Efekto 10
Ricardo Morales / Serpientes y Escaleras
Ni duda cabe que el triunfo obtenido por los priistas en el pasado proceso electoral revitalizó al viejo instituto político que tenía cinco años de no conocer la victoria.
El resultado electoral obtenido por los “rojos” el pasado 7 de junio le inyectó fuerzas a muchos de los militantes que hoy levantan la mano para 2016 y 2018.
En el primer paquete de 2016 se anotaron Alejandro Armenta Mier, Enrique Doger Guerrero y Jesús Morales Flores, el hermano del exgobernador del estado.
Armenta es el número uno en la lista, luego de la victoria obtenida en el Distrito 7 —con cabecera en Tepeaca—, donde venció al que se consideraba como uno de los “pesos completos” del gobernador: el exsecretario del Medio Ambiente y ahora diputado local, Mario Rincón González.
Alejandro es visto como el candidato del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de su poderoso oficial mayor, Jorge Márquez. El oriundo de Acatzingo cuenta —por lo mismo— con el respaldo del subsecretario de Planeación de la Sedesol federal, Juan Carlos Lastiri, y del delegado en Puebla, Juan Manuel Vega Rayet.
El segundo de los aspirantes es Enrique Doger Guerrero, cuyos bonos bajaron luego de la derrota electoral que sufrió como delegado del CEN del PRI en Morelos, donde perdió Cuernavaca a manos de Cuauhtémoc Blanco.
El exrector y expresidente municipal de Puebla es un adversario de peligro para el morenovallismo si es que en realidad se decide a ir por la candidatura y pelea la elección.
Sus dotes de buen orador y presencia mediática lo hacen un rival de respeto. Doger no rehúye al debate, por el contrario, le gusta la polémica y estar en medio del campo de batalla.
Actualmente, a nivel nacional se le identifica con el grupo de uno de los grandes ganadores de la contienda del pasado 7 de junio: el sonorense Manlio Fabio Beltrones, quien contra viento y marea sacó a delante a su pupila Claudia Pavlovich, y recuperó para el PRI el gobierno de Sonora. También le adjudican a otro de sus pupilos el triunfo en Campeche.
Chucho Morales es uno de los eternos candidatos a Casa Puebla, cada seis años Chucho aparece como precandidato para ver qué negocia.
Morales es una avezado político, miembro del clan conocido como los “Kennedy de Puebla” (Melquiades, Fernando, Chucho Jr. y Roberto, todos con puestos dentro de la administración pública).
Jesús Morales tiene todos los argumentos para disputar la candidatura, aunque lo que más bien se advierte es que busca meterse a la pugna por una de las dos posiciones para el Senado de la República o, como premio de consolación, nuevamente una diputación federal.
Para 2018 el PRI tiene también varios tiradores, entre los que destaca —en primer lugar— la senadora Blanca Alcalá Ruiz, quien tiene boleto para jugar en 2016 o en 2018.
Blanca debe ponderar qué es lo mejor para su carrera: de una vez por todas ir en 2016, donde podría convertirse en la primera mujer en gobernar Puebla o, bien, esperar a ver si se da la oportunidad en 2018. Las cosas parecen alinearse para que la expresidenta municipal sea la candidata en 2016 y opere electoralmente para el PRI en 2018, de ahí incluso podría incursionar en el gabinete federal.
Otro que tiene boleto para jugar en 2018 es Juan Carlos Lastiri Quirós, el poderoso subsecretario de Planeación de la Secretaría de Desarrollo Social federal.
Lastiri puede quedarse con la candidatura en 2018 o bien buscar el Senado de la República. Actualmente es dueño de una de las mejores estructuras en el estado, apuntalado por la fuerza de las principales delegaciones federales.
Lastiri triunfó en los distritos 2 de Zacatlán y 7 de Tepeaca con dos personajes ligados a su proyecto: Lorenzo Rivera Sosa y Alejandro Armenta Mier, lo cual incrementó sus bonos.
A quien no hay que perder de vista es al excandidato a la gubernatura en 2010, Javier López Zavala, el artífice —junto con el delegado Ismael Hernández— de la resurrección del tricolor en la pasada elección federal.
Como lo comenté en otra entrega, Javier fue llamado por los más altos mandos para que le diera una prueba de lealtad al tricolor y los números confirmaron su capacidad como excelente operador electoral.
La incursión del excandidato a la gubernatura redundó en triunfos en Huauchinango, Zacatlán, el 6 y 11 de Puebla, así como Tepeaca y Ajalpan, pero también incursionó en demarcaciones como Teziutlán y Zacapoaxtla, donde las cosas —con un poco más de tiempo— hubieran salido mejor. Zavala es una pieza clave rumbo al 2018.
El cuarto en discordia para 2018 es uno de los mejores cuadros del priismo nacional; se trata de Charbel Jorge Estefan Chidiac, cuyos bonos se irán al cielo en breve, cuando encabece en San Lázaro a la poderosa Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.
Estefan es hombre de confianza del secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y del líder de los senadores del tricolor, Emilio Gamboa.
En muchos sectores de la sociedad poblana se ve a Jorge como el futuro candidato a la gubernatura en 2018, sobre todo luego del aplastante triunfo en Izúcar de Matamoros. Un dato que no se debe de perder de vista es que ha sido tres veces con esta diputado por esta región de la Mixteca poblana.
Tony Gali, el alcalde con mejores prácticas de gobierno.
El alcalde Tony Gali encabezó la inauguración de la Semana de la Evaluación en México 2015.
En el acto, el alcalde capitalino enfatizó que en la presente administración se han logrado 15 reconocimientos por prácticas exitosas —aproximadamente uno por mes— entre ellos el rango como “Municipio más Transparente del país”, otorgado por Aregional; primer lugar en “Transparencia Presupuestal”, de acuerdo al Imco; calificación internacional triple B y nacional doble AA en calidad crediticia por Fitch Ratings, entre otros, que muestran el trabajo decidido del Ayuntamiento.
Indicó que la evaluación permite clarificar la gestión pública, transparentar la aplicación de recursos, racionalizar el uso del erario, orientar la acción del gobierno, descubrir desviaciones, fortalecer mecanismos de actuación, establecer niveles de desempeño y prevenir la corrupción.
Además, agregó, los sistemas de evaluación facilitan la toma de decisiones sobre la continuidad y suspensión de programas, así como la asignación de presupuesto para los mismos.
Ni duda cabe que Gali es un extraordinario administrador; sin duda, Puebla y sus finanzas están en buenas manos.