Hoy cumple 40 años de vida el Colegio de Bachilleres del estado de Puebla (Cobaep) y dentro de esta institución –la más importante del nivel media superior en la entidad— será como cualquier otro día, sin festejos, sin una sola mención entre académicos, alumnos y padres de familia. Esto es reflejo de una crisis en dicho centro educativo que se expresa en violaciones a los derechos laborales, anomalías en el manejo presupuestal, autoritarismo de los directivos y un desdén a mejorar la calidad de la enseñanza.
El Cobaep surgió en 1982 y cada 10 años se hacia un festejo que tenía tres ejes: reconocer con estímulos económicos a los trabajadores con más antigüedad, organizar jornadas de académicas e invitar a los egresados con una carrera profesional exitosa para conversar con los alumnos que cursan su formación de bachiller. Ahora nada de eso se va a hacer.
La relevancia de ese tipo de actividades es que al colegio asisten estudiantes de los estratos más populares, cuyas vidas están impregnadas de violencia, pobreza y siempre un futuro gris por las pocas oportunidades de desarrollo que hay en la sociedad poblana. Por si fuera poco, siempre al alumnado del Cobaep se le ha utilizado para fines partidistas, lo que es su primer roce con la corrupción política. Por eso es de mucho valor cualquier acción que motive su empeño escolar, pero esa visión es ajena a la del actual director, Arturo Rodríguez Ballinas.
A finales del año pasado se empezó a armar un ambicioso programa para conmemorar las cuatro décadas del Cobaep y se había avanzado mucho, hasta que en diciembre pasado se removió al director Santos Alfonso Serrano y se designó al actual encargado del colegio, Arturo Rodríguez Ballinas, quien de manera sorpresiva e irresponsable se enteró hasta hace poco de la historia de la institución que dirige y que iba a cumplir 40 años.
En julio pasado se realizó una carrera de alumnos como inicio de los 40 años de vida del Cabaep, que estuvo mal organizada y brotó el escándalo de unos uniformes, que originalmente se dijo que serías gratuitos para los trabajadores, pero después se les quiso vender dichas prendas y resultó que esa ropa utilizaba una marca apócrifa, un hecho grave para una institución que debe conducirse dentro de la legalidad.
Hace unos días, de manera sorpresiva se dijo que no había presupuesto y por ende, no hay conmemoración alguna del 40 aniversario. Eso incluye no entregar estímulos a los trabajadores con más años de labores, pese a que los reconocimientos forman parte del Contrato Colectivo de Trabajo.
La semana pasada a los directores de los 23 planteles se les dio la orden de que improvisaran actos conmemorativos para este lunes. Es entendible que todos los directores de esas unidades se declararon sin capacidad de hacer esas labores de un día para otro.
Esa decisión ha desatado un fuerte malestar entre el personal del Cobaep, porque no solamente es el problema de los festejos en cuestión, sino que en muchas oficinas del colegio no hay artículos de oficina y señal de internet, tampoco hay insumos de limpieza y por si fuera poco, en algunos sitios se sustituyó el agua embotellada por agua reciclada, que ya ha provocado una crisis de enfermedades gastrointestinales.
La oficina de atención externa del Cobaep se eliminó, por órdenes de Dzoara Corona Rojas, la directora académica. Por tanto, los alumnos universitarios que ahí cursan el servicio social o las practicas profesionales, así como académicos externos que van a realizar alguna actividad, los atienden en los corredores y los invitan a sentarse en el suelo. Es una forma de expresar desprecio a estos actores del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Otra anomalía es que las plantillas de maestros de los 23 planteles del colegio no estuvieron a tiempo, no se respetaron materias y horarios de docenas de maestros. Esa labor estuvo a cargo de Angelina Balbuena Flores, quien carece de experiencia en ese cargo.
Lo grave de esta situación, es que todo trabajador, maestro o alumno que se queja de las carencias, de los problemas de organización o de algún asunto de maltrato, la única que respuesta que hay siempre es: “Si no estás a gusto, vete, la puerta es muy grande”.
Es curioso es una expresión que utilizan la mayoría de los funcionarios de oficinas centrales, como si hubiera sido una instrucción dar ese tipo de contestación insolente.
Por esa razón, este lunes, que debía ser de fiesta, de conferencias académicas, de una sana convivencia entre trabajadores y directivos, va a ser una jornada de protesta y de enojo.
Un grupo de trabajadores va a colocar una lona a la entrada de las oficinas centrales –ver la foto abajo—exigiendo respeto al Contrato Colectivo de Trabajo, fin de las amenazas contra el personal y que se resuelva la carencia de insumos.
Un lúgubre festejo de los 40 años del Cobaep dentro de la 4T.