Efekto 10
Ricardo Morales / Serpientes y Escaleras
Puebla capital, la cuarta ciudad más importante en el país, es otra de las claves para entender en qué sentido se puede inclinar la gubernatura el próximo año.
Puebla capital y su zona conurbada abarcan casi 40 por ciento del total de la votación del estado; para ser precisos, la ciudad representa 32 por ciento del padrón electoral y la zona conurbada, el restante 8 por ciento.
La mayor parte de la población de esta región, a diferencia de lo que ocurre en el interior del estado —donde no llegan las estaciones de radio de la capital—, se informan a través de los medios locales, mientras que en la zona conurbada los medios de la capital juegan un papel fundamental.
En 2010 el candidato del PRI a la gubernatura, Javier López Zavala, tuvo como su punto débil Puebla capital, debido —entre otras cosas— a su escasa penetración en los sectores urbanos, pero también a lo poco que le aportó su dupla: el empresario radiofónico —y notario— Mario Montero Serrano, un verdadero lastre para el PRI en esa campaña.
“La fuerza del PRI termina donde comienza el pavimento”, dijo alguna vez un distinguido líder del tricolor con justa y sabia razón. El tricolor desde hace años perdió el voto urbano y mantiene como su fuerza el voto rural, el cual no le sirve si se desfonda en la capital.
Todo este rollo —como en otras columnas— viene al tema porque otra de la claves para saber quién va a ganar la próxima elección es saber qué candidato puede ser competitivo en Puebla capital; de tal forma que, si no puede ganarla, al menos no se desfonde.
Para ambos partidos políticos preponderantes en la lucha del 2016 es vital ganar la capital o, por lo menos, no desfondarse en la cuarta ciudad más importante del país, para tratar de dar la batalla en el interior del estado.
A eso responde el tema de que Antonio Gali Fayad, quien es actualmente presidente municipal de Puebla, haya sido designado prácticamente candidato a gobernador para el periodo de un año y 8 meses.
Tony no sólo es el candidato más competitivo dentro del morenovallismo, sino que el hecho de ser actualmente el presidente municipal lo coloca en una situación de ventaja frente al resto de los adversarios.
El trabajo de Gali debe, pues, enfocarse ahora a consolidar lo que trae en la capital, para posteriormente nivelar en el interior del estado.
Para el PRI las cosas se reducen dentro de esta variable a 2 personajes que gobernaron la capital: Blanca Alcalá Ruiz, expresidenta municipal de Puebla, y Enrique Doger Guerrero, también casualmente exedil capitalino.
Desde ese punto de vista, solo Doger y Alcalá le pueden competir de “tú a tú” a Gali; traen el posicionamiento y las calificaciones. Existen encuestas “por ahí” que sitúan a ambos personajes en la lucha con Gali, seguidos de Alejandro Armenta Mier, cuyo bonos crecieron el pasado proceso federal, pero este es un producto eminentemente rural.
Doger y Blanca le disputan la supremacía a Gali, lo que hace aún todavía más interesante el proceso de sucesión rumbo a 2016.
La capital es otra de las claves para la elección del próximo año y en este rubro solo tres pueden competir con una ligera ventaja para el alcalde capitalino y para el exrector de la UAP y expresidente municipal de Puebla, Enrique Doger, quien tiene precisamente su bastión en la ciudad que gobernó de 2005 a 2008.
Los dados están sobre la mesa, un mano a mano entre Doger y Gali suena interesante.
Un duelo Alcalá-Gali es poco probable, a menos que la exalcaldesa haya decidido salir de su zona de confort.
Dicen que en Oro Noticias el día de ayer la expresidenta alzó la mano para 2016. ¿Será?