El grupo que fundara Rafael Moreno Valle, al inicio de la administración de Melquiades Morales Flores en 1999, está de regreso.
Muchos se apresuraron a señalar que el morenovallismo murió el 24 de diciembre de 2018, cuando el helicóptero en el que viajaban Martha Erika Alonso y su esposo, el entonces senador Rafael Moreno Valle, se desplomó luego de despegar de la ciudad de Puebla, en terrenos de cultivo del municipio de Cuautlancingo.
La mayoría decía que el morenovallismo se había extinguido a los 10 minutos de la muerte de ambos personajes. Sus sucesores, los integrantes de su grupo político, se habían visto incapaces de conservar la gubernatura que Martha Erika Alonso había ganado y que ellos perdieron sobre la mesa, para dar paso al interinato de Pacheco Pulido, la elección extraordinaria y la victoria de Miguel Barbosa.
La desaparición de este grupo político parecía inevitable, el operador de lujo de Rafael, Eukid Castañón fue enviado a la cárcel, Luis Banck, Jorge Aguilar, Eduardo Tovilla y Tony Gali, eligieron el destierro, Paty Leal decidió regresar la notaría que había recibido como premio durante el último año de la gestión de su mentor, Marcelo García Almaguer se refugió en su diputación y una vez concluido su periodo partió rumbo a Aguascalientes.
Los pocos que se quedaron no eran generales del morenovallismo, sino empleados de poca monta, los cuales sin el apoyo de los personajes a los cuales servían, nos les quedó otra que refugiarse en los brazos de quien fuera el principal adversario de su jefa, Martha Erika Alonso, Fernando Manzanilla.
Tan eran simples empleados, que a pesar de tener todo el apoyo de Manzanilla cuando este era secretario de Gobernación, fueron incapaces de mantener el control del panismo poblano, producto de sus excesos y su voracidad, por esta razón, fueron desplazados por el Yunque, quien no solo se hizo del control del Comité Municipal, sino también ganó la presidencia municipal de Puebla y luego se hizo del control del PAN estatal.
Pero la rueda de la fortuna dio un viraje de 180 grados, tan sorpresivo como la propia muerte de Martha Erika y Rafael, el 13 de diciembre de 2022, de forma inesperada, murió el entonces mandatario, Miguel Barbosa.
Este hecho ha cambiado todas las condiciones políticas del estado, los empleados del morenovallismo, ya de por si estaban alineados con Ignacio Mier, merced la relación con Manzanilla, pero también por el hecho de que solo el coordinador de los diputados federales de Morena, les garantizaba la supervivencia ante Barbosa, quien había metido a la cárcel y exiliado a los verdaderos generales. Hoy el morenovallismo está de regreso y revitalizado.
Apuestan a que gane Nacho Mier la gubernatura, como también, el que un personaje ligado a sus intereses se haga de la presidencia municipal de Puebla, para expulsar al Yunque del PAN y recuperar los que ellos consideran es la herencia de Martha y de Rafael.
De la tal forma que, como lo señalé en la anterior entrega, Fuerza México manejada por la morenovallista, Maiella Gómez, tiene lista sus puertas para todos los tránsfugas y apapachar a los detractores del Yunque.
No es casualidad ya ver de regreso en Puebla a Jorge Aguilar Chedraui, uno de los generales del morenovallismo, ni tampoco el que Eukid Castañón, ya haya sido trasladado de nueva cuenta del penal de Durango al penal de Puebla, se dice que incluso Castañón ya se apresta para operar lo que se tenga que operar para el 2024, sin duda es un maestro en ese arte.
También se los adelante desde hace tiempo, el ex gobernador, Tony Gali se apresta para regresar a Puebla, ciudad a la cual ya viene de manera intermitente junto con sus hijos.
Desde febrero les advertí que Gali podría ser candidato a la alcaldía o bien su hijo Tony y su yerno Elías, candidatos a las diversas diputaciones que estarán en juego el próximo año y eso no es nada disparatado.
Las circunstancias hoy operan a favor del grupo del fallecido ex gobernador, quienes se aprestan para regresar por la revancha, quién lo diría para todos aquellos que daban por hecho su extinción y para mayor ironía, cobijados por personajes ligados a Morena.
El morenovallismo fortalece sus nexos lo mismo que con Nacho Mier, que, con el verdadero líder estatal del PRI, Jorge Estefan, quien no es ajeno a todos estos movimientos y que ve con beneplácito como se comienza a tejer el regreso del que fuera alguna vez el grupo hegemónico en Puebla.
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