La Entrega
Marco Aurelio Mirón
Ningún pacto existe entre Blanca Alcalá Ruiz y la estructura de las delegaciones federales encabezadas por Juan Carlos Lastiri Quirós en torno a la candidatura del PRI a la llamada mini gubernatura.
Ambos priistas tienen una relación profesional y amistosa de hace tiempo que los ha llevado a convivir más allá de las actividades políticas y gubernamentales.
La prueba está en la invitación que hizo el subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu) a la senadora a estar presente en agosto pasado en los festejos de la feria de Zacatlán.
Un fin de semana pasó Blanca Alcalá en el hogar del funcionario federal, por lo que no es nuevo que ambos estén juntos en distintos escenarios.
La presencia de la ex presidenta municipal el pasado sábado en la colonia Granjas de San Isidro durante la celebración de la asamblea informativa de las delegaciones federales, obedeció -supuestamente- a un acto oficial sin ningún tinte político.
Alcalá Ruiz marcha por su propia ruta conocedora que está a la cabeza de las encuestas entre los aspirantes a la nominación priista a la gubernatura.
Sin embargo, dicen que en el equipo de trabajo del ex diputado federal, Enrique Doger Guerrero, existe otro tipo de lectura.
La existencia de una alianza de grupos sin que figure el nombre de Enrique Doger.
Los enterados cuentan que no está nada contento que la senadora acudiera a la asamblea informativa de las delegaciones federales.
Mientras el binomio Alcalá-Lastiri reunió a miles de habitantes del sur de la ciudad, Doger sumó menos de 50 personas en reuniones celebradas en Cuautlancingo.
La lectura en el bunker dogerista es que lo ocurrido el sábado anterior huele a un acuerdo político de trascendencia para el priismo poblano.
Habrá que esperar los resultados de esa alianza.
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Los que conocen al senador Luis Miguel Barbosa Huerta, saben que tiene trasfondo el supuesto cambio de parecer para rechazar la alianza electoral del PRD con el PAN tanto en 2016 como en 2018.
Negociar con la administración morenovallista estaría detrás su inconformidad de repetir la unión de fuerzas políticas que llevaron en los comicios de 2010 a sacar al PRI de Casa Puebla.
El senador Barbosa no tiene el poder de antes para influir en las “tribus” perredistas en torno a los acuerdos en las entidades en materia electoral.
La fuerza recae en Nueva Izquierda, mejor conocida como “Los Chuchos”.
Esa corriente tiene el poder para decidir si el partido del Sol Azteca va en alianza con Acción Nacional. Luis Miguel Barbosa dejó de ejercer algún tipo de autoridad.
Por eso el senador quiere presionar al gobierno estatal para negociar posiciones a su favor y desde luego a un proyecto a futuro en 2018 pero no relacionado con ser candidato a gobernador.
Tiempo al tiempo.
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Cuentan que anda intranquilo Román Lazcano Fernández, delegado federal de la Sedatu.
¿El motivo?
Su posible remoción del cargo.
La llegada de Rosario Robles al frente de la Sedatu ha traído en consecuencia que Román Lazcano, de oscuro pasado como Síndico en el Ayuntamiento de Puebla en el trienio de Blanca Alcalá Ruiz, ande nervioso.
En Oaxaca, Morelos y Veracruz ya hubo cambios en las delegaciones federales de la Sedatu.
La llegada de Rosario Robles ha dado en consecuencia analizar el trabajo en las entidades y de paso, colocar al equipo de confianza.
Román Lazcano no tiene cabida entonces porque no forma parte del grupo.
Su único respaldo de llama Blanca Alcalá Ruiz pero la senadora no meterá las manos en caso de darse un cambio en la delegación Puebla.
En las próximas semanas se conocerá si Román Lazcano tiene cabida en la Sedatu.
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@Marcomironc
