Rogerio Pablo Contreras Castillo se ha convertido en el candidato opositor de la alianza entre el PAN, el PRI y el PSI a la alcaldía de San Martín Texmelucan, con la peculiaridad de que 17 años antes, estuvo a punto de ser postulado al mismo cargo y acabó renunciando al blanquiazul por una imposición que sufrió en esa fuerza política. Ahora se ha convertido en la esperanza del Partido Acción Nacional de recuperar el ayuntamiento del tercer municipio más importante del estado y que era uno de sus principales bastiones en el país.
Es decir, el PAN está reculando. El mismo personaje que este partido excluyó por una decisión autoritaria y que le costó perder la plaza de San Martín Texmelucan en las dos últimas décadas, ahora recurre a él como su principal opción para intentar recuperar el poder y como una pieza clave para que el blanquiazul se pueda meter a la competencia de la gubernatura.
1983 fue un año clave en la democracia poblana; en esa ocasión se registró un monumental fraude electoral cuando en la capital de manera sorpresiva ganó los comicios locales el panista Ricardo Villa Escalera, pero un robo masivo de urnas le dio el triunfo al priista Jorge Murad Macluf, mismo que murió en un accidente automovilístico cuando estaba en el ejercicio del cargo de presidente municipal.
De ahí que se generó la sospecha de que la muerte sorpresiva de Murad habría sido provocada para evitar que aspirara a la gubernatura del estado.
Como una “válvula de escape”, tres años más tarde, el poder hegemónico del PRI se vio en la necesidad de reconocer un triunfo electoral del PAN en San Martín Texmelucan, en una época en que no había alternancia del poder. Era un periodo en que era inconcebible que la oposición pudiera ganarle en las urnas al tricolor.
A partir de 1987 se desató en San Martín Texmelucan un largo periodo de alternancia en el poder entre el PAN y el PRI, donde principalmente dominó el blanquiazul, que siempre gobernaba dos trienios y luego ganaba el tricolor un periodo, para que posteriormente regresara el partido de la derecha otros dos ayuntamientos seguidos.
Por eso San Martín Texmelucan se convirtió en un bastión del PAN a nivel nacional, hasta que en 2007 una decisión autoritaria del partido terminó con ese poder de dicha fuerza política.
En ese año, el personaje más popular que aspiraba a la alcaldía de esa ciudad era Pablo Contreras Castillo, quien se venía desempeñando como presidente del Comité Municipal del PAN en San Martín Texmelucan. De profesión dentista, era quien tenía un fuerte apoyo popular para ganar el sexto gobierno local del blanquiazul.
Se había ya tomado un acuerdo en el PAN de que habría una designación directa de Contreras Castillo como candidato a edil. Sin embargo, de última hora se decidió desde la cúpula panista permitir que se hiciera una asamblea municipal del partido, misma que fue controlada y manipulada por un ex edil, Víctor Gaudencio León Castañeda, quien le arrebató al primero la postulación.
El resultado fue catastrófico para el PAN, ya que Pablo Contreras renunció a este partido y lo mismo hicieron docenas de militantes, que protestaban porque no se había respetado el darle la candidatura a quien tenía el apoyo popular.
En las urnas, fue derrotado Víctor León Castañeda por una figura emergente: el empresario Noé Peñaloza Hernández, quien es propietario de la enorme fábrica de porcelana Santa Julia, ubicada a un costado de la autopista México-Puebla. El industrial fue postulado por el Partido Nueva Alianza, en la época que era la fuerza política de Elba Esther Gordillo, la entonces cacique del sindicato magisterial.
La administración de Noé Peñaloza fue un desastre. En el poder demostró que era un empresario sin una idea de lo que era gobernar. Fue el momento exacto en que San Martín Texmelucan entró en una profunda crisis de inseguridad, de conflictos sociales y de falta de infraestructura para soportar un crecimiento urbano irregular. Hasta la fecha prevalecen esas condiciones.
Por su parte, el PAN se despedazó. Desde 2007 ha fracasado en todos los intentos de recuperar la alcaldía. Se convirtió en la tercera fuerza política del municipio.
Mientras que Rogerio Pablo Contreras, luego de que le quitaron “a la mala” la candidatura a alcalde, compitió por Nueva Alianza por una diputación local y logró llegar al Congreso del estado, convirtiéndose en un destacado legislador.
En su momento, Nueva Alianza lo reconoció como el segundo mejor diputado en el país por su alta productividad en el trabajo legislativo.
Ahora se hizo una encuesta para decidir al candidato de la alianza opositora en San Martín Texmelucan y el ganador fue Pablo Contreras, dentro de todas las figuras del PAN, el PRI y el partido Pacto Social de Integración.
Formalmente es el PSI el que postula a Pablo Contreras, pero quien defendió su designación fue Eduardo Rivera Pérez, el aspirante opositor a la gubernatura de Puebla.
Fue el edil de Puebla con licencia quien frenó los intentos desde el PAN de no querer admitir a Pablo Contreras y exigir que se respetara el resultado de la encuesta, que lo coloca como un fuerte contendiente a la alcaldía.
Entre los panistas que quisieron frenar a Contreras Castillo se encuentra otra vez Víctor León, quien se siente dueño del PAN texmeluquense, pese a que es el autor de la debacle electoral de esta fuerza política. Pero ahora no lo dejaron “meter mano” en la selección de candidatos.