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No es extraño que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) busque hacer de los temas de avanzada su bandera de cara a las elecciones de junio próximo, pues ante la serie de golpes —quizás algunos mortales— recibidos a lo largo de 2014, el partido del sol azteca no tiene más remedio que buscar la simpatía del electorado por el que pocos apuestan. De ahí el anuncio del coordinador de su bancada en el Congreso, Carlos Martínez Amador, de buscar la despenalización del aborto.
Lo que sí es impensable es que dicha iniciativa pase en la antesala de un proceso electoral federal, mucho menos cuando el reloj de las campañas haya corrido su marcha; pues en una sociedad como la poblana, mayoritariamente conservadora y en la que permea todavía la influencia de la Iglesia católica, aceptar públicamente que se apoya la despenalización del aborto o la unión civil entre personas del mismo sexo no parece una vía plausible para hacerse con el triunfo.
De acuerdo con el activista poblano Brahim Zamora, este tipo de temas causan escozor entre los dirigentes de los partidos políticos —principalmente el PRI y el PAN—, por lo que nunca será posible la aprobación, ni siquiera la discusión de estos temas en épocas electorales. Los partidos, dice Zamora, acostumbran dar su espaldarazo a estas iniciativas en años en los que la simpatía del electorado no está en juego y eso por debajo de la mesa.
Esto podría ser diferente en este año. No porque se espere la aprobación de la iniciativa para despenalizar el aborto, sino porque siendo por primera vez el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política —el máximo órgano del Congreso— un perredista, es probable que Martínez Amador no dejará pasar la oportunidad de insertar los temas de la izquierda en la agenda legislativa, aunque sea solo para tomar presencia en el camino hacia el 7 de junio.
En la política, muchas veces no importa quién alcanza acuerdos efectivos, sino quién coloca los temas de la agenda mediática. Ese es el paso necesario para alcanzar las primeras planas de los medios electrónicos e impresos, lo cual es de vital importancia en tiempos electorales. Lo demostró Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal, pues luego de un periodo infausto logró reivindicarse al colocar en la agenda el tema del salario mínimo. Esa es la apuesta de Carlos Martínez Amador y del PRD poblano.
En esta estrategia es pieza clave la presidenta Socorro Quezada, quien desde antes de ser diputada ya alzaba la voz a favor de esos temas de avanzada. Su visión y su perfil han contagiado al resto de los perredistas, pues hay que recordar que hasta el inicio de la actual legislatura, el propio Martínez Amador y otros miembros del partido del sol azteca como Sara Chilaca y Julián Rendón se resistían a entrar en la discusión sobre estas iniciativas.
Así, la apuesta del perredismo ya no es lograr los acuerdos y las mayorías que les permitan alcanzar las mencionadas iniciativas —despenalización del aborto y legalización de matrimonios gais son las más visibles, también las más controversiales — y ni siquiera ganar alguno de los distritos de mayoría que están en juego, sólo queda alcanzar los votos suficientes que les permitan conservar la única diputación plurinominal que hasta el momento ostentan.