La conflictiva jornada electoral del domingo en Tehuacán, en donde se cancelaron 5 de 12 comicios en juntas auxiliares, es una muestra clara del alto grado de incompetencia de la administración del edil Pedro Tepole Hernández, quien construyó un gabinete que tiene una característica esencial: ninguno de sus miembros tiene experiencia en el ejercicio de gobernar, todos son políticos bisoños.
Mientras en la mayoría de las 83 juntas auxiliares del estado en que se suspendieron los plebiscitos fue por intentos de fraude electoral o violencia, en Tehuacán obedeció a la incompetencia de los organizadores de las votaciones, que fueron encabezados por Armando Ramírez, el secretario de Gobernación del ayuntamiento.
Para entender la gravedad de que este personaje estuviera al frente de esa tarea, sólo basta hacer dos apuntes:
El primero: a finales del año pasado se puso al descubierto un fraude de la financiera La Perseverancia, que timó a más de 2 mil ahorradores del Valle de Tehuacán. Por ese asunto, hay siete directivos y socios de esa empresa que han sido vinculados a proceso penal y para enfrentar el juicio en libertad pagaron cauciones cada uno por más de un millón de pesos. Entre ellos se encuentra el ex presidente municipal, el panista René Lezama Aradillas.
Y de manera sorprendente resulta que Armando Ramírez, el flamante secretario de Gobernación del edil Pedro Tepole, fue el comisario de la financiera La Perseverancia. Era quien debía vigilar que hubiera un correcto manejo del capital de la empresa y es obvio, que no lo hizo.
Ello muestra la frivolidad del alcalde de nombrar a Ramírez como el “brazo derecho” de su gobierno, sin observar que forma parte de una compañía que lo mismo defraudó a pequeños ahorradores como a profesionistas y empresarios que depositaron en esa financiera cantidades millonarias.
Un segundo apunte: Armando Ramírez antes de ocupar el segundo cargo más importante del ayuntamiento de la segunda ciudad más grande del estado, nunca había se había desempeñado en un cargo público ni había participado en política. Ni siquiera había sido representante de casilla en una elección. Es un empresario que meses atrás no se veía siendo servidor público.
El secretario de Gobernación es un político bisoño que quiere aprender echando a perder las cosas.
Solo hay que remitirse a lo que pasó el domingo pasado:
No se capacitó a nadie para organizar las elecciones en juntas auxiliares y eso llevo a que, en las comunidades de Santa María Coapan, San Lorenzo Teotipilco, San Diego Chalma y San Cristobal Tepeteopan, la población acabara exasperada por el sistema tortuoso de votación que llevó a la nulidad de los comicios.
El Instituto Estatal Electoral entregó el padrón sin nombres, sin fotografías. Se tenía que reconocer a cada persona que llegaba a sufragar mediante un código qr y para ello, era necesario apuntar el largo número que traen las credenciales de elector en el reverso.
Eso derivó que había personas que les tardaban hasta 40 minutos en encontrar su nombre en el padrón electoral.
La gente que si pudo votar hizo filas de más de 2 horas, pese a que no hubo una participación nutrida. Eran pocos los ciudadanos que acudieron a sufragar.
Eso llevó a que los pobladores se desesperaran por un sistema lento, ineficiente y desinformado, porque nadie explicaba por qué todo era extremadamente tardado.
El caso más grave fue en San Nicolás Tetitzintla en donde participaron 15 candidatos y de ellos, 11 se unieron para impugnar a dos aspirantes.
Uno de ellos era abiertamente apoyado por la impopular diputada federal Araceli Celestino –cuya familia provocó el conflicto poselectoral de Coyomeapan—y el otro por el edil Pedro Tepole. Ambos candidatos son servidores públicos. Todo ello violaba las reglas de la contienda.
Los 11 inconformes elaboraron una impugnación y la Comisión Organizadora de Plebiscitos, encabezada por Armando Ramírez, les contestó el día de las votaciones, cuando ya había arrancado la contienda.
Por eso los inconformes optaron por quemar las boletas electorales.
Bisoños y con desprestigio
Pedro Tepole nutrió su gabinete con personajes que nunca han sido servidores públicos y carecen de experiencia política. Llegaron a sus cargos a enterarse como funciona la gestión municipal. Son bisoños.
Los pocos servidores que si tienen experiencia, es porque fueron parte de las impopulares administraciones de los ex ediles Felipe Patnaje Martínez y Andrés Artemio Caballero, que hundieron a Tehuacán en la ingobernabilidad en los últimos tres años.
Por eso en Tehuacán ya hay un dicho: lo grave no es lo que ya hizo el gobierno de Pedro Tepole, sino las barbaridades que seguramente va a seguir cometiendo.