Por: Alejandro Mondragón
Enfundado ya en su traje de coordinador de la campaña reeleccionista de Gustavo Madero, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, impulsó en el Consejo del PAN una estrategia que avasalló para que se diera la cancelación de la figura de la “segunda vuelta concurrente”.
Esto significa que los opositores a la reelección maderista no podrán aliarse para sumar sus votos con un candidato que diera la batalla.
La medida que puede representar un golpe para el llamado TUCOM (Todos Unidos contra Madero) y favorecer al actual líder nacional panista ha permitido que se registre ya un fenómeno inverso: unirse de una vez y evitar el golpeteo.
De ahí que se han intensificado los encuentros entre Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva.
Y es que al carecer de la opción de la segunda vuelta concurrente, los actores tratan ya de ponerse de acuerdo antes de la contienda.
Si los hubieran dejado correr podrían haberse dado confrontaciones porque nadie iba a querer ceder; todos buscarían llegar a la primera ronda para después medir sus votos.
Cancelar la segunda vuelta los obliga, pues, a sentarse y ceder para construir la unidad antes de mayo.
Es decir, el favor que le hizo Moreno Valle a Madero puede aglutinar fuerzas en su contra.
Aunque la reaparición de Felipe Calderón con su Fundación se vio como un espaldarazo a las aspiraciones de Ernesto Cordero, fue el propio ex presidente quien dejó en claro que estaba al margen del PAN.
Josefina Vázquez Mota se encontró con Vicente Fox en estos días y su grupo anda más en el PRI que en Acción Nacional.
Así, Juan Manuel Oliva, quien en la tierra de Moreno Valle agrupó a liderazgos olvidados, demostró que puede construir una estructura.
Lo del PAN apenas empieza.
