Efekto 10
Ricardo Morales / Serpientes y Escaleras
La victoria priista obtenida en el pasado proceso electoral ha desbordado el optimismo de muchos de los miembros de este partido, quienes se ven en un futuro en varias posiciones, sin tomar en cuenta que si bien el morenovallismo sufrió un descalabro esto no significa que esté derrotado.
El resultado electoral que obtuvo el PRI —como lo mencioné en anteriores entregas— constituye sin lugar a dudas un aliciente para la alicaída clase política tricolor que tenía seis años sin saber lo que era el triunfo.
Luego de las derrotas de 2010 y 2013, el PRI se encontraba sin rumbo y en la total orfandad, no había dirigencia estatal que le pudiera dar certeza al Revolucionario o que no estuviera cooptada por Casa Puebla o al servicio del gobernador.
La historia cambió de manera diametral luego del triunfo en el pasado proceso electoral federal, pero de ninguna manera significa que el PRI tenga en automático ganado 2016 y luego 2018.
El “triunfalismo” en el que ha caído una buena parte del tricolor puede convertirse en el peor enemigo del Revolucionario Institucional en su intento por regresar a Casa Puebla, luego del éxodo al que se vieron obligados muchos de los cuadros del PRI.
Y es que se observa un ánimo desbordado por parte de varios de los integrantes de este instituto político que, si bien es cierto ha logrado empatar en el marcador, —insisto— aún no ha conseguido nada.
Este entusiasmo se desbordó el pasado viernes cuando, a instancias de “lidercillo” del partido Verde en Puebla, Juan Pablo Kuri, los diputados triunfadores en la pasada contienda se reunieron en una cena organizada por este personaje.
Ahí, luego de varias botellas, el ánimo se desbordó de tal forma que, por ejemplo, la diputada electa por el distrito 6 con cabecera en Puebla, Xitlalic Ceja, ahora dice que será la próxima presidenta municipal de Puebla.
Ceja argumenta que ella derrotó a Tony Gali en la pasada contienda. Sí, no se ría, ya que por haber derrotado al edil capitalino ahora es la jefa política del priismo en la ciudad de Puebla, lo que —según la diputada electa— le da el “plus” para ser la próxima alcaldesa.
En sus sueños de opio, la diputada Ceja dice que a este proyecto nada lo detiene y que luego de la alcaldía, seguirá Casa Puebla y su reino no tendrá fin.
Víctor Giorgana fue más mesurado, pese a que tenía algunos tragos encima el experimentado político comentó que para él su prioridad ahora es hacerse de una comisión al interior de San Lázaro, e incluso adelantó en dicha cena que buscaría a sus relaciones en la ciudad de México para hacerse de una posición.
Sobre la alcaldía, dijo que si bien es cierto está en sus planes, su prioridad es al momento definir qué comisión puede presidir en San Lázaro.
Jorge Estefan fue el más congruente. Asediado por sus compañeros de bancada, dejó en claro que él no será el coordinador de los diputados federales poblanos del PRI porque estará al frente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados.
Las palabras de Estefan tranquilizaron a más de uno de los asistentes, quienes respiraron hondo; en especial Alejandro Armenta, quien tras el deslinde de Estefan y de Giorgana, se le abre el panorama para convertirse en el próximo coordinador de la bancada.
Estefan, con su experiencia, les recomendó a los nuevos integrantes de la bancada federal del PRI —que entrará en funciones en breve—, que busquen colocarse al menos como secretarios en alguna de las futuras comisiones porque esto les asegurará un ingreso adicional a su dieta.
Para culminar con el tema de la cena de los diputados electos del PRI, la única sombra que nubló los brindis sobre un mejor futuro, y el retorno a Casa Puebla, es que circuló la versión de que el delegado del Comité Ejecutivo Nacional, el duranguense Ismael Hernández Deras, tal vez no regrese a Puebla, ya que —según algunas voces— cumplió con su misión.




