Unirá el Arco Norte de la ciudad de México con la autopista Siglo XXI en Atlixco, la construcción arrancará el próximo marzo, confirmó el subsecretariode la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Raúl Murrieta Cummings
El gobierno morenovallista revivió el proyecto carretero del Libramiento Poniente, que unirá el Arco Norte de la ciudad de México, a la altura de San Martín Texmelucan, con la autopista Siglo XXI en Atlixco, mediante una concesión que costará más de 2 mil 600 millones de pesos para un tramo de 42.74 kilómetros de longitud dividida en dos ramales, cuya construcción arrancará el próximo marzo, confirmó el subsecretario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Raúl Murrieta Cummings.
La concesión de esta obra fue otorgada en la administración de Mario Marín Torres (2005-2011) a la empresa Melgarejo Construcciones y Concesiones (MCC) de manera directa, es decir, sin licitación de por medio por un periodo de 30 años, cuyo costo para los 25 kilómetros proyectados ascendía a 650 millones de pesos.
El gobierno federal, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), autorizó el estudio de impacto ambiental que traza que, del total del tramo carretero, el ramal principal tendrá una extensión de 38.060 kilómetros y el ramal aeropuerto será de 4.680 kilómetros, incluyendo la construcción de cinco entronques, 31 puentes, 48 pasos vehiculares y 15 pasos peatonales.
Sin embargo, la administración estatal no ha emitido la licitación para conocer el nombre de la empresa que se hará cargo de la ejecución de esta obra.
En 2011 trascendió que el gobierno morenovallista utilizó el mismo mecanismo jurídico que ocupó para quitarle el Libramiento Norte de la autopista México-Puebla a OHL, para recuperar el Libramiento Poniente, según informó en su momento quien fuera secretario de Infraestructura estatal, Antonio Gali Fayad —hoy alcalde de la capital— pero nunca se emitió la declaratoria de cancelación de la concesión a través del Periódico Oficial.
Los detalles de la obra
La fuente de financiamiento que se establece en el estudio de impacto ambiental para este tramo carretero indica que será con recursos del estado y con insumos federales, por lo que se permitirá una mayor conectividad con diversas vías como el Circuito Mexiquense, además ofrecerá alternativas para librar las ciudades de México y Puebla, e interconectará las zonas del sureste, sur, oriente y occidente del país.
Se establece que tiene fines macroregionales, donde los beneficios socio-económicos de su construcción van más allá de los límites de la entidad poblana.
Se tiene contemplado realizar la construcción del libramiento en dos etapas: la primera tendrá únicamente dos carriles, uno para cada sentido de circulación, y acotamientos de 2.5 metros a cada lado, teniendo un acho de corona de 12 metros. La construcción del cuerpo de la carretera se hará cerca de uno de los límites del derecho de vía, de tal manera, que a futuro se pueda ampliar la corona a 29 metros.
La segunda etapa se tiene planeada con base en el crecimiento del tránsito vehicular, el cual se espera tenga un incremento progresivo, que determine en aproximadamente cinco años más la ampliación del libramiento de dos a cuatro carriles, para la cual, la sección de la carretera tendría de manera adicional dos carriles más a los existentes, con sus respectivos acotamientos a cada lado y un camellón central de 5 metros.
El trazo abarcará 84 por ciento de tierras agrícolas, 4 por ciento representa a vegetación y 12 por ciento a infraestructura actual.
La oposición de los ejidatarios
El gobierno morenovallista enfrenta el mismo problema que Marín en su momento, la oposición de los ejidatarios para ceder sus tierras para el cruce de la vialidad.
Desde que lo anunció como parte de sus objetivos al inicio de su gestión, campesinos de los municipios implicados han argumentado que ello implicaría la desaparición de más de 7 mil hectáreas de tierras cultivables, fuentes de empleo de más de 12 mil jornaleros, según ha dado a conocer en diversas ocasiones el presidente del Frente Campesino de Ejidatarios y Pequeños Propietarios del Valle de Texmelucan y de la Sierra Nevada en Defensa de la Tierra.
Según el documento que fue sometido a evaluación, el tramo carretero en total abarcará a los municipios de San Martín Texmelucan, Chiautzingo, Huejotzingo, Domingo Arenas, Calpan, San Jerónimo Tecuanipan, Santa Isabel Cholula y Atlixco.
Antecedentes
En su momento, quien fuera el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) —hoy Secretaría de Transportes— el priista Valentín Meneses Rojas adjudicó sin concurso de por medio la construcción del libramiento a la empresa MCC Melgarejo y Asociados.
En un inicio informó que la vialidad contaría con un presupuesto superior a los mil millones de pesos, y que iría de la zona metropolitana del sur de la ciudad de Puebla hacia Atlixco, pasando por el aeropuerto de Huejotzingo, pero después rectificó que la inversión para ello ascendería a 650 millones de pesos.
Justificó en ese entonces que la nueva reforma a la Ley de Obra Pública, los presupuestos de las distintas dependencias podían ir a parar directamente a los bolsillos de constructores, ya que las licitaciones y concesiones de la nueva obra pública que impulsara cada dependencia quedaba a responsabilidad de la misma.
