Efekto 10
Ricardo Morales / Serpientes y Escaleras
En Casa Puebla quedó muy claro que el rival a vencer rumbo al 2018 no es el PRI, sino el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel López Obrador, el cual crece, crece y crece.
Si bien los resultados electorales pudieron haber sido mejores para el partido que encabeza el “Mesías Tropical”, no se puede desdeñar que en Puebla se ubicaron como la tercera fuerza electoral, a nivel nacional como la cuarta, pero desfondaron al PRD en el Distrito Federal, lo cual tiene muchas repercusiones.
De entrada, producto de sus buenos resultados electorales, Morena podrá recibir una buena cantidad de recursos correspondientes a sus prerrogativas.
Si en 2015 el dinero fue insuficiente, producto de su incorporación al mercado electoral, en 2016 no tendrán problemas: dinero es lo que va a sobrar por las prerrogativas, más lo que ingrese de las delegaciones que quedaron en manos de los seguidores del tabasqueño en el Distrito Federal, se estima que por esta vía Morena puede disponer hasta de 8 mil millones de pesos.
Adicionalmente, el magnate multimillonario Carlos Slim puede estar tranquilo: el hombre más rico del mundo ya vio redituar su inversión: los resultados ponen a Morena como el partido a seguir en 2018, lo cual no pasa inadvertido en Casa Puebla.
Para 2016 el partido lopezobradorista jugará en papel fundamental en la sucesión gubernamental, el balance de la aparición de Morena ya se sintió en la elección federal recién concluida.
La conjugación de factores, como el surgimiento de Morena y los candidatos independientes, modifican el panorama electoral de Puebla y le agregan nuevos elementos al proceso, donde única y exclusivamente se elegirá al gobernador en las boletas.
Morena, la creciente inconformidad, los candidatos independientes… son variables a tomar en cuenta. ¿Hacia dónde se inclinará esa inconformidad? ¿Quién será quien capitalice mejor estos factores? Es claro que los tres elementos a quienes golpean más es al PRI, al PAN y al PRD, partidos políticos que —elección tras elección— han visto disminuir votos y mercado electoral.
A Casa Puebla le urge impulsar un “candidato independiente” que responda a sus intereses para contener el voto a favor de Morena y que este pueda representar un peligro real para la sucesión.
El “independiente” le restaría votos a Morena y canalizaría una parte de la inconformidad ciudadana, para evitar que esta se pueda ir hacia el PRI. Esta premisa es fundamental para mantener el control de la sucesión.
Habrá que seguir de cerca las manos que mueven a Morena en Puebla, es decir, al senador Manuel Bartlett y a Ignacio Mier Velasco, personaje vinculado al diputado federal del PRI Enrique Doger, para observar sus movimientos y ver cómo van a jugar en 2018.
A nivel nacional preocupa en Casa Puebla que 2016 pinta para ser un año económicamente aún más difícil de lo que fue 2015; esto genera las condiciones propicias para el crecimiento de Morena.
Paradójicamente, mientras más crezca Morena en el país más le urgue a Los Pinos hacer una alianza con el panismo vinculado al morenovallismo para frenar al partido que amenaza al statu quo establecido por las dos fuerzas hegemónicas.
Si los candidatos de Peña Nieto no crecen —como todo parece indicar—, por el tema de la inseguridad y el nulo crecimiento económico, en Casa Puebla confían en que en Los Pinos pueden voltear a ver hacia el proyecto, lo cual no es nada disparatado.
El tablero de ajedrez está puesto de esta forma: incluso en el escenario rumbo al 2018 no se descarta que hasta algunos de los dos partidos hegemónicos pudiera declinar a favor del otro, con tal de detener al “Peje” y a su proyecto.