Un personaje al que se debe poner mucha atención en la contienda interna de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es a Salvador Torres Castillo, quien se podría convertirse en el “caballo negro” de la elección magisterial –del próximo martes—, ya que fue el último de los aspirantes en entrar a la lucha por la secretaría general del SNTE, pero es el que más fuerza ha adquirido en un corto plazo.
Su potencial se concentra en que se ha sabido presentar como el único aspirante, de los 8 que contiende por la dirigencia del SNTE 51, que puede enlistar y presumir haber conseguido logros económicos para los más de 30 mil trabajadores estatales de la educación, como haber sido quien se encargó directamente de la negociación, en el sexenio de Melquiades Morales Flores, para conseguir 90 días de aguinaldo para el gremio, que es una prestación social única en la entidad poblana.
La lucha por la dirigencia del SNTE 51 se ha concentrado en tres candidatos:
Alfredo Gómez Palacios, a quien se le considera el rival a vencer por su alto nivel de popularidad. Es el que ha conseguido los mítines más concurridos.
Felipe Neri Morán Álvarez, cuya fortaleza y debilidad, es al mismo tiempo, su onerosa campaña proselitista, que a unos gusta y a otros maestros agravia por el excesivo gasto que refleja.
Y Salvador Torres Castillo, quien ha sido el hombre clave de las negociaciones salariales del sindicato con al menos 6 gobernadores, desde Manuel Bartlett Díaz y hasta Luis Miguel Barbosa Huerta. Llama la atención que su campaña se ha financiado por aportaciones voluntarias de maestros de diferentes regiones del estado.
El resto de los suspirantes no han logrado despegar y algunos, ya buscan hacer alianzas, como es el caso de Dinora García Hernández, quien lleva varios intentos por ser la secretaria general del SNTE 51 y ahora como de nueva cuenta no crece en el ánimo de los maestros, ya está tocando las puertas de los tres punteros de la contienda para declinar por algunos de ellos.
En el caso de Salvador Torres Castillo su fuerza radica en que, al paso de los años, se ha convertido en la mayor autoridad de negociaciones salariales del sindicato con el gobierno del estado. Eso le ha generado la adhesión de muchos maestros, que lo ven como un aspirante maduro y experimentado.
Alguien que mostró mucho temor a su potencial es el dirigente saliente del SNTE 51, Jaime García Roque, quien intentó sabotear la candidatura de Torres Castillo.
La mayoría de los aspirantes a la secretaría general del sindicato llevan poco más de 2 años en campaña, como consecuencia de que la elección estaba programada para diciembre de 2020 y se tuvo que aplazar por la emergencia sanitaria del Covid-19.
Torres Castillo le comunicó a Jaime García Roque su intención de ser candidato a mediados del año pasado y entonces, el secretario general le pidió prudencia, que aplazara unas semanas el anuncio de su posible postulación para evitar contratiempos en el funcionamiento del Comité Seccional del SNTE 51.
Ya en este año, Torres Castillo –conocido en el ambiente de la organización magisterial como “el Conta Chava”— insistió en hacer público su proyecto político, recibiendo una amenaza de García Roque, quien le habría advertido que no le agradaba su candidatura y le pedía, o mejor dicho le exigía, renunciar a la postulación.
El aspirante le respondió que su decisión de participar no pasaba por su aprobación, solo le corría la cortesía de informarle.
A lo cual, García Roque le habría amenazado al decirle que, si seguía con sus planes, “en una semana la prensa te va a destrozar”, pues él mandaría, ordenaría, cuestionar su imagen pública.
“Tu expediente ya lo tiene la Secretaría de Gobernación”, fue la última advertencia que la habría dicho el dirigente saliente.
Así ocurrió, a la semana siguiente en un medio de comunicación sin impacto en las filas de los maestros estatales publicó un reportaje contra Salvador Torres, carente de materia informativa relevante. La publicación tuvo cero impactos.
Hoy Salvador Torres está entre los tres candidatos que se disputan la dirigencia del SNTE 51 y eso que su campaña de proselitismo apenas inició hace unas pocas semanas. Sus seguidores confían en el dicho “caballo que alcanza, es el que gana”.
