Lo ha dicho el gobernador Sergio Salomón reiteradamente y lo volvió a enfatizar: él no está en la ecuación electoral, no aparecerá en la boleta ni pretende inclinar la balanza para nadie.
A pesar de que algunos actores políticos de la alianza del PRIANPRD y el local PSI han buscado meterlo, con maña, a un falso debate electorero, el mandatario poblano lo ha pedido con claridad: “que los políticos no nos echen a pelear” y que no usen a la seguridad como instrumento de manipulación o lucro electoral.
La tarde de este miércoles, Sergio Salomón Céspedes Peregrina encabezó una comida con directores y dueños de medios de comunicación y ahí, nuevamente en su mensaje y en los simbolismos de este, se mostró objetivo y mesurado, es decir, con su conocido y particular estilo de gestionar el poder.
Hasta hoy, los políticos, hombres y mujeres, de esa alianza que han pretendido entramparlo, lo han hecho solamente desde la proclama mediática. O del grito o llanto tuitero que, sin eco, no va a más.
Es muy fácil lanzar acusaciones sin sentido y sin sustancia, en entrevistas banqueteras o rueditas de prensa que no impactan en las portadas o los titulares de los diarios de mañana.
Pero no hay un solo señalamiento formal o serio en contra del Gobierno del estado, o del gobernador en lo particular.
Como suelen decir los abogados, no hay litis.
Solo fuegos de artificio, que ni humo ni polvo producen.
Y es que solo buscan la nota del día.
La estridencia declarativa.
La réplica y, con ella, los reflectores.
Nada más.
Y es que el desprestigio de la mayoría de los voceros, tanto de Eduardo Rivera Pérez como de Mario Riestra, solo atina a producir risa.
Su pasado –y presente– los delata.
Han dado tantos bandazos, y han sido tan incoherentes e inconexos, que todo lo que digan, o dejen de decir, poco importa en realidad.
Y son tan vulnerables, y tienen tanta cola que pisarles, que sus soñados misiles solo han terminado en pólvora mojada.
Sencillamente porque, salvo alguna excepción, carecen de eso que da poder y fuerza a todo vocero que se digne de ser llamado como tal: credibilidad.
Credibilidad, que no se compra en el Oxxo de la esquina.
Por eso es que en su intervención en esa comida y en las respuestas que dio a los comunicadores en el Centro Expositor, Sergio Salomón fue claridoso de sobra:
“Sin el afán de querer contestarle a nadie… me ha costado mucho trabajo tener voz, para estársela pasando a alguien más. No quiero dale focos a quien no tengo que darle.
“En verdad yo tengo muy claro cuál es mi tiempo, cuál es mi espacio, cuál es mi momento. Soy Sergio Salomón y el 15 de diciembre de 2024 (cuando termina su gestión), seguiré siendo Sergio Salomón.
“No quiero cogobernar con nadie, ni tener una estructura de complicidad entre municipales o diputados.
“No es mi misión ni mi idea”, aseguró.
En una charla muy larga, cargada de claridad, Sergio Salomón dejó a los directores de medios un mensaje fuerte, previo al arranque de la jornada electoral.
No seamos ingenuos: por supuesto que el gobernador quiere que ganen su partido y los candidatos y las candidatas de su partido, Morena.
Es un animal político y como tal, tiene ideología, intereses, fobias, filias y anhelos.
Pero eso no significa que, como han salido a gritar algunos y algunas, Puebla vaya a vivir una “elección de Estado”.
Hay que recordar que las campañas federales arrancan este 1 de marzo y vendrá un tiempo de veda, en el que poco, muy poco, desde la esfera del servicio público, se podrá hacer y decir.
(Por eso, de hecho, este mismo miércoles se adelantó el anuncio de los elencos y espectáculos que formarán parte de la Feria de Puebla 2024. No vaya a ser que los genios del PRIANPRD lo acusen de “hacer campaña” o, en el absurdo, quieran que la Gran Fiesta de los Poblanos y las Poblanas se cancele solo porque hay campañas y elección en puerta).
En su mensaje a los directivos de medios de comunicación, el gobernador también subrayó algo sumamente importarte: que él no persigue a nadie.
Que no se equivoque, en ese sentido –dijo–, la oposición.
En Puebla se viven otros tiempos.
Sí, Sergio Salomón está fuera de la ecuación electoral y eso es lo que conviene a todos.
Pero sobre todo lo que le conviene a Puebla.
La charla fue, tal vez, la más larga que haya tenido en colectivo con periodistas y empresarios de medios.
Habló también desde la sinceridad.
Recordó cómo fue su primer encuentro con Andrés Manuel López Obrador, a quien no conocía personalmente antes de ser gobernador.
De cómo las palabras de halago a su persona, de la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, le ayudaron mucho a que el presidente de la República supiera que “es un buen hombre, un hombre de bien”.
Tuvo incluso un recuerdo afectuoso para el exgobernador Miguel Barbosa Huerta y narró cómo siempre su relación fue muy buena.
Ya Sergio Salomón envió el mensaje.
Fue certero.
Abierto.
Y sobre todo claridoso.
Que lo lea quien quiera.
Pero más, quien pueda.