El pasado sábado se llevaron a cabo dos importantes reuniones políticas, ambas con implicaciones al 2024 y que buscan a toda costa el lograr la unidad en las dos coaliciones que se verán las caras el próximo año.
En Cholula, el gobernador del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, reunió de nueva cuenta a seis de los siete contendientes que se vieron las caras en la interna de Morena, para elegir a su candidato a la gubernatura. Todos acudieron al llamado del mandatario, a excepción del diputado federal Ignacio Mier, quien se excusó por no estar presente y envió en su representación a su hijo, el presidente municipal de Tecamachalco, Ignacio Mier Bañuelos.
También estuvieron presentes los representantes de los partidos satélites aliados de Morena, el PT, el Verde y ahora también el partido rosa, Fuerza por México.
Por supuesto que el más asediado fue el candidato, Alejandro Armenta, quien recibió todo el apoyo del gobernador y del resto de quienes buscaron la nominación como Julio Huerta, Rodrigo Abdala, Liz Sánchez, Olivia Salomón y Claudia Rivera.
El propio Alejandro Armenta sabe que la premisa es tratar de lograr la unidad y que esta sea real, sin simulaciones, de lo contrario, sus posibilidades de alzarse con el triunfo el próximo 2 de junio de 2024, se pueden ver seriamente amenazadas.
La simulación es el “fantasma” que rodea a los políticos que, como Armenta, alcanzan la nominación, pero que saben que corren el grave riesgo de ser engañados por aquellos que compitieron al igual que él por la candidatura y que pudieran quedar heridos, una vez que se dio el desenlace a favor del originario de Acatzingo.
Y vaya que Armenta sabe de esto, pues lo vivió cuando Javier López Zavala era el candidato del PRI a la gubernatura en el 2010 y él era, en ese entonces, el presidente del Comité Estatal del PRI y vivieron una auténtica simulación por parte de muchos de los que decían apoyar al entonces abanderado del PRI.
Es por eso que, el propio Armenta se ha puesto a la cabeza para llevar a cabo la «operación cicatriz», reuniéndose con varios de los que participaron en el proceso del cual él resultó ganador.
Ya se sentó con Claudia Rivera, con Ignacio Mier, con Olivia Salomón y le faltan aún, Julio Huerta, Rodrigo Abdala y Lizeth Sánchez.
Alejandro tiene una ventaja, la operación política del gobernador Sergio Salomón, quien también ha abonado a la unidad de su partido y que mantiene una muy buena relación con Armenta, lo que garantiza que la unidad realmente se pueda dar y no solo sea una simulación.
Pronto vendrá la repartición de posiciones al interior de Morena y ahí también se pondrá a prueba esta unidad que al menos por el momento luce sólida y que puede ser la garantía de triunfo para este instituto político.
Del otro lado, la alianza PAN, PRI y PRD también puso a prueba su unidad al arropar en Puebla a su candidata a la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez, en diversos actos realizados en diferentes puntos de la entidad.
El evento más importante se llevó a cabo en el Lienzo Charro de esta ciudad y corrió a cargo del PRI, partido sobre el cual hay dudas de peso sobre en dónde está su lealtad, merced a la serie de complicidades que existen con la actual administración estatal.
El evento en sí tuvo éxito, pues los priistas llenaron el viejo inmueble, el cual hace unos días también sirvió de escenario para el cierre de actividades de quién resultó ser el candidato de Morena a la gubernatura, Alejandro Armenta.
Al menos en el discurso, los dirigentes del PRI, Alejandro “Amlito” Moreno, Jorge Estefan y Néstor Camarillo, señalaron estar listos para arropar a los candidatos del Frente Amplio por México, dijeron ellos, “sin dudas, ni titubeos”.
Al lado de los priistas y de Xóchitl Gálvez, estuvieron los panistas y los perredistas encabezados por el alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez, y demás miembros del albiazul, quienes lucieron chalecos de color rojo, el de sus aliados del tricolor.
La unidad sin duda es fundamental en cada uno de los dos bandos que van a medir fuerzas el próximo año, pero lo es más en el Frente Amplio, porque van a enfrentar a toda la fuerza del estado, con Morena al frente de la Presidencia de la República y de la gubernatura de Puebla.
Las pocas o muchas posibilidades de que Eduardo Rivera Pérez se pueda alzar con un triunfo en la elección que se avecina, pasa sin duda por mantener unidas y cohesionadas a estas tres fuerzas políticas, mientras que del lado de oficialismo, Armenta pudiera tener la ventaja por ser el personaje con el cual se comienza a ir la cargada, pero ambos saben que dentro de la política siempre estará latente la simulación, no por nada, en este mismo espacio lo hemos dicho, el arte de la guerra es el arte del engaño.