Serpientes y Escaleras por Ricardo Morales
En los últimos 20 años en Puebla, dos grupos priistas se han disputado la hegemonía del control político del estado, el melquiadismo cuya cabeza es el exgobernador del Estado, Melquiades Morales Flores, heredero del exmandatario estatal, Alfredo Toxqui y Fernández de Lara y el marinismo cuyo líder político es el también extitular del ejecutivo en la entidad, Mario Marín Torres.
El próximo año, otra vez el melquiadismo y el marinismo se volverán a ver las caras, para disputarse la hegemonía política en Puebla, a través de otros actores, como el gobernador Moreno Valle y quien resulte electo candidato del tricolor a la gubernatura.
Estas dos fuerzas reeditaran un nuevo encuentro de una rivalidad que comenzó el 24 de mayo de 1998, cuando Melquiades Morales Flores, entonces aspirante al gobierno de Puebla, le arrebató en la primera consulta a la base realizada en la historia del priismo a Manuel Bartlett Díaz, el poder político en la entidad.
Melquiades representó pues, el regreso de la clase política poblana al poder, luego de tres gobernadores que habían venido de fuera, que eran extraños a la entidad, aunque Jiménez Morales había nacido en Huauchinango, no así Mariano Piña Olaya originario de Guerrero y Manuel Bartlett Díaz, cuyas raíces estaban en Tabasco y el Distrito Federal.
La victoria obtenida por Morales mediante un proceso abierto a la militancia con el que ganó la candidatura a la gubernatura, obligó también a la apertura del proceso de selección del candidato a la presidencia municipal de Puebla, en el cual Mario Marín Torres, entonces presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, se alzó con el triunfo por encima de Víctor Hugo Islas Hernández, el desaparecido empresario y político, Raúl Pardo Villafaña y Omar Álvarez Arronte, todos cartas de Melquiades Morales, quien no soportaba la idea de ver a Marín en la alcaldía.
Ahí nació una rivalidad política con sus vaivenes, que está a punto de cumplir 18 años, en los cuales estos dos grupos se han alternado el poder.
Marín se alió con Luis Paredes Moctezuma, para hundir al candidato melquiadista, Carlos Alberto Julián y Nácer, quien buscaba convertirse en el 2001 en el alcalde de Puebla, era la carta del entonces mandatario Melquiades a la gubernatura, lo cual no le convenía a Marín.
Más tarde en la sucesión del 2004, Melquiades impulsó a la par a Rafael Moreno Valle, exsecretario de Finanzas y entonces diputado federal y a Germán Sierra Sánchez senador de la República para disputarle la candidatura al gobierno del Estado a Marín.
Desde el Congreso Morales Flores bloqueo las cuentas públicas del trienio de Marín, quien a su vez amagó con irse al PRD si se le cerraban las puertas en el tricolor.
Marín encontró un aliado natural en el hijo del entonces gobernador, Fernando Morales Martínez, quien operó a favor del mixteco con el entonces dirigente nacional del PRI, Roberto Madrazo Pintado.
Marín también pactó con el entonces diputado federal Rafael Moreno Valle Rosas, para descarrilar a Germán Sierra Sánchez, cuya conversación telefónica con el entonces operador melquiadista, Ernesto Echeguren Barroeta y publicada en las páginas de Intolerancia, terminó por hundir los sueños del hombre que de niño jugaba en Los Pinos, al lado de su padrino el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez.
Descarrilado Germán, Morales Flores en contra de su voluntad no tuvo más que entregarle la candidatura a Marín y su grupo, el cual representaba en ese entonces al bartlismo, desplazado a su vez por el melquiadismo en 1999.
Pero el entonces gobernador Melquiades encontró el antídoto perfecto para amarrar el marinismo, al entregar la candidatura del PRI a la presidencia municipal de Puebla, al entonces rector de la UAP, Enrique Doger Guerrero, quien a su vez desde ese momento comenzó sus desavenencias con Marín y su grupo.
La sucesión en la UAP detonó la pugna entre Marín y Doger, Marín impulsaba a Armando Valerdí y Rojas y Doger a Enrique Agüera Ibáñez. A su vez Marín impulsaba a su viejo amigo de la infancia el empresario radiofónico y notario Mario Montero, para que fuera el candidato del PRI a la alcaldía, para restituirle la posición de la cual fue despojado en el 2001, cuando Melquiades se la dio a su viejo compañero Julián y Nácer.
Tuvo que intervenir el entonces delegado del CEN del PRI en Puebla, Manuel Gurría Ordoñez, parte del grupo Atlacomulco y quien cuidó con su familia a Roberto Madrazo, cuando este quedó huérfano tras la muerte de su padre Carlos en un “accidente aéreo”.
Celebre fue la entrevista otorgada en pleno proceso electoral por el entonces candidato a la gubernatura Mario Marín Torres, al periodista Arturo Luna Silva, en la cual sin tapujos, aseguró que si por él hubiera sido, el candidato a la alcaldía hubiera sido Montero, Valentín o Zavala.
Las heridas abiertas entre ambos grupos nunca cerraron. En el 2006 en plena crisis provocada por el Lydiagate, Marín desconoció los acuerdos a los cuales había llegado con su otrora aliado Rafael Moreno Valle Rosas, mismos que se habían sellado en el restaurante La Conjura teniendo como testigos a los periodistas Jesús Manuel Hernández y Fernando Alberto Cristanto, así como a Tony Gali, hoy presidente municipal de Puebla.
El acuerdo signado para que Moreno Valle se sumara a la campaña marinista era, primero convertir a Rafael en líder del Congreso local y en el 2006 apoyarlo para que encabezará la fórmula del tricolor al senado de la República.
Moreno Valle advertido de lo que se avecinaba (Lydiagate) y ofendido luego de que Marín impulso a Mario Montero en vez de cumplir sus acuerdos, busóo a su madrina, la hoy defenestrada maestra Elba Esther Gordillo, quien negoció con el entonces candidato panista a la presidencia de la República, el que Moreno Valle pudiera ir encabezando la fórmula del PAN al senado.
Marín ingenuamente le entregó la candidatura al senado a su eterno adversario, el exgobernador Melquiades Morales Flores y no solo eso, lo dejó que encabezará la planilla, lo que convertía al exmandatario en automático en senador, ganando o perdiendo.
Melquiades limó ásperas con su exdiscípulo Moreno Valle quien se alzó con el triunfo en la elección federal de ese año, llevando como compañero a la cámara alta al “Tigre” Humberto Aguilar Coronado.
Morales obtuvo su entrada al senado de todas formas por ser el PRI la primera minoría en la entidad.
Pero todavía faltaba lo mejor, cuando Javier López Zavala, salió designado candidato del PRI a la gubernatura, el melquiadismo puro, el grupo 24 de mayo, el cual llevó al poder a Morales Flores en el 98, se volcó con todo a favor de Rafael Moreno Valle Rosas, a la sazón candidato al gobierno del Estado por el Partido Acción Nacional.
Ahora seis años después, melquiadismo y marinismo se preparan de nueva cuenta para medir fuerzas, el 20016 volverá ser el escenario para que estos dos grupos se vean las caras.
Marín operando tras “bambalinas” a favor de Alberto Jiménez Merino y de Enrique Doger, para ver con cuál de los dos la prende y Melquiades Morales manteniéndose en la línea institucional, pero con su corazón puesto del lado de Tony Gali y de Moreno Valle.
