El problema que Eduardo Rivera Pérez y los dirigentes del Frente Amplio por México enfrentarán en Puebla, una vez que el primero sea nominado candidato a la gubernatura y los partidos que lo apoyan se pongan de acuerdo sobre cómo se repartirán las candidaturas para los cargos de elección popular que estarán en juego, es que no contarán con un abanico amplio cuadros y figuras competitivas para ganar las elecciones de 2024.
Los panistas y priistas conocidos, con buena imagen y más o menos competitivos pueden contarse con los dedos de las manos y sobrarían dedos.
En el PAN los actores políticos, más allá de Eduardo Rivera, se reducen a la senadora Nadia Navarro y a los diputados federales Genoveva Huerta, Ana Teresa Aranda y Mario Riestra; y en el PRI la lista se reduce a la diputada federal Blanca Alcalá, al diputado local Charbel Jorge Estefan Chidiac y al expresidente del Comité Municipal priista José Chedraui Budib, aunque estos dos últimos parecen más promotores del PRI-Mor que del bloque opositor.
Bajo esas circunstancias, lo más probable es que el PAN y el PRI tengan que echar mano de sus actuales presidentes municipales, diputados locales y diputados federales, así como de sus dirigentes para tratar de mantener las posiciones que hoy tienen en el Congreso de la Unión, el Congreso del estado y los ayuntamientos de la entidad.
¿Qué tantas garantías de triunfo representan en la Zona Metropolitana de Puebla las gestiones de los presidentes municipales Edmundo Tlatehui Percino, de San Andrés Cholula; Paola Angon Silva, de San Pedro Cholula, y Filomeno Sarmiento Torres, de Cuautlancingo?
¿Quiénes de los diputados locales del PRI y el PAN podrían asegurar que en los comicios de 2024 retendrán los distritos locales de la Sierra Norte con cabecera en Huauchinango, Zacatlán, Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec; o los distritos 9, 16 y 17 de la capital; así como el 18 de Cholula; el 14 de Ciudad Serdán y el 26 de Ajalpan?
La verdad es que el panorama para el Frente Amplio por México y sus posibles candidatos luce desolador, pues hay presidentes municipales y diputados del PRI y el PAN en la Sierra Norte que en realidad operan y trabajan para Morena y sus aspirantes a la gubernatura.
El ejemplo más evidente es el presidente municipal de Zacatlán, José Luis Márquez Martínez. Este formalmente pertenece al PRI o llegó por una alianza amplia encabezada por el tricolor, pero hoy actúa y opera a favor de Morena y los programas y acciones del Gobierno del estado.
De ahí el comentario inicial sobre la ausencia de cuadros o figuras competitivas que acompañen en Puebla las campañas de Xóchitl Gálvez Ruiz y Eduardo Rivera Pérez, a la Presidencia de la República y la gubernatura del estado, cuando estos finalmente sean nominados como candidatos del bloque opositor.
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Beatriz Paredes, sin respaldo en Puebla
Este domingo se cerró el registro de firmas de apoyo de los aspirantes del Frente Amplio por México. De acuerdo con versiones preliminares de la dirigencia estatal del PAN, en Puebla se recabaron unas 151 mil.
De estas, casi una tercera parte, más de 40 mil, fueron para la senadora con licencia Xóchitl Gálvez.
El segundo lugar se lo disputaban el diputado federal panista Santiago Creel Miranda y el exsecretario de Turismo, el priista Enrique de la Madrid Cordero, aunque este último ya quedó eliminado de la contienda.
La senadora Beatriz Paredes Rangel, del PRI, fue la cuarta en recabar firmas de apoyo, unas 10 mil al cierre de la jornada.
Augusta Díaz de Rivera Hernández, presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, había comprometido a los presidentes municipales, diputados locales y federales, así como a los dirigentes de comités y delegaciones municipales panistas a conseguir 121 mil 394 firmas de respaldo para los aspirantes presidenciales Santiago Creel y Xóchitl Gálvez.
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