya recuperado del mal que le aquejaba, pero fue uno de los últimos en subir al presídium en el que estaba, como invitada principal, Claudia Sheinbaum Pardo.
Quienes vieron al todavía diputado federal aseguran que subía, bajaba y daba vueltas en torno a nada, como quien se siente un tanto incómodo en donde está.
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Si el primer acto de campaña de los candidatos de la coalición morenista realizado en el zócalo hubiese servido de termómetro para medir la aceptación de los aspirantes entre los simpatizantes del partido guinda asentados en la ciudad de Puebla, Antonio Gali López habría obtenido el mejor número y María de la Barreda Angón el peor.
Armenta invitó a los candidatos a diputados federales y locales por los distritos del municipio de Puebla a subir al templete erigido en la esquina de las calles 3 Oriente y 2 Sur.
Ahí estuvieron, entre otros, Roberto Zataraín, Graciela Palomares, Antonio Gali, José Antonio López y De la Barreda, además de José Chedraui Budib, abanderado a edil, a quienes el candidato a gobernador presentó de manera individual.
El contraste se lo llevaron “Tony” Gali y María de la Barreda.
El hijo del exgobernador del mismo nombre se llevó los aplausos más sonados y la ex presidenta del DIF municipal de San Pedro Cholula los menos efusivos.
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Claudia Sheinbaum protagonizó dos descuidos durante su participación en el mitin de Izúcar de Matamoros.
Al presentar a Lizeth Sánchez estuvo muy cerca de llamarle candidata a gobernadora. A media expresión se dio cuenta del lapsus y rectificó al decirle candidata al senado.
Lo mismo ocurrió cuando debió anunciar a Irene Olea Torres como candidata a la reelección por ese municipio. Primero dijo que era hombre, pero inmediatamente después rectificó y la llamó mujer.
Dos errores comprensibles en el mar de candidatos a puestos de elección popular que hay en todo el país.